Hasta principios del 2020, la costumbre para la mayoría era trabajar en una oficina de lunes a viernes, o al menos cuatro días de la semana. La pandemia hizo que nuestra rutina se viera modificada, haciendo del home office una nueva normalidad para muchas personas. El futuro nos plantea otro desafío, que será la adaptación a una nueva realidad para todos aquellos que retomen sus trabajos presenciales. Así, ocurrirá una resignificación de la oficina como tal.
Las nuevas rutinas laborales serán una combinación de trabajo remoto y asistencia esporádica a la oficina, las tareas más operativas y rutinarias ya no van a ocupar espacio en ellas, y quedarán para aquellos momentos de concentración durante el home office. Este modelo de trabajo híbrido definirá el propósito de los lugares de trabajo, los cuales pasarán a ser mayoritariamente usinas de ideas, espacios en donde los equipos puedan compartir, interactuar y colaborar entre ellos. Como ha sucedido con varias tendencias, este concepto ya existía, pero su importancia se acelera frente a este contexto que estamos transitando, ya no para ser un lugar determinado dentro de la oficina, sino su razón de ser principal, en donde se puedan encarar todos nuestros proyectos con una mentalidad disruptiva y con un espíritu colaborativo.
El futuro nos plantea otro desafío, que será la adaptación a una nueva realidad para todos aquellos que retomen sus trabajos presenciales
Durante el último año hemos visto también revalorizado el rol del líder en forma integral, sobre todo para contener e inspirar. Son ellos quienes se deben poner en el lugar de cada una de las personas con las que comparte objetivos, y preguntarse qué es lo que quieren y esperan de ellos para así poder crear un ambiente positivo, alentador y empático. Un líder es el que guía y muestra la luz al final del túnel a su equipo, es el que acompaña, transmite energía positiva y está atento a cuestiones de equilibrio entre lo profesional y lo personal, que pueden repercutir en el bienestar de cada uno de ellos.
También, es clave generar dinámicas que favorezcan el equilibrio entre la vida laboral y familiar, y reglas que promuevan este balance. Según la Dirección de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de Argentina, las mujeres realizan el 75% de las tareas domésticas, mientras que los hombre el 25% restante, resultando así que, durante la pandemia, hayan aumentado las horas dedicadas al cuidado de los niños o quehaceres hogareños, lo que resulta en que la tasa de la participación laboral de las mujeres haya disminuido. Esto despertó nuestra necesidad de buscar alternativas que propicien su bienestar dentro y fuera de la compañía.
Es clave generar dinámicas que favorezcan el equilibrio entre la vida laboral y familiar, y reglas que promuevan este balance
Somos co-responsables por velar por el bienestar de nuestros equipos con una mirada amplia, más allá de lo laboral, por lo que pusimos a su disposición diferentes herramientas y workshops para que cada uno pueda mejorar sus vidas y así impactar en las de quienes nos rodean, sean sus equipos de trabajo o sus familias.
Por otro lado, dentro de los equipos ya no hablamos solamente de millennials sino también de la generación Z, dos grupos que tienen pensamientos e ideas que son disruptivas, llevan la diversidad en su esencia y valoran la multiculturalidad y la inclusión. Esto nos facilita llevar adelante diferentes programas y prácticas de equidad de género y diversidad con mayor naturalidad, como por ejemplo el programa Reverse Mentoring, donde estimulamos este intercambio generacional. Personalmente, me enorgullece ver cada vez más personas que llevan la inclusión como estilo de vida, ya que creo que todos tenemos algo para aprender del otro.
Es fundamental considerar a las personas que forman parte de la empresa como su valor principal. Debemos mantenerlos en el centro de todo lo que hacemos, tanto a ellos como a nuestros consumidores
Para finalizar, quiero puntualizar en materia de cuidado que es fundamental considerar a las personas que forman parte de la empresa como su valor principal. Debemos mantenerlos en el centro de todo lo que hacemos, tanto a ellos como a nuestros consumidores, y tomar un rol activo en el desarrollo de su bienestar. En esa misma línea, es a través de la colaboración de las personas que considero que el éxito de una compañía puede ser posible, sumado a una cultura de trabajo en equipo, creatividad y mentalidad ganadora.
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