Pongamos límites al sueño del poder poder absoluto

Para el Frente de Todos, el control del Congreso es vital para avanzar con el dictado de leyes infames que les permitan controlar el Poder Judicial y el Ministerio Publico

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El kirchnerismo gobernó la Argentina desde 2003 a 2015 y Alberto Fernández fue el caballo de Troya de Cristina Fernández de Kirchner para volver al poder. Con ellos, Argentina tiene un Gobierno afín al castro-chavismo regional y, como todo Gobierno con doble discurso y doble moral, incumple sus místicas promesas de bienestar general arrastrando al pueblo al hambre y la a miseria. En verdad son infringidas como modo de control social, de degradación de valores y para aniquilar toda esperanza de progreso. Por supuesto, la casta gobernante y los amigos del poder se enriquecen y acceden a todo tipo de privilegios.

Sin respeto a la ley, no hay orden posible. Y quienes integran este Gobierno no solo no respetan la ley, recibiendo visitas indebidas en tiempos de pandemia o vacunándose antes de quienes verdaderamente lo necesitan, sino que se sienten por sobre la ley. Los desvela hacerse de los mecanismos para ser impunes, manipular electoralmente a la sociedad y perpetuarse en el poder.

La calidad de nuestra democracia es cada vez más frágil y en estas elecciones se enfrentan dos modelos antagónicos de país. Uno, de quienes velan por una Argentina alineada con los países más desarrollados del mundo, donde se respeta la ley y las instituciones, donde se sanciona la corrupción y se valora la transparencia, donde se promueve la iniciativa privada como modo de generar empleo genuino, donde se invierte en la calidad de la educación como modo de ascendencia social y progreso, donde el orden público impera a partir del premio al buen comportamiento y la sanción efectiva a quienes rompen las reglas de la buena convivencia, donde se busca el bienestar de la gente, el respeto, la concordia y buen clima para lograr una convivencia respetuosa, pacífica y ordenada de toda la sociedad. El otro modelo, que es el que nos ha gobernado por 14 años desde 2003, promueve el incumplimiento de la ley con el propio ejemplo, donde la corrupción y el narcotráfico resultan aliados para su sustentabilidad, donde se busca el control total de los tres poderes del Estado para lograr hegemonía y no tener controles ni contrapesos, donde se bastardea la educación y se destrozan las fuentes de trabajo privada, porque el adoctrinamiento, el empleo público y los planes sociales son medios de control social.

Para el Frente de Todos, el control del Congreso es vital para avanzar con el dictado de leyes infames que les permitan controlar el Poder Judicial y el Ministerio Publico, para concretar con leyes las amenazas a la propiedad y la iniciativa privada, para seguir imponiendo más y más impuestos para financiar el despilfarro, atentando contra la fuerzas productivas de nuestra Nación, y para seguir tomando medidas estatistas para apoderarse de nuestra República para uso y abuso.

También les resulta vital para su proyecto de país, la destrucción de la clase media de la que tanto nos hemos enorgullecido, buscando que cada vez sea más difícil independizarse y quedemos atrapados por la falta de incentivos, anestesiados y resignados a vivir por siempre como súbditos de una clase gobernante que miente y se enriquece.

El Frente de Todos no esconde sus planes: el desmantelamiento de las acciones del Gobierno argentino contra la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, el refugio otorgado a Evo Morales para que regrese a Bolivia cuando había sido expulsado por su atropello a la voluntad del pueblo, la débil reprimenda contra el matrimonio nicaragüense que encarceló a todos los opositores para seguir perpetuándose en el Gobierno, muestran hacia dónde nos quieren llevar.

En esos países, luego de tergiversar elecciones, tener mayorías parlamentarias, controlar a jueces y fiscales, aniquilar la libertad de prensa y atacar a la iniciativa privada en todas sus formas, los gobernantes (transformados en dictadores) se han perpetuado en el poder, oprimiendo y encarcelando a los manifestantes que gritan en intentos de revolución “patria y vida”.

El populismo mentiroso, que dijo cuidar nuestra salud con un encierro extremo que nos dejó sin libertad, sin trabajo y sin educación, que demoró irresponsablemente por su ideología la compra de las mejores vacunas y que dejó varados a miles de argentinos en el exterior por medidas improvisadas e intempestivas, merece perder.

Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias esta vez ofrecen distintos perfiles opositores para enfrentar la amenaza de mayores conquistas del Frente de Todos.

Debemos tener en claro que hay que consolidar la fortaleza de ese frente opositor. Cuanto menos cabos sueltos, menos vulnerabilidad a la hora de resistir los proyectos que se van a discutir en el Congreso de la Nación. No es tiempo de tibieza ni subestimar, en el toma y daca de la política, el poder de los enemigos de la Republica.

Por eso, para quienes defendemos la República y queremos libertad, la interna es dentro de Juntos por el Cambio. Y al votar debemos pensar en cómo deseamos que quede conformada la lista que finalmente se presentará en la competencia electoral del mes de Noviembre 2021.

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