¿Quién podría dudar de la calidad musical de Celia Cruz? Sería irrisorio organizar una fiesta, ya sea cumpleaños, casamiento, despedida, sin contar con la voz de la cubana entonando “La vida es un carnaval”.
Tal vez haya sonado en la Quinta de Olivos, en medio del desfile de amigos, estilistas, adiestradores de perros, tarotista, que asistía al “carnaval” organizado por Alberto Fernández.
Había carnaval mientras los millones de argentinos atravesaban con asombro y miedo lo peor del “Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio”, decretado por el mismo Fernández que recibía a amigos, empresarios, funcionarios y, vale la pena repetirlo, adiestradores de perros.
No caben dudas que ese desfile de “personalidades” no estaba permitido por la casa de ningún argentino pero sí en la Quinta de Olivos que es de todos los argentinos y es cedida cada cuatro años a un nuevo inquilino. Ese honor no debe degradarse destruyendo la confianza de los dueños de casa, pero todos sabemos que hay inquilinos e inquilinos.
Este horror festivo, casi una fiesta clandestina, no nos sorprendió. El presidente del “gobierno de científicos” violó en innumerables ocasiones las obligaciones que impuso a todos los argentinos. Sus gobernadores, los de su mismo signo político, llegaron a vulnerar hasta derechos constitucionales. Repito, hasta el adiestrador de Dylan pudo dar clases, pero tus hijos no pudieron ir al jardín de infantes, tus sobrinos no fueron al secundario y tus hermanos no pisaron la facultad.
Claro que entre los “invitados” a las juntadas de Fernández había personalidades que estaban preocupadas por sus actividades profesionales, las de sus colegas, las de sus amigos. Les pasó y les pasa a miles de argentinos que vieron cómo su economía se desmoronaba y que no tuvieron la oportunidad ni los privilegios que sí tuvieron los amigos del presidente.
Tal vez, sí sonara “Carnaval toda la vida” en los pasillos de Olivos, como suena ahora en los spots del Frente de Todos en Mendoza. No sé qué pensar sobre esta elección musical. Acaso la senadora Anabel Fernández Sagasti al seleccionar esta canción se está burlando de nosotros, de cada uno de los argentinos que se cuidó, que respetó la cuarentena eterna obligatoria para todos menos para ellos, para los que participan del carnaval y la fiesta del gobierno nacional.
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