Los conflictos y oportunidades del frente comercial externo

El escenario mundial muestra una recuperación del intercambio y, en menor medida, de los flujos de inversión extranjera directa. Ambos factores de arranque deberían ser aprovechados por la Argentina

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La evolución del balance de
La evolución del balance de mercancías del primer semestre de la Argentina mantiene las principales características de la última década (EFE)

Los planes del país no parecen claros, comenzando por las divergencias dentro del Mercosur, uno de los pocos instrumentos con que contamos para una estrategia más agresiva de inserción internacional. La evolución del balance de mercancías del primer semestre de la Argentina mantiene las principales características que se vienen señalando desde esta sección de Indicadores.

Del lado exportador, las ventas han aumentado (28,3% en el semestre) y se han ido concentrando en los productos primarios y de la agroindustria por el efecto de altos precios internacionales (con una participación del 70,6%). Las exportaciones industriales también han repuntado (44,2%) por la reactivación internacional. Por último, el país continúa con su condición de global trader, vendiéndole a más de 100 países en el mundo. El 22% de nuestras exportaciones se dirige a Brasil más China como nuestros principales clientes.

Las ventas han aumentado 28,3% en el semestre y se han ido concentrando en los productos primarios y de la agroindustria por el efecto de altos precios internacionales

Del lado importador, todos los capítulos han aumentado (48,6% en el primer semestre) debido a la aceleración de permisos que llevaron adelante las autoridades, luego de un período de fuertes restricciones entre 2019 y 2020. Con todo, los valores del semestre continúan un 5% abajo del promedio 2014-2019. Los bienes de consumo siguen con limitaciones (aumentaron 17,2% en el semestre) a la vez que se ven afectados por la desaceleración económica local. Brasil y China son nuestros principales abastecedores, concentrando cada uno el 20% del valor total importado.

(FIEL con datos del Indec)
(FIEL con datos del Indec)

La fragilidad financiera externa de nuestro país hace que para la Argentina sea esencial la recuperación de la actividad mundial para potenciar sus exportaciones y atraer nuevas inversiones.

Las perspectivas de corto plazo que ha presentado el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugieren un escenario favorable. Por un lado, la reactivación mundial será significativa. Luego de una contracción de 3,2% del PBI mundial en 2020, se espera que 2021 termine con un aumento del 6% y que 2022 muestre una tasa muy alentadora del 4,9 por ciento.

Advierte el organismo multilateral que la recuperación será más rápida en los países desarrollados y que los países en desarrollo del Asia perderán parte de la importante dinámica de crecimiento que traían en los últimos años. China crecerá a tasas menores e India, aunque crecerá, tardará en recuperar su importante caída de 2020 (7,3%). América Latina presenta una recuperación débil (5,8% y 3,2% en 2021-22), por debajo del promedio de las economías emergentes.

Para la Argentina sea esencial la recuperación de la actividad mundial para potenciar sus exportaciones y atraer nuevas inversiones

La Argentina, por su parte, ya exhibía una contracción económica desde 2019 y la recuperación que proyecta el FMI es del 6,4% en 2021 y 2,4% en 2022, lo que no le alcanza para volver a los niveles de 2018.

Por su parte, el comercio internacional de mercaderías tuvo un fuerte repunte en el primer trimestre de 2021. La Organización Mundial del Comercio espera que el volumen del comercio mundial de mercancías aumente 8% en 2021, después de caer 5,3% en 2020, con una probable desaceleración del crecimiento al 4% en 2022, por debajo de la tendencia prepandémica.

En su informe de perspectivas económicas, el FMI desestima graves problemas inflacionarios en el mundo, aunque alerta sobre la continuidad de precios de los alimentos y fletes marítimos altos. Estos últimos costos están afectando aún más el funcionamiento de las cadenas de valor globales, que ya habían sufrido fuertes disrupciones debido a la Pandemia.

El FMI desestima graves problemas
El FMI desestima graves problemas inflacionarios en el mundo, aunque alerta sobre la continuidad de precios de los alimentos y fletes marítimos altos (Reuters)

En el mediano plazo, a su vez, se ha empezado a discutir la necesidad de recuperar los mecanismos que restauren la posibilidad de “catch-up” de los países en desarrollo, es decir, asegurar que haya convergencia a un alto estándar de calidad de vida para todos los países.

En contraste con esta preocupación, las nuevas iniciativas para contener el cambio climático podrían afectar el crecimiento de esos países en desarrollo, recortando sus exportaciones. Por ejemplo, la Unión Europea ha puesto en marcha un Mecanismo de Ajuste en Frontera del Carbono (CBAM). Este mecanismo fue ideado para evitar “filtraciones” a las restricciones locales por vía de la relocalización de producción industrial hacia países que son más flexibles en sus normas ambientales. La imposición de una tarifa nominal para el ingreso desde países determinados (entre 44 y 88 euros por tonelada de CO2 asignada a cada producto según su tecnología de elaboración) podría desplazar a los países menos desarrollados y reeditar un esquema proteccionista en Europa.

La Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) ha calculado que las exportaciones desde esos países se verían reducidas entre un 1,4% y un 2,4%. Los productos más afectados serán el hierro y el acero, el aluminio, el cemento, los fertilizantes y la electricidad.

Habrá mayores costos por la “descarbonización” del transporte marítimo

En el caso de los países latinoamericanos, esta limitación afectaría inicialmente a Brasil. Pero este ejemplo sirve para mostrar que las medidas europeas no sólo limitarían las exportaciones agroindustriales (por ejemplo, a través del programa “de la Granja al Tenedor”) y que su iniciativa podría ser seguida por otros países importadores relevantes con el ánimo de mostrar que están tomando las medidas ambientales que reclaman sus votantes. También habrá mayores costos por la “descarbonización” del transporte marítimo.

El pivote de las exportaciones
El pivote de las exportaciones para los países en desarrollo parece disponible en el corto plazo durante la recuperación post-pandemia pero podría enfrentar riesgos de mediano plazo por nuevas regulaciones (Reuters)

Esta breve reseña de situación acredita que el pivote de las exportaciones para los países en desarrollo parece disponible en el corto plazo durante la recuperación post-pandemia pero podría enfrentar riesgos de mediano plazo por nuevas regulaciones.

Inversión extranjera directa

El otro pivote del crecimiento de los países en desarrollo es la inversión extranjera directa (IED) que cayó 35% en 2020, según datos de la Unctad, y se recuperaría sólo parcialmente en 2021, entre 10% y 15%. Pese a la alegada retracción de las cadenas de valor, los países emergentes del Asia fueron los que menos sufrieron por la caída inversora, aunque el flujo para nuevos proyectos en países en desarrollo fue uno de los más afectados.

Los países de América Latina y el Caribe, que casi no participan de las cadenas de valor internacionales, vieron caer los flujos de ingreso del IED con mayor intensidad que el promedio mundial (45%). La recuperación prevista hasta 2022 no recuperaría los niveles de 2019, que ya eran bajos con respecto a la historia reciente.

Las operaciones de fusiones y adquisiciones registraron una desinversión de USD 290 millones con la salida de importantes inversores internacionales

En el caso de la Argentina, el informe de Unctad sobre IED señala la reducida atracción a los inversores que ejerce el país por su situación macroeconómica y puntualiza la desinversión de varias empresas internacionales. En 2020, las nuevas inversiones se retrajeron 45% y las ganancias reinvertidas disminuyeron 22% (38% para el total de IED). A su vez, las operaciones de fusiones y adquisiciones registraron una desinversión de USD 290 millones con la salida de importantes inversores internacionales (entre ellos, Walmart, Schlumberger, MetLife y Danone).

(FIEL en base a datos
(FIEL en base a datos Unctad)

En síntesis, el panorama del comercio internacional podría ser favorable a la Argentina teniendo en cuenta la reactivación y la probable continuidad de precios redituables para sus principales productos agroindustriales. En el capítulo de inversiones, el esfuerzo por mostrar un mejor perfil económico deberá ser mucho mayor y tomará más tiempo.

En ese escenario, el Mercosur es un instrumento de inserción internacional de mucha importancia para la Argentina previendo el repunte de la economía brasileña y sopesando la importancia de la oferta agroindustrial conjunta del bloque comercial. Además, el bloque regional se desarrolla en un mundo donde los países emergentes se distinguen por la profusión de acuerdos en los que participan y donde la regionalización del comercio ya mostraba una tendencia importante aún antes de la pandemia.

Sin embargo, desde hace más de una década este acuerdo ha pasado por períodos de retracción y relanzamientos fallidos. Como antecedente inmediato, en 2018 los países miembros discutieron el problema de la falta de integración efectiva, la necesidad de revisar el arancel externo común y, en el plano internacional, la pobreza de acuerdos preferenciales con el resto del mundo.

En consecuencia, se aceleraron desde entonces las negociaciones con la UE y el EFTA, llegándose a sendos acuerdos que aún no se han puesto en marcha. También se avanzó en las negociaciones con Canadá, Singapur y Corea del Sur y se comenzó a elaborar un Plan de Acción para el acercamiento con la Alianza del Pacífico. En este último caso, la vigencia de acuerdos bilaterales precedentes entre los países de la región en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), ha permitido el avance de acuerdos bilaterales de países miembros del Mercosur con sus pares de la Alianza del Pacífico.

Por lo tanto, los antecedentes recientes muestran muy pocos avances y ayudan a explicar el nivel de divergencias que se observa hoy entre los países del Mercosur. Ese disenso ha trascendido a los funcionarios y expertos y ha llegado, finalmente, a la opinión pública.

Los antecedentes recientes muestran muy pocos avances y ayudan a explicar el nivel de divergencias que se observa hoy entre los países del Mercosur

Por el momento, la situación indica que Brasil mantiene el objetivo de reducir los aranceles al comercio para mejorar su productividad, pese a la oposición de su industria manufacturera, y que Uruguay busca acuerdos de comercio que le permitan reducir las barreras a sus productos agropecuarios de exportación. La Argentina, por su parte, ha llevado a la mesa de negociaciones una propuesta de rebaja arancelaria y de activación de acuerdos preferenciales que no parece haber resultado atractiva a sus socios.

En ese contexto, los analistas discuten la continuidad de la Unión Aduanera o su posible reemplazo por una zona de libre comercio o por un arreglo preferencial flexible con los socios operando a distintas velocidades.

En agosto, la presidencia pro-tempore brasileña ha pautado reuniones del Grupo de Mercado Común, la Comisión de Comercio y la comisión técnica de Aranceles que podrían proveer novedades sobre la solución de estas divergencias.

Como se puede apreciar, el escenario es muy dinámico, presenta incertidumbres no menores y obligará a la Argentina a dar respuestas adecuadas en plazos cortos.

Esta nota es un anticipo de la publicación Indicadores de Coyuntura N°633 que elabora la Fundación FIEL

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