Insostenible ritmo de venta de dólares para frenar el contado con liquidación

Desde noviembre de 2020, el Gobierno decidió intervenir en el mercado de cambios vendiendo reservas a tenedores de pesos, vía el dólar MEP (en el país) o el CCL (en el exterior) ¿Cuál es el margen de maniobra del Banco Central?

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En la plataforma, la compra y venta de dólares está casi dos puntos más abajo que en los bancos privados.
En la plataforma, la compra y venta de dólares está casi dos puntos más abajo que en los bancos privados.

Las ventas de dólares de intervención no son informadas por el BCRA, fenómeno que muestra menor nivel de transparencia respecto al pasado, pero puede inferirse su monto. Entre noviembre de 2020 y mayo de 2021, el ritmo de esas operaciones estimamos fue de USD 180 millones por mes. Pero en junio último habría subido a unos USD 250 millones.

En julio la cosa pintaba muy fea, amenazaba con llegar a USD 500 millones o más, por eso el Gobierno dispuso aumentar los niveles de represión en los mercados. Esto produjo la aparición de varias cotizaciones CCL (intervenidas y no intervenidas por el BCRA), y un descenso moderado de las ventas del BCRA. Estimamos que julio cerró con ventas por unos USD 400 millones. Una cifra que sigue siendo altísima (ya se acumulan USD 2.000 millones en 7 meses). Este ritmo de julio de ventas para frenar el CCL, que anualizado serían de casi USD 5.000 millones, es demasiado elevada para el país.

Este ritmo de julio de ventas para frenar el CCL, que anualizado serían de casi USD 5.000 millones, es demasiado elevada para el país

En términos de la pandemia, sería como tener la terapia intensiva ocupada en un 95%. ¿Entonces? Cuarentena hasta que la vacunación sea “suficiente”. Reprimir la “movilidad” de los que quieren comprar dólares. Y ¿qué significa la vacunación? El acuerdo con el FMI (primera dosis), ratificado con políticas “suficientemente sensatas” del Gobierno hasta fin de su mandato (segunda dosis).

Exigencias internacionales

Ahora bien, en el acuerdo con el FMI la Argentina va a tener que ofrecer un sendero de mejora fiscal persistente, hasta ir alcanzando niveles razonables de superávit fiscal primario. Es decir, acercándose de a poco a lo que se había logrado entre 2003-2005, durante la primera parte del gobierno de (Ultraortodoxo? Neoliberal? Vendepatria?) Néstor Kirchner.

Y va a tener que ofrecer una estrategia consistente de bajas de brecha cambiaria, hasta que desaparezcan, o se sitúen en valores inferiores al 30%. Y hete aquí, que estamos demasiado lejos de ello. Y para peor, teniendo que vender gran cantidad de dólares para que no se dispare aún más.

Nuestras estimaciones son que, considerando se pagarán con DEG los vencimientos de setiembre y diciembre con el FMI, las reservas netas del BCRA (RIN) no llegarán a USD 4.000 millones a fin de año. Una cifra bajísima. Y sin perspectivas de que aumenten en 2022, excepto que el BCRA deje de vender dólares en el mercado contado con liquidación.

¿Aprobaría el FMI que el BCRA “rifara” las reservas (como suelen decir los kirchneristas y otros cada vez que se venden activos externos a alguien) para contener el CCL? Y en tal caso, ¿cuántos dólares podría aceptar el FMI que se vendan en el mercado?, y de qué manera: ¿Cómo hasta ahora, o vía licitaciones transparentes y preanunciadas? Y más allá de esto: ¿qué pasaría si aún con acuerdo con el FMI, y eventual autorización a vender dólares, la brecha cambiaria se resistiera a bajar en forma significativa y persistente?

Aun cuando podamos conjeturar que el dólar oficial no esté tan mal después de todo en términos reales, el desequilibrio financiero, expresado en una brecha cambiaria muy alta, pondría al tope de la agenda, la necesidad de una maxi-devaluación.

Ahora bien, si el Gobierno cambia su discurso y sus actos, y empezara a reforzar la “racionalidad capitalista”, alentando en serio a las inversiones privadas, cambiando leyes anti-empleo, bajando gasto público improductivo, etc., estaría colaborando para que la gente empezara a estar más tranquila, demandara más pesos, y bajara la presión dolarizadora.

Con una baja sostenida del déficit fiscal (y por ende menos emisión monetaria y pesos dando vuelta), el CCL puede quedarse quieto (o bajar nominalmente)

Ahí sí, con una baja sostenida del déficit fiscal (y por ende menos emisión monetaria y pesos dando vuelta), el CCL puede quedarse quieto (o bajar nominalmente), y las mini-devaluaciones del dólar oficial ir cerrando la brecha. Y sin que sea necesario que el BCRA venda dólares en el CCL.

¿Mucho trabajo para Martín Guzmán, o quien lo reemplace en el cargo? Y sí. Habrá que esperar a ver si mejoran las capacidades del actual elenco gobernante, que tanto en el frente sanitario como en el económico han dejado mucho que desear. Veremos, veremos, después lo sabremos.

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