Horas de meditación y decisiones

Entramos en plena campaña electoral, desde el Gobierno se entiende que anestesiando las variables económicas y sociales podrán llegar a las elecciones con el camino más despejado y ganarlas, posiblemente tengan razón y ganen, pero el día después cuando la anestesia desaparezca qué harán.

Insistimos y con fundamento que el gobierno tiene un plan político-económico-social, llevarnos al mal llamado socialismo instaurado en Cuba, Venezuela, Nicaragua que son autocracias que solo tienen por propósito perpetuarse en el poder.

¿Qué está proponiendo el gobierno para ganar las elecciones?:

1) Bono a los jubilados, para compensarlos por la pérdida del valor adquisitivo de sus haberes, de acuerdo con los índices de inflación;

2) Adelanto de algunas paritarias, para descomprimir la presión sindical;

3) Mantener el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos, es decir continuar subsidiándolos;

4) Mantener el control de precios, es decir una ficción de estabilidad;

5) Resolver aumentos para las cuotas de las empresas de medicina prepagas, que nada solucionan porque son muy inferiores a los aumentos de sus insumos, pagos de honorarios y sueldos;

6) Más aumentos en los planes sociales, es decir: más gasto no financiado, más emisión, resultado más inflación;

7) Aumento de las vacunaciones contra Covid-19, pero esto no invalida, tapa, oculta o perdona que durante siete meses no se permitiera el ingreso al país de los antídotos provenientes de los EE.UU., motivando más de un centenar de miles de muertes que se pudieron evitar. Muertes que pesarán en la conciencia de quienes administraron y administran la pandemia;

8) Continuar con el cepo cambiario, que nada soluciona y sí agrava la situación;

9) Continuar con las restricciones a la exportación de carnes, con el propósito de bajar el precio para el consumo interno, algo que no se logró y provocó menos ingresos de divisas y perder mercados que trabajosamente se habían conquistado;

10) Continuar dilatando inconvenientemente las negociaciones de la deuda externa defaulteada;

11) Continuar con las restricciones a la importación de insumos necesarios y prioritarios para evitar la salida de dólares;

12) Continuar tratando de designar jueces amigos para dominar el Poder Judicial;

13) Promesas de ayuda a las pyme, y solo promesas, solo y economías regionales colapsadas;

14) Mostrar como exitosa la gestión de la Cancillería por su alineamiento con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, China e Irán;

15) Eventual acuerdo con China para la entrega de la Hidrovía Paraná-Paraguay, algo sumamente peligroso, aparte de ser un gran negocio;

16) Adoctrinamiento político en colegios a niños y jóvenes; y

17) Continuar financiando a través de planes a organizaciones sociales, cuando en muchos casos su finalidad es organizar y realizar protestas en apoyo o para el gobierno.

Todo esto nada soluciona, sí todo lo agrava

Plan cierto

Reiteramos esto avala y confirma de forma indubitable nuestra convicción de que si existe un plan cierto y concreto para conducir a la República a una “economía dirigida”, abolir la empresa privada y los medios de producción para así llegar a la tan ansiada Patria Socialista que pretende La Cámpora y el Instituto Patria, que en definitiva solo buscan el utópico paraíso perdido de la “dictadura del proletariado”, cuando no advierten que solo existió la “dictadura de la Nomenklatura” es decir el de la élite de los dirigentes privilegiados que condujeron y dominaron al partido comunista con todo lo que ello implicaba.

Esto bien vale quizás una mínima reflexión: Lenín, que no era un dogmático sino un político y dirigente pragmático y sagaz, decía que era obligación transformar al marxismo en dogma y renunciar a la libre crítica del pensamiento y así consolidar el poder y dominar. Algo a tener muy en cuenta.

El Presidente se presta a ser utilizado por la izquierda anacrónicas y populista como instrumento para destruir la libertad, la democracia, la República y sus instituciones, sin advertir que su destino final será el de ser descartado y arrojado al ostracismo. Nunca podrá negar la responsabilidad culposa que le cabe por negar la sistemática violación a los derechos humanos que se cometieron y cometen en las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Vivimos los argentinos circunstancias de gravedad extrema, el desorden mental que padecemos puede llevarnos al colapso como sociedad y nación, solo la sensatez, la inteligencia, la idoneidad y la honestidad moral e intelectual nos permitirá superar esta trágica calamidad.

Tenemos como inmediata realidad las elecciones que son la oportunidad y la única herramienta legal que permitirá renacer como nación, este es el desafío “crecer o perecer” no tenemos otra opción, en nosotros esta la respuesta.

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