La fenomenal puesta en escena de Cristina Fernández de Kirchner, acusada de encubrimiento junto a otros importantes funcionarios, al pedir la nulidad del caso judicial, trasciende a los hechos de la causa, no sólo por el efecto que pueda tener el éxito de su planteo en otros asuntos en las que se la juzga, sino para interpelar sobre el rol cumplido por el Congreso de la Nación al momento de avalar el Memorándum con Irán.
Para ubicar al lector, en el año 2013, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, se firmó un Pacto con el Gobierno de Irán para formar una Comisión de la Verdad que revise la investigación desarrollada por la justicia argentina, que individualizó como responsables de los atentados sucedidos en la sede de la AMIA el 18 de julio de 1994, a varios altos miembros del gobierno iraní y de la organizan terrorista Hezbollah.
Inmediatamente y de modo exprés, el Congreso de la Nación, que con sus dos Cámaras funcionaba como escribanía del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, impuso su mayoría oficialista y avaló ese Pacto nefasto. Durante esos años, ese Congreso con avales automáticos a todo tipo de atropellos, puso en jaque la vigencia misma de nuestra constitución nacional de corte liberal, que prevé controles y contrapesos entre los tres poderes del estado. Solo el Poder Judicial fue guardián y garante de corregir esos desvaríos y quienes podemos recordarlo, sabemos las presiones y atropellos que se intentaban también contra este poder estatal y sus miembros individualmente en aquellos tiempos.
Fue ese mismo Congreso el que aprobó también la ley de democratización de la justicia cuando se intentó su ideologización y dominio, porque irritaba el control que ponía freno a los abusos que se cometían desde el Poder Ejecutivo y también del Poder Legislativo, que no funcionaba como contrapeso, sino que se en encontraba al mando y servicio del poder ejecutivo de turno.
Solo dos ejemplos citados son útiles para tener consciencia del verdadero significado de las elecciones legislativas que se desarrollarán este año 2021 para mantener la plena vigencia de la República, Democrática y Federal. Resulta vital otorgar al Congreso una composición equilibrada para que se pueda debatir libre y seriamente cada una de las iniciativas que se proponen y que nos muestran el rumbo que el Gobierno y sus afines le quieren imprimir a los destinos de nuestra patria.
No hay dudas de cuál es el proyecto de país del kirchnerismo, pues no se ocultan las intenciones, los anuncios e iniciativas son públicos, siendo claro asimismo el alineamiento y los sólidos apoyos a los Gobiernos amigos, como el de Cuba, Venezuela, Bolivia o Nicaragua.
Ese es el Proyecto de país que inspiran las huestes que responden al kirchnerismo que dominan a este Gobierno y, más allá de las falsas proclamas de la defensa de los pobres, no hay que perder de vista que esos Gobiernos populistas con altos índices de corrupción traen hambre, miseria, abusan del poder, provocan migraciones históricas, violan derechos humanos, tienden a manipular y controlar el sistema electoral, pactan con el narcotráfico y el terrorismo, cooptan e intervienen en todos los procesos productivos, expulsan a los que crean trabajo, tienden a controlar los medios de comunicación y a la justicia y proclaman reformas constitucionales para perpetuarse en el poder.
Si los argentinos creemos que no vamos a ser como Venezuela, pregunten a los venezolanos lo que creían sabiéndose habitantes, allá por el año1999, de una de las naciones mas ricas de América.
Las iniciativas legislativas concretas que este Gobierno ha tomado confirman mis afirmaciones. No son meras especulaciones.
Se han presentado e incluso aprobado leyes impositivas agobiantes para los sectores productivos, leyes que intentan cooptar al Poder Judicial (último freno y contrapeso a los arrebatos de los otros dos poderes del Estado), leyes que quieren dominar políticamente al Ministerio Publico Fiscal y de la Defensa, leyes que amenaza a la propiedad privada, tierras o negocios, con anuncios de expropiaciones o estatizaciones, todos ello sumado a las insistentes voces que proclaman la reforma Constitucional para lograr el sueño populista de perpetuarse en el poder.
Por estas razones, el voto para decidir la composición del Congreso 2021 es vital para la vida de la República, de la Democracia y del destino de Argentina.
El dilema de Democracias vs. Dictaduras suena exagerado, pero si observamos las medidas que se han tomado durante la pandemia, el modo autoritario con el que se intenta avanzar en transformaciones estructurales, los anuncios que se hacen circular desde el Gobierno que amenazan libertades, derechos y garantías, las propuestas concretas que se han materializado con esos fines, así como los alineamientos regionales del Gobierno, quizás no estamos exageramos tanto.
Debemos lograr conformar en el Congreso, una oposición fuerte, unida, con personas que tengan mucha claridad sobre lo que se pone en juego a la hora de aprobar leyes y consensuar acuerdos, debe haber mucha convicción, honestidad y compromiso democrático para hacer valer a nuestra Ley Fundacional, la Constitución Nacional y no dejar que se la vapulee o pervierta con la sanción de leyes infames.
SEGUIR LEYENDO