Salís, pero no volvés

Tratando primero de mínimizar, después de improvisar, después de buscarle el curro y, cuando ya estaba todo perdido, de echarle la culpa a la gente. Decoraron la emergencia con los condimentos necesarios para poder hacernos la vida imposible

Argentinos varados en el Aeropuerto de México (Infobae)

Es real que el Covid atacó a todo el mundo y todo el mundo respondió a la altura de las circunstancias, pero esto es Argentina y desde el primer día con el advenimiento del tema arrancó el conventillo de la paloma de Vacarezza tratando de hacer todo lo contrario a lo que hacían los giles que lo pudieron manejar más o menos.

Tratando primero de mínimizar, después de improvisar, después de buscarle el curro y, cuando ya estaba todo perdido, como de costumbre, echarle la culpa a la gente. Lo que tendría que haber sido una pandemia fue decorado con los condimentos para poder hacernos la vida imposible.

Primero, GG, que es el único GG que no causa gracia, nos contó que era como una gripecita que venía de Oriente y que iba a tardar un poco más de lo que tardó la tortuga Manuelita en llegar de Pehuajó a París. Lo que pasa es que GG no recordó que existen los aviones, eso mismo que él abordó para rajarse a España cuando se la vio peliaguda. Ponerse las chancletas y transformarse en piloto de prueba de los copetines al paso, dejándonos a todos encerrados en Argentina y haciéndonos perseguir por la fuerza pública si criticábamos a la payasa Filomena.

Y la gente seguía cayendo. Y los amigos y familiares muriendo, y queriendo saber por qué Pfizer no y por qué Sputnik sí, y la china maso, ¿y la cubana? Bueno, fueron 3 días maravillosos visitando amigos. Y acá todos mirando el cielo esperando los aviones que nos traían la salvación desde Rusia, con amor, del amigo de Cristina. Y la gente cae y cae y el gobierno echándole la culpa al personal de salud y a los periodistas y a los chicos discapacitados y a Pfizer.

Con la soberbia típica de los mediocres y creyendo que el poder les otorga privilegios, nos prohibían, porque les encanta prohibir. Por sus complejos de inferioridad, repetían “la Pfizer no” acompañados en guitarra con un ganso alcahuete que se nos reía en la cara cantando “tráeme la Pfizer”, como si los 100000 muertos fueran una joda, una pulseada política; total, ellos, los VIP, ya estaban todos vacunados.

Pero llegan las elecciones y los embusteros, como cuando baja la marea, quedan expuestos en el desastre que hicieron con la Argentina en los últimos 2 años. La Señora ya no hace reír a nadie con sus stand up mentirosos y el Presidente no puede disimular su miedo y el Gobernador su mediocridad, su chatura y su resentimiento. Por eso cada día tienen más problemas y menos imaginación, al punto que inventaron dejar salir pero no dejar entrar al país y encima decir estupideces…. Y bueno, que alarguen sus vacaciones. Sin pensar que los que fueron a vacunarse lo hicieron por el temor de estar en un país con un gobierno desastroso, que no supo ni quiso traer en tiempo y forma las vacunas.

Tenemos 100000 muertos y 300000 menores enfermos, pero quédese tranquilo: el Presidente, después de un año, se dio cuenta de que sólo faltaba su firma.

Cuando me dejen entrar, cuando me levanten el castigo, cuando se les acabe el resentimiento, vuelvo a casa y les escribo la segunda parte.