Algo se ha roto aquí. Una alianza, un acuerdo entre gobernados y gobernantes. La vacuna Sputnik necesita de partes sucesivas diferentes, y al completarse el esquema puede asegurar mayor inmunidad que con una sola: no está hecha para una dosis.
Así se dijo: primero una y luego la segunda, con un espacio de 21 días entre las dos. Se eligió como primera opción después de la vidriosa negociación con Pfizer, no solo la mejor sino también experimentada en Fase 3 en el Hospital Militar de la ciudad de Buenos Aires. Bueno, bien, venía el huracán y la titubeante estrategia sanitaria frente al Covid 19 implicaba conseguir la mayor cantidad de vacunas, aunque de forma poco transparente.
Al hacerse ya claro que será muy difícil conseguir una segunda Sputnik –la separación entre vacunados con una dosis y quienes recibieron las dos señala un abismo- se rompe el pacto ofrecido. Y al hacerlo se urdieron argumentos nada verosímiles: que el plazo de una y la siguiente puede extenderse mucho más allá de los 21 días, que las vacunas no vencen -cierto si se las preserva en condiciones adecuadas y rigurosas- porque el organismo introducido en la primera guarda una memoria defensiva, que es lo mismo que la única que realmente existe con una sola dosis (Johnson), que llegarán en cualquier momento, que ya vienen en un avión patrio con los líderes al pie.
Sin embargo, el presidente Putin advierte que deben reservarse las que se producen para Rusia, el país más extenso del mundo con 145 millones de habitantes. Como para hacerse una idea.
No perder la expectativa de lo que falta, no del todo. Puede que lleguen poco a poco para millones de argentinos que están solos y esperan. La mayoría. El pronóstico no es favorable en absoluto, pero, en fin, no hay alternativas. A menos que -se está estudiando- pueda conseguirse una combinación que tenga un principio parecido en su desarrollo y pueda adelantarse. Puede ser, se puede abrir una nueva posibilidad de lo que se ha asegurado y no cumplido. Es difícil procesar que se vacunó sin haberse asegurado el complemento necesario. Inaudito.
No se ponen estas palabras con intención política sino que buscan contar lo que ocurre -la lucha en ese campo corre paralela y los dados ya están rodando: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida-. Porque lo hecho no ha tenido un resultado a la vista y hay que adaptarse a lo Darwin. De otro modo, ser realista no ir hacia atrás, taparse la nariz delante de lo que pasa por si apesta, y saber qué pasa.
Vacunar es vacunar rápido. Y gobernar es explicar.
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