Ser una persona diagnosticada con trombofilia no es un camino fácil ni corto. Se trata de una predisposición genética a tener problemas trombóticos, es decir, un proceso caracterizado por la coagulación de la sangre en el interior de las venas. Actualmente, sólo se estudia a las personas que tienen antecedentes de tres abortos recurrentes, antecedentes personales de ACV (accidente cerebrovascular), TVP (trombosis venosa profunda) o TEP (tromboembolismo pulmonar) y con antecedentes familiares de madre, padre o hermanos.
Es de público conocimiento que las trombosis son una de las principales complicaciones en pacientes con COVID-19. Estas complicaciones, provocadas por la activación desmedida del sistema inmunitario en la lucha contra el virus, pueden llegar a ser graves y requerir un tratamiento específico o, en algunos casos, de una intervención quirúrgica. De hecho, hay estudios que consideran que puede afectar hasta a un 50% de los pacientes infectados, especialmente, en aquellos enfermos críticos o con una presentación más grave de la enfermedad.
Por eso quienes tenemos trombofilia, nos convertimos en una población de riesgo ya que nos recomiendan la administración preventiva de fármacos anticoagulantes como las heparinas de bajo peso molecular al contraer COVID-19 o para aplicarnos la vacuna correspondiente (si es que tenemos otras comorbilidades). Entonces, consideramos que es apremiante que el Ministerio de Salud de la Nación nos incluya en los grupos de riesgo para recibir la vacuna.
Según datos de la Asociación Civil Trombofilia y Embarazo, en Argentina viven más de 18.000 personas con trombofilia diagnosticada. Si a su vez sumamos la falta de diagnósticos preventivos existentes por la falta de una Ley Nacional de Trombofilia, somos un grupo de personas sumamente invisibilizadas por un Estado ausente y carente de empatía.
Es por ello que estamos juntando firmas y hemos enviado distintos pedidos de acceso a la información pública para que el Presidente de la Nación y la Ministra de Salud Nacional, en carácter de urgente, nos incluyan en el listado de enfermedades de riesgo para la vacuna contra el COVID 19 porque la salud es un derecho fundamental para la realización de otros derechos.
La petición se puede firmar en Change.org
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