Será feroz (capítulo II)

En tiempos de inteligencia artificial aún están los que miran el pasado

Guardar
Será feroz (capítulo II)
Será feroz (capítulo II)

Durante siglos se dijo que quien manejara y expandiera su idioma podría construir y sostener imperios. Sin duda que algo de cierto había en esa afirmación, pues las conquistas de tierras eran acompañadas de inmigrantes que no solo plantaban banderas y cultos, sino que también traían a sus educadores. Propalar la palabra del conquistador era el primer paso para extender la ramificación de sus posesiones económicas. Desde la lógica más extrema de los colonizadores, lograr un lenguaje universal (que obviamente fuera el de ellos) era el máximo objetivo buscado. Sabedores y científicos estiman que existen unas seis mil lenguas vivas en la tierra, pero a la vez calculan que el 90% de ellas desaparecerá en los próximos 200 años. Desde que el hombre comenzó su peregrinación sin freno, los mismos estudiosos aducen que más de cien mil lenguas han muerto. Las lenguas vivas se transmiten por generaciones y a lo sumo van incorporando (o desapareciendo) algunos leves matices marcados por la cotidianidad y sin duda por los medios de comunicación. La lengua empieza a morir cuando la misma pasa a ser usada como “segunda lengua” y comienza a ser recluida solo a las personas mayores de una comarca. Allí habrá comenzado su deceso y morirá indefectiblemente.

Como complemento de este introito debiéramos saber que en la Edad Media solo el 1% de los nobles sabía leer y escribir. ¡Solo el 1%! El 99% restante eran decididamente analfabetos por más cerca del rey que estuvieran. Fuera de los castillos y en el medio de la plebe únicamente existía el lenguaje hablado y ninguno de esos comunes había visto en su vida un simple escrito. Las cúpulas de las religiones eran cerradas custodias de los conocimientos ya que bien sabían que el mero hecho de abrir las compuertas de la sabiduría era poner en peligro su poder. Pero el comercio entre naciones ya era más fuerte que los cofres bajo mil llaves donde se encerraba la erudición. Eran tiempos donde los poderosos se adueñaban del conocimiento excluyendo al marginal. Con la irrupción y masificación de las computadoras se generaron nuevas formas de comunicarnos y pensemos que, después de todo, esto es un fenómeno de los últimos treinta años. O sea, la nada misma en términos de la historia de la humanidad. La lluvia de aplicaciones, close captions, traductores, subtitulados y sobre todo los emojis hacen que estemos en la puerta de un verdadero idioma casi ecuménico. A la vez, ya instalados en este mundo binario y de algoritmos, pocos saben que en el 2050 China será el país que tendrá más habitantes hablando inglés en el mundo. Léalo otra vez: China tendrá más ingleses parlantes que los mismos Estados Unidos de Norteamérica.

Llevo usadas más de 400 palabras para venir a decir que el intento de forzar un idioma inclusivo (con sus “e”, “x” y variantes) es una estupidez tan grande que me permito afirmar que quienes lo fomentan jamás en su vida han estudiado algo de lingüística o de la evolución del habla y su bajada a los escritos. Los necios y cortos de pensamiento que lo impulsan creen que la Revolución Ideológica comienza por hacer manuales grotescos donde se explican las reglas de este sinsentido y sinrazón. Si se pudiera poner toda esa energía en ayudar a los pibes para que se sumerjan en una educación STEM (acrónimo de Science, Technology, Engineering, Mathematics), estaríamos sin duda transitando vigorosamente el siglo XXI. STEM es una integración de las ciencias con un enfoque de enseñanza basado en la interdisciplinaridad y aplicabilidad de los conocimientos de ciencias y matemáticas. Quizás algo complicado para aquellos que al decir “albañilas” y “juntes” creen que han convertido la piedra en oro. Dime qué porcentaje de profesionales se recibirán en Educación STEM y te diré el futuro de esa nación. La provocación de estas líneas es para mover al joven para que abrace las ciencias duras con ardor y vayamos dejando de lado los estudios que dieron pie a tener uno de los mayores porcentuales por habitante de psicólogos y sociólogos del mundo. Aclaro que vivo rodeado de ellos, tengo muchísimos amigos y también empleados provenientes de esas formaciones. Sin embargo, semanas atrás y ante el requerimiento de una poderosa cadena de medios del exterior para que le desarrollemos determinados modelos de inteligencia artificial, al no poder conseguirlos en el país y tampoco encontrarlos en Venezuela, donde ya tenemos un equipo de 12 profesionales, tuvimos que recurrir a Turquía, donde logramos armar un quinteto de primera calidad. En Argentina no se consiguen.

Quiero cerrar este capítulo con algunos conceptos que quizás lo ayuden a enfrentar estos tiempos feroces.

1- Google, Amazon, Microsoft y toda esa fanfarria de empresas inventan e inventarán miles de productos. Pero por más Inteligencia Artificial que exista, sus límites serán siempre los sentidos humanos. Mil computadoras no podrán crear una flor ni tampoco podrán escribir un verso de Neruda. Pero por favor, no por eso se haga jardinero o poeta. Si tiene el talento, adelante, pero no puedo dejar de decirle que vienen los tiempos de las ciencias duras.

2- Edward Lorenz (1917-2008) decía que debemos esperar siempre fenómenos “no lineales” dentro de “espacios finitos”, los que parecieran haber estado estables hasta el momento del Caos. La mayoría de las industrias claramente están bajo el “efecto mariposa”. Ese aleteo ahora ya es un huracán grado 5. Lorenz nos enseñó el llamado “péndulo doble” que con sus caprichosos movimientos luce sin control. Sin embargo, si vamos al mundo STEM podríamos tener el algoritmo de esos movimientos. Estudie matemática y modelos predictivos si quiere entender qué es lo que se viene. Y por favor, no se sume al ejército de llorones que dicen que “en Argentina puede pasar cualquier cosa”. Ya todos sabemos lo que ocurrirá. Crea también en la memoria colectiva de un pueblo.

3- Jorge Luis Borges escribió un cuento (El rigor de la ciencia) donde nos cuenta acerca del rey de un imperio que mandó a sus científicos a construir un mapa que reflejara lo más exacto posible sus extensiones. Al tiempo, sus subordinados le trajeron dicho mapa, el cual ocupaba el mismo lugar de todo el imperio (una escala 1:1 perfecta). Google es eso, es imperial, es el todo, es nuestra memoria externa. Google es el cerebro no conectado a nuestro cuerpo, es el asesino de enciclopedias, es la entrada a los jardines que se bifurcan y pueden llevarlo al mundo del Saber o de la Estupidez.

4- En un mundo hiperconectado, la soledad (junto a los cambios climáticos y los desequilibrios económicos) es mencionada como una de las mayores amenazas del mundo, según el Foro Económico Mundial. El Centro Telefónico “Silver Line” (UK) recibe miles de llamados diarios de personas que están “solas”. Simplemente quieren hablar con alguien. Alexa se ha convertido inesperadamente en un acompañante virtual de millones de solitarios. Si mi lector es joven sepa que su vejez será en modo abandono y si su edad es avanzada, vaya comprándose un iPad ya mismo.

5- Todo profesional debiera ver la serie Diagnosis en la Babel de Netflix, donde expertos en un tema (en este caso es medicina) tienen redes mundiales de pares para retroalimentar sus conocimientos. Ud. tiene una duda con un tema, contacte a un par suyo en Portugal, seguramente puede tener ideas para su problema. Todo lo hacen gratis y las redes son pequeñas y algo cerradas. No es un espacio de vanidades. Ninguno de ellos quiere venderle algo al otro. Ninguno de ellos pretende mandar su currículo al otro. Las redes nos permiten acumular inteligencia con otros expertos sobre nuestros temas y este es el verdadero poder de internet. La universalidad del conocimiento compartido, sencillamente genial. Ud. no es “X gigabytes de sabiduría”. Usted puede ser millones de “terabytes de experiencias”. Mi mejor consejo es que sea activo en redes colaborativas y comparta y pida ayuda para aumentar sus experiencias.

Vivimos en la era de mostrarnos todo lo felices que somos, por más que por dentro nos carcoman angustias y soledades. Las herramientas Facebook, Instagram, TikTok o cualquier otra siempre enseñarán nuestras mejores formas, caras, gestos, circunstancias. Nunca mostraremos un dolor y, si lo hacemos, debemos dejar la clara idea que al fin de cuentas somos sensibles y altruistas. Las miserias humanas desaparecen de las redes sociales para dar paso a la generación de los esplendorosos. Las redes son un millón de millones de susurros, una serie infinita de conversaciones egoístas, son caminos de una sola dirección para de esa forma, así, poder mostrarnos a quien relativamente poco le importamos. Mírese al espejo, dígale a su familia que la ama y póngase a leer y estudiar. Se viene la noche y Ud. está solo y en el descampado.

Continuará…

Tributo a Edward Lorenz (1917-2008).

SEGUIR LEYENDO:

Guardar