El secreto de las sociedades inteligentes

Los populismos empobrecen desordenando la competitividad de las empresas y de los trabajadores a fuerza de privilegios particulares

Resulta indispensable incorporar la inteligencia artificial a la formación de los emprendedores para avanzar en la digitalización de la economía, afirmó Rodrigo Herrera Aspra, presidente del Consejo de Administración de Genomma Lab. (EFE)

Las personas difieren en habilidades y necesidades. Las discrepancias son naturales. No existen certezas ni la verdad tiene dueños. Cada uno tiene miradas e intereses propios, irremplazables, pero negociables para asociarse.

Las sociedades prósperas se caracterizan por la amplitud para encarar negocios, donde cada individuo puede elegir qué y donde comprar y vender sin cortapisas, aceptando y beneficiándose de tales discrepancias.

La misma regla para todos abre el juego a la competencia de habilidades para atender necesidades individuales. Igual que en fútbol y deportes competitivos. Habilidades enfocadas a atender necesidades, sin trabas impuestas discriminando identidades, actividades, lugares, tiempos. Pues normativas diferentes para distintas personas y ocasiones fuerzan discriminaciones y restan certezas a las propiedades, ingresos. Reglas variables expropian, quitan a unos para darle a otros valores devaluados por la inseguridad. Gravámenes, plazos, horarios, exigencias, diferentes, imponen costos desiguales, confundiendo decisiones y costos de oportunidad.

Las sociedades prósperas se caracterizan por la amplitud para encarar negocios, donde cada individuo puede elegir qué y donde comprar y vender sin cortapisas

Aunque estudios analizan las capacidades de producir, las instituciones deben enfatizar la facilidad de contratar, los verdaderos recursos económicos. Que cada uno encuentre qué le conviene mejor. Todos trabajen con las mismas normas, sin concesiones de ventajas particulares. Porque las normas que privilegian determinadas ocupaciones, regiones, empresas, fechas, distorsionan costos y beneficios. Compitiendo en igualdad normativa, las habilidades en satisfacer necesidades particulares se concretan, atendiendo mejor a su clientela. No sorprende que las sociedades abiertas a los negocios, sin normas desparejas, sean mas prósperas. Las naciones más cerradas, obstruidas por normativas confusas, premian el acceso a los funcionarios.

Nivelar trabas regulatorias, despierta las inteligencias individuales hacia decisiones mejores.

Vengo insistiendo en las libertades de contratar para aumentar los poderes adquisitivos, el PBI por habitante. A menores trabas a decidir, mayores satisfacciones. Si no tenemos que viajar a Miami para comprar lo deseado; ni necesitamos la amistad del funcionario para vender a mejor precio, nuestros poderes adquisitivos crecen.

Si no tenemos que viajar a Miami para comprar lo deseado; ni necesitamos la amistad del funcionario para vender a mejor precio, nuestros poderes adquisitivos crecen (NA)

Pudiendo contratar y despedir empleados libremente, sin temores de congelamientos de precios y despidos, emplearíamos mas personas, pagándoles mejor, incentivados en trabajar con mas ahínco. Para contratar a más gente y buscar empleo necesitamos la seguridad de reemplazarla cuando convenga.

Contratos libres alientan mercados fluidos, atractivos para las partes. En EEUU., 6 millones de empleados son despedidos, renuncian a sus empleos, y vuelven a ser contratados todos lo meses. En abril, 9 millones de trabajos quedaban sin cubrir. Nada atrapa tanto como la libertad de salir, elegir.

El gráfico anterior confirma que las naciones mas prósperas son las de mayores libertades de contratar. Eficiencia, Satisfacción, es el producto de la Justicia con los ojos tapados. Estos países, albergan el 10% de la población y producen 50% del PBI mundial. Se trata de los 190 países miembros del FMI, ordenados de mayor a menor. En el tope, con USD 86.700 por habitante de Suiza. En el pozo, los USD 250 por habitante promedio de Sudán del Sur. Entre ambos extremos, mayores libertades de contratar resultan en ingresos superiores.

No es la bondad de los oferentes y gobernantes la que atiende tus necesidades si no las coincidencias que puedas negociar, con proveedores de tus necesidades y compradores de tus trabajos, afirmadas en el entramado institucional. A mayor estabilidad de reglas, mayores poderes adquisitivos individuales. Remarco: reglas diferentes imponen costos y beneficios privados desiguales según conexiones particulares. No premian competencias en condiciones parejas. Resultado: pobreza mayor.

En contraste, las contrataciones libres abren las transacciones y capacidades de compra más satisfactorias. Mientras las restricciones encierran peores decisiones. Prueba: Multiplicando ingresos y gastos por cantidad de cada operación tenemos el PBI total. A mayores trabas, menores ingresos, PBI por habitante.

No es la bondad de los oferentes y gobernantes la que atiende tus necesidades si no las coincidencias que puedas negociar, con proveedores de tus necesidades y compradores de tus trabajos

Las actividades mejor organizadas y prósperas provienen de las naciones mas respetuosas de los derechos individuales. Que, a su turno, son las grandes demandantes de los bienes que aceptan exportar las economías rezagadas. Recordemos, la Argentina entorpece la mayor parte del comercio. Por algo, las naciones prósperas son también los refugios al que aspiran los emigrantes del subdesarrollo de libertades individuales.

La pobreza avanza como un virus, una enfermedad social. Causada por reglas que discriminan personas, tiempos, lugares, actividades. En otras palabras, el desorden de las organizaciones corruptas. Lo contrario a la Justicia y eficiencia de normas parejas. Vengo insistiendo, Justicia no es lo que le parece a una persona o grupo. Justo es la misma e igual norma para todos. El mínimo común denominador. Como un idioma o medida común. La enseñanza de la Torre de Babel. Otorgando a cada persona hablar su propio idioma, distinto del resto, no pudieron entenderse y coordinar actividades. La diversidad de normas entorpece actuar conjuntamente, dificultando la colaboración.

(Fuente: FMI. Libro “Por un País más Justo y Floreciente)

Destaco el paso decisivo de la Revolución Francesa imponiendo el Sistema Métrico Decimal. Medidas físicas fijas, que hicieron mas justas y certeras las transacciones. Hasta entonces las medidas eran variables, corruptas. A cada cuál según su privilegio, pues el “patrón”, la persona de rango superior, en cada caso particular, decidía la medida de lo entregado. El noble, obispo, etc., imponían la medida del contrato. En los “cuadernos de quejas”, la encuesta que encargó la Convención, la falta de medidas justas era la más frecuente.

Los regímenes populistas debieran llamarse divisionistas, repartidores de privilegios. Imponen reglas particulares, privilegios, según de quien se trate. La injusticia de los privilegiados, que se apropian de capacidades ajenas, hasta de vacunas. Los despojados engrosan la pobreza. No debiera asombrar que los populismos agranden miserias y desordenes. Distintas reglas para diferentes individuos es la receta de la corrupción.

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