La situación laboral de las mujeres empeoró y los sindicatos son quienes más atrasan en igualdad de género

Solo el 18% de los lugares de poder son ocupados por mujeres en la Argentina, según un estudio de ELA. Pero la peor nota es para los gremios. Las trabajadoras y jefas de hogar están más afectadas por el desempleo producido por efecto de la pandemia, aunque solo 1 de cada 10 lugares de decisión es ocupado por una sindicalista. En una reunión en Olivos la CGT fue con una representación 100% masculina

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La delegación de la CGT
La delegación de la CGT que se reunió con el Presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos fue 100% masculina a pesar que el desempleo afectó más a las mujeres no hay voces femeninas en la esfera más alta de poder.

La participación en la actividad económica descendió 8,8 puntos porcentuales para la población general. Pero cayó en picada 14 puntos porcentuales para las mujeres jefas de hogar con niñas, niños y adolescentes sin cónyuge. Las mujeres retrocedimos más de una década de avances en el mercado laboral por efecto de un virus que acrecentó la desigualdad de género.

“Quienes enfrentan las mayores cargas de cuidados son las que se vieron más afectadas por la crisis”, resalta el informe “Desafíos de las políticas públicas frente a la crisis de los cuidados. El impacto de la pandemia en hogares con niñas, niños y adolescentes a cargo de mujeres”, presentado el 5 de mayo por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género y Unicef.

Las trabajadoras, las desempleadas y las que no pueden salir a buscar empleo son las más perjudicadas por el tsunami que provocó el covid-19. Pero las más vulnerables, contradictoriamente, son las menos defendidas. Las que cuidan a los hijos e hijas en la casa, tienen que salir a trabajar porque no pueden trabajar a distancia o se ven atadas a quedarse en el hogar porque no hay presencialidad en las escuelas garantizada son las que no tienen voz en las altas esferas de la representación gremial.

La inserción en el mercado
La inserción en el mercado laboral de las mujeres sufrió un retroceso comparable al de una década atrás, según estimaciones de CEPAL para América Latina. (Getty)

En la reunión que mantuvo la CGT con el gobierno no hubo, ni una sola mujer sindicalista. Si no hay mujeres en lugares de conducción ese dato es un termómetro de los mecanismos múltiples de discriminación u obstáculos para que no lleguen a lugares con poder.

Pero, aún frente a este mapa de conducción, por la reticencias de los que manejan el poder tradicional en la central obrera, ante los efectos laborales de la pandemia se podría haber creado un comité de emergencia conformado por trabajadoras de casas particulares, médicas, enfermeras, docentes, ferroviarias, judiciales y colectiveras, entre otras ramas, podrían tener voz en vez de quedar como una sombra inexistente en la foto del conclave del poder político con el movimiento obrero.

El 6 de mayo la CGT se reunió con el Presidente Alberto Fernández. Del encuentro participaron diez sindicalistas. Diez varones y 0% mujeres. La cifra no solo es llamativa porque muestra el nivel de retraso de la CGT, sino porque no anota que el mayor impacto de la crisis generada por el COVID-19 es para las mujeres.

En Olivos se sacaron la foto en la reunión cumbre Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio), Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Antonio Caló (UOM), Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Cavalieri (Comercio), Sergio Romero (UDA), Roberto Fernández (UTA) y Jorge Sola (Seguro).

En la reunion de la
En la reunion de la CGT con el Presidente Alberto Fernández la central obrera concurrió con cero mujeres. De parte del gobierno hubo tres mujeres: Carla Vizzotti, Pamela Ares y Cecilia Nicolini.

Es llamativo que los oficios tradicionalmente masculinos no tienen una política de apertura masiva para garantizar que las mujeres consigan trabajo, no lo pierdan o puedan recuperarlo. Y que aún en áreas en que la mayoría de las trabajadoras son mujeres los que llevan la batuta ante el gobierno son varones.

Por ejemplo, en la Argentina hay 321.850 trabajadoras de la salud y 142.334 trabajadores, según un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). La mayoría de las que ponen el cuerpo frente a la crisis sanitaria son médicas y enfermeras. Pero los que hablan por ellas son ellos.

Y aún en educación, un área que ocupa el 15,2% de las mujeres y solo al 4% de los varones, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares, del cuarto trimestre del 2019, elaborados por Unicef y el Ministerio de Economía, los voceros son homogéneamente masculinos.

Aún en las áreas en
Aún en las áreas en las que las mujeres son la mayoría de las trabajadoras, según datos del Indec, los puestos de representación gremial lo ocupan varones.

El mundo ya era desigual antes del 2020. Pero ahora es todavía más desigual. Las mujeres ya estaban más afectadas por la desocupación, pero ahora más es más. Y -lo peor- no es solo que no encuentran empleo, sino que les cuesta más salir a buscar trabajo porque no tienen con quien dejar a sus chicos.

En un mundo en crisis, las madres de hijos pequeños retrocedieron mucho más y son a las que más les cuesta volver a encontrar un salario fijo para enfrentar la inflación y poner pan, verduras y frutas a la mesa. Pero la CGT no anota los cambios, ni pide, especialmente, por quienes tendría que defender especialmente.

¿Es raro? No. ¿Y ahora quién podrá defendernos? Solo el 11% de los lugares de decisión en sindicatos son ocupados por mujeres, según la investigación “Sexo y poder: ¿Quién manda en la Argentina”, realizado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA).

El informe "Sexo y poder"
El informe "Sexo y poder" fue realizado por ELA hace diez años y ahora. La participación de mujeres en lugares de poder apenas aumentó en una década y paso del 15% al 18%.

El informe va por su segunda edición y relevó en 2020 los puestos de mayor jerarquía en 11 áreas claves: política, economía, sindicatos, sociedad civil, salud, educación, ciencia, cultura y artes, defensa y seguridad, medios y deportes.

Si la reunión con la CGT no generó más polémica es porque la foto no fue exclusiva de varones y las mujeres quedaron repartidas en la postal para que no fuera un escándalo machista como había sucedido, justo un año atrás, el 4 de mayo del 2020, en otra reunión presidencial con sindicalistas y empresarios.

En esa oportunidad la foto exclusivamente masculina impulsó al Presidente Alberto Fernández a decidir que no iba a aceptar fotos oficiales sin mujeres. Pero el cambio fue del Poder Ejecutivo, no de la central obrera. En la versión 2021 de la reunión hubo 3 mujeres entre 7 funcionarios para diluir el machismo sindical.

Ellas fueron la Ministra de Salud, Carla Vizzotti, la asesora presidencial Cecilia Nicolini y la subsecretaria de Políticas de Inclusión Laboral en el Mundo del Trabajo, Pamela Ares. La foto coincide con el mapa de ELA en donde se ve que la participación de las mujeres en la política pública, aún con todo lo que falta, es mucho más alta que la participación sindical, que atrasa sin titubeos.

Entre 18 funcionarios/as y sindicalistas
Entre 18 funcionarios/as y sindicalistas solo hubo tres mujeres en la reunión en la Quinta de Olivos con la CGT. Pero las tres mujeres pertenecen al poder político y no sindical.

El estudio se realizó, por primera vez, en el 2010 y se repitió en el 2020 para tener una foto del reparto del sexo y el poder en cada década. ¿Ganada, perdida, avanzada o retrocedida? De todo un poco. Pero a pesar del enorme espacio acumulado por el feminismo en el país los resultados son peores a lo que se podría suponer.

ELA diseñó un Índice de Participación de las Mujeres (IPM) que mide exclusivamente los puestos número 1 de decisión y que da como resultado para la Argentina una cifra bastante baja: 18%. Y un progreso de apenas 2% desde el 2010, muy por debajo de las modificaciones esperables con la incidencia de la revolución de las mujeres en Argentina.

Las mujeres ocupan, actualmente, solo 2 de cada 10 lugares de decisión en el país. El avance es muy moderado, mucho más light del cambio social, las marchas multitudinarias, la incidencia en redes sociales de la avanzada feminista y está muy lejos de una paridad de género soñada. Pero además, hay lugares en donde no se caminó para adelante, sino para atrás. En los sindicatos la participación en lugares de poder retrocedió: el IPM era del 5% en 2010 y bajó al 3% en el 2020.

La foto exclusivamente masculina en
La foto exclusivamente masculina en las reuniones de la CGT en la Quinta de Olivos se repite sistemáticamente: no hay mujere en lugares de poder, ni en las reuniones con el poder político.

La participación sindical con perspectiva de género aumentó especialmente a partir de los paros internacionales de mujeres del 8M. Pero el poder de la cúpula parece una fortaleza anquilosada. “La presencia de mujeres en el sector sindical está aumentando, aunque aún no se evidencia en los puestos de la más alta jerarquía (nivel #1) en los que la participación sigue siendo muy baja (3,2%), en abierto incumplimiento de la legislación vigente”, dice el informe de ELA, en relación a la ley de cupo sindical incumplida a todas luces (y a toda selfie).

“Estamos en presencia de un caso donde la medida de acción afirmativa dispuesta a través de una ley no ha sido efectiva: la Ley 25.674 (sancionada en noviembre de 2002) que establece un cupo de al menos 30% de mujeres sigue siendo ampliamente incumplida, de modo que no ha logrado traccionar una mayor presencia femenina en las cúpulas sindicales a más de 15 años de su sanción. De hecho, este es uno de los pocos sectores relevados que presenta un leve retroceso frente al relevamiento realizado en 2010″, indica la investigación sobre sexo y poder.

De todas maneras, la participación en lugares de poder y decisión es mucho más alta en áreas tradicionalmente femeninas o que han tenido acciones positivas y cupo que en las trincheras machistas. El área de seguridad y los sindicatos se llevan la peor calificación en el boletín de igualdad.

El IPM elaborado por ELA da un porcentaje paritario de mujeres en cultura y arte (53%), sociedad civil (43%), ciencia (36%), salud (32%), política (25%) y medios (23%) que son los ámbitos que cuentan con mayor cantidad de mujeres en el puesto #1. Mientras que en educación (14%); deportes (12%), economía (5%), sindicatos (3%) y defensa y seguridad (3%) la presencia de mujeres en puestos de poder es incipiente o excepcional.

La participación de mujeres en
La participación de mujeres en los cargos de máximo poder en la CGT y la CTA es 0%, según el estudio de ELA sobre sexo y poder en la Argentina.

“Las mujeres hemos avanzado en la conquista de derechos, pero todavía no logramos concretar el mismo avance en el acceso a espacios de poder que en gran medida siguen estando vedados”, afirmó Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA. Seguramente ante estos datos alguien va a decir que hay una policía, funcionaria, sindicalista o deportista en un lugar de poder. El problema no es que no haya una, sino que no sean muchas e, incluso, que la excepcionalidad sea noticia.

“Si bien sobran los ejemplos de mujeres que son referentes en todas las áreas, antes que la comprobación del logro de la igualdad, la posibilidad de nombrarlas es un indicador que nos recuerda que estamos todavía lejos de lograr el objetivo. Las podemos nombrar justamente porque todavía son muy pocas”, enfatiza Gherardi.

Un ejemplo es que la primera versión de este informe se hizo en el 2010. Pero, ni en ese momento, ni ahora, que haya una mujer en el poder, no quiere decir que las mujeres hayan llegado a ocupar lugares de poder de modo equitativo.

“ELA hizo por primera vez el informe en 2010 y mostramos que, a pesar de que Argentina estaba (por esos años) gobernada por una mujer presidenta y que lideraba los rankings de la región en de cantidad de mujeres en el ámbito legislativo, la participación en otras esferas de la vida social, política y económica, seguía siendo muy insuficiente: apenas el 16% de los lugares de máxima decisión estaban a cargo de mujeres”, recuenta Gherardi.

El trabajo de ELA estuvo a cargo de Gherardi. Pero fue realizado por un amplio equipo conformado por Aileen Allen, Paula Rey, Delfina Schenone Sienra, Ximena Cardoso Ramírez, Agustina Rossi, Paula Magariños, Valeria Bonafede, Guadalupe González Campaña, Solana D´Urzo y Sofía Bekerman.

“Las mujeres hemos avanzado en
“Las mujeres hemos avanzado en la conquista de derechos, pero todavía no logramos concretar el mismo avance en el acceso a espacios de poder que en gran medida siguen estando vedados", apunta Natalia Gherardi.

Entre el 2010 y el 2020, en la Argentina, el fenómeno Ni Una Menos masificó el feminismo, la marea verde consiguió la legalización del aborto y en el mundo retumbó el Me Too. Sin embargo, el ascenso de mujeres a lugares de decisión no acompañó la masividad de los logros y reclamos.

Del 15% de los lugares de máxima decisión, en el 2010, se pasó, en el 2020, al 18%. “Sólo mejoró la situación en 3 puntos porcentuales, en un período de 10 años, en los que tantas otras cosas han cambiado”, evalúa la Directora de ELA. Los cambios son más abstractos que concretos y el 82% de los cargos de poder siguen atados a los varones como por corbatas que ofician de cordón umbilical del machismo en sangre de quienes son los que –todavía- mandan en Argentina.

“¿Qué cambió en esta última década?”, se pregunta Gherardi. Y responde: “Cambió la conciencia que hay sobre las violencias, pero no cambió de manera significativa la estructura social que sostiene lógicas de subalternidad para las mujeres”.

“Las mujeres con ciertos privilegios de clase, socioeducativos y de algunas condiciones personales pueden llegar a espacios de poder, pero son todavía una porción muy menor”, apunta el informe. Aunque la desigualdad no es igual para todas las mujeres y diversidades. El informe advierte de la exclusión de las indígenas, afrodescendientes y mujeres con discapacidad y de las personas LGBTIQ+ de los espacios de poder.

El Índice de Participación de
El Índice de Participación de las Mujeres (IPM) en lugares de poder en la Argentina paso del 16%, en 2010, al 18%, en 2020, en un aumento ultra light muy lejano a la paridad de género.

Si no se mide –solo- a las que ocupan el puesto #1, sino también a las que están en el segundo lugar de la batalla el porcentaje total de puestos ocupados por mujeres pasa a ser del 34%. Sin embargo, hay ámbitos donde el crecimiento ha sido más evidente y otros donde prácticamente no se produjeron avances en los últimos 10 años.

En la política, la educación y la ciencia el balance es positivo. Son las áreas donde la representación de las mujeres ha crecido sustancialmente (142%, 71% y 62% respectivamente), pero –otra vez teléfono para la CGT- en sindicatos ese cambio fue mínimo ya que tan sólo el 11% de los máximos cargos de decisión están ocupados por mujeres.

En los medios de comunicación la participación en lugares de poder todavía es baja, pero creció en diez años del 9% al 15% y en economía también de un piso muy deteriorado del 5% a un 10% que es escaso, pero que significa el doble que la participación femenina en las decisiones del bolsillo del país.

Has recorrido un largo camino muchacha, pero cuando el contexto tira para atrás, es necesario, más que nunca, seguir haciendo fuerza para no dejar de avanzar.

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