En una reciente conferencia, el filósofo Onkar Ghate, del Ayn Rand Institute de California, explicó brevemente la evolución de las ideas de libertad en los últimos 5000 años.
Rescato aquí, algunos de los aspectos más relevantes de la misma con explicaciones, agregados e interpretaciones propias:
Los ancestros del hombre, los primeros homínidos comenzaron a bajar de los árboles hace 7 millones de años. El agrandamiento del cerebro comenzó hace 3 millones de años pero los cambios más notables datan de alrededor de 150.000 años. Los Sapiens y los Neandertales se cruzaron y se aparearon a partir del -100.000 aproximadamente, pero los primeros se consolidaron y aventajaron a los segundos porque lograron generar genes que estimularon la creatividad y que los ayudaron a su vez a sobrevivir más años y de esa forma, acumular más conocimiento que transmitieron a sus descendientes y les permitieron adaptarse mejor, resistir lesiones, enfermedades y envejecimiento prematuro.
Los nuevos genes perfeccionaron el autocontrol, la auto-conciencia, la habilidad para resolver conflictos y estimularon la cooperación entre los miembros del grupo.
Una vez que el sapiens logro formar sus primeros conceptos, sus habilidades para pensar y comunicarse se incrementaron, así como también su habilidad para interpretar e interactuar con el contexto que lo rodeaba. Cortados sus vínculos con los instintos y entregada su supervivencia al método conceptual, entender la operatoria y funcionamiento del mundo que lo rodeaba pasó a ser de primordial importancia
Es a partir de la observación de su entorno, que el sapiens comienza lentamente a separar el universo que lo rodea en dos mundos disociados y distintos; el mundo que pisa, regido por las leyes de la naturaleza, que busca entender para luego dominar. Y el universo lejano e inalcanzable, apenas observable repleto de fenómenos imposibles de explicar: no solo la luna, los planetas, el sol, las estrellas, sino también fenómenos más cercanos como el día y la noche, la claridad y la oscuridad, vientos, tormentas, mareas, granizo, nevadas, sequías, inundaciones, el mismísimo fuego, rayos y relámpagos. Estos fenómenos se vuelven incomprensibles para la mente humana. Mientras nuestros ancestros intentan comprender e interactuar en el mundo cercano y tangible, la tarea de enfrentar el mundo “lejano” se vuelve ardua, casi imposible....
Para ese segundo mundo incomprensible, el sapiens inventa “el más allá” , regido por dioses que ejercen su autoridad sobre el mundo tangible. El vacío y lo incomprensible no son tolerables y deben siempre ser llenados por una “explicación” abarcativa y comprensible.
En este contexto, los dioses se expresan a menudo en formas misteriosas y caprichosas. ¿Quién se ofrece para interpretarlos? ¿Quién adivinará sus deseos? ¿Quién logrará predecir sus planes para el mundo y para cada uno de los mortales que lo habitan? ¿Quién captará y descifrará sus mensajes?
Para aquellos incapaces de asumir semejante responsabilidad, solo queda la fe (es decir la confianza sin evidencias) y la obediencia a los mandatos que nos envían los dioses, mandatos interpretados por quienes revelan sus “dichos”.
La historia muestra que, una vez establecidos dichos mandatos o mandamientos, debieron ser obedecidos aun cuando no tuvieran sentido. La palabra de profetas y mensajeros debía ser respetada y obedecida bajo pena de castigo no ya en el más allá, sino también en el más acá, en el mundo físico que nos toca vivir.
Ante el pánico y la ansiedad que provoca vivir en un mundo regido por la razón y no por automatizados instintos, y sujeta la razón como esta a equivocaciones y errores lógicos, Platón plantea un mundo de oscuridad apenas iluminado por reflejos que emanan del más allá.
Acceder al conocimiento siempre caprichoso que emana del mismo, requiere de habilidades especiales solo accesibles a filósofos quienes desde la oligarquía y posiciones de privilegio serán quienes dediquen sus vidas a interpretar y descifrar los mandatos.
Aristóteles en cambio, recomendará concentrarnos en la razón humana y la observación como herramientas útiles para “inducir” y " deducir” y a partir de las cuales construir conocimiento .
Aristóteles experimenta, investiga y es pionero en todas las áreas de investigación científica. Comprende la enorme posibilidad de errar y comprende también que el hombre no es omnisciente pero decide lanzarse igualmente a la aventura del conocimiento. El hombre deberá descubrir a través de la observación y de la interpretación de lo observado, aquellas conductas que lo conducen a la felicidad y al florecimiento y descartar aquellas otras que lo dañan y perjudican.
El cristianismo consagra la visión platónica de la existencia transformándola en monoteista; el florecimiento de Grecia y Roma caen entonces en el olvido. El olvidar la razón como fuente de conocimiento conduce al mundo a la Edad Media y a 1.000 años de nuevo oscurantismo.
La conservación de las enseñanzas de Aristóteles por parte del Islam permiten a Tomas de Aquino entrar en contacto con Aristóteles y este hecho da lugar al “Renacimiento” .
A partir de Aquino la razón vuelve a ser apta para descubrir los secretos de la naturaleza e inventar “cosas nuevas” , “crear riqueza” .
La existencia existe y su existencia no depende de la consciencia del observador. Está regida por leyes naturales de causa y efecto y por la Ley de Identidad. La razón de esa forma es apta para identificar aquellos caminos que conducen a una vida exitosa e incrementar las chances de poder ser feliz.
Los gobernantes no están allí para cuidarnos o mandarnos, sino que son nuestros mandantes y son contratados para asegurar nuestros derechos .
Esta enorme revolución consiste simplemente en comprender que el conocimiento debe buscarse no ya en intentar identificar los mandatos divinos sino en descifrar el conocimiento que nos ofrece la naturaleza.
Al rebelarse contra la autoridad de la iglesia, los escritores del Renacimiento se rebelan también contra Tomas de Aquino y aunque rescatan su defensa de la razón humana , cuestionan el respeto a la autoridad de la iglesia que emana de su “Suma Teológica”.
Es probable que Aquino actuara de esa forma intentando escapar de la Inquisición; busca conciliar las “verdades de fe " de las Santas Escrituras con las enseñanzas de Aristóteles .
En reacción contra el oscurantismo de la Inquisición y de Roma, los escritores del renacimiento se vuelcan a la razón pero al hacerlo se distancian de Aquino (por su respeto a la autoridad de la iglesia ) y arrastran también a Aristóteles en dicho distanciamiento. Orientan la búsqueda a la “primacía de la conciencia” simbolizada en Descartes (“Pienso , luego existo”) .
El intento renacentista es pues exitoso a medias: deciden estudiar y concentrarse en el estudio de este mundo, logrando éxitos evidentes y nunca vistos jamás antes, pero no logran establecer con claridad la interactividad entre el mundo existente y la mente humana. Locke intenta refutar a Descartes defendiendo los sentidos, pero Hume primero y Kant después anulan este intento, negando la Ley de Identidad, las Relaciones causa- efecto y la posibilidad de descubrir Ley alguna .
Que un genio como Kant niegue la posibilidad de conocer “la realidad tal cual es” hace que los intelectuales de la época renuncien a defender la razón humana abriendo nuevamente el camino para que la moral, la política y la vida privada pase nuevamente a orientarse no ya por mandamientos, sino por “imperativos categóricos " a los que se accede vía sentimientos y fe .
El impulso del Renacimiento y el nivel de vida del mundo “moderno” se debe al florecimiento de estos pensadores “iluministas” y " románticos . A ellos se debe la Revolución Industrial, la Modernidad y el auge de las artes y de las ciencias: de Guttenberg (1468) a Da Vinci (1519) y Michelangelo (1564), Bacon (1626) , Galileo (1642), Rembrandt(1669) , Vermeer (1675) , Spinoza (1677) , Locke (1704), Newton (1727) , Vivaldi (17410, BACH( 1750), Voltaire (1778) , Adam Smith (1790) , Franklin (1790) y muchos otros que llegan hasta fines del siglo XIX.
El cuestionamiento de la modernidad y de la razón humana como herramienta de progreso y de guía moral, implica el regreso al mundo de lo colectivo, en donde lo correcto pasa a ser aquello que una mayoría “ungida” o “electa” interpreta como el “bien común”. El sacrificio por el prójimo (altruismo ), la idea de que “la necesidad crea derechos” pasa a ser el nuevo dogma moral no ya basado en Santas Escrituras sino en una moral secular defensora de la justicia social y de la redistribución de ingresos en beneficio " de los más débiles” .
Desafiar la fe cristiana o estatal siempre fue peligroso para los valientes que lo intentaron: Copérnico y Galileo fueron perseguidos por la Inquisición. Voltaire debió escapar de París para no ser encarcelado, Locke de Londres para escapar de la censura católica de la realeza. El mismo Spinoza fue perseguido por su ateísmo dentro de la colectividad judía
En nuestro joven país un pequeño grupo de patriotas se animó a desafiar el absolutismo monárquico español en sus aspectos económicos y políticos (Belgrano, Saavedra, Moreno, Rivadavia, Alberdi, Sarmiento, Echeverria, Gutiérrez) e incluso cuestionó normas morales no solo de la España absolutista y monárquica sino también de la Inquisición rosista. Defendieron la libertad de comercio, la propiedad privada y los derechos individuales . Pero a pesar de tan loables intentos, el peso del colectivo nacionalista, religioso y colectivista siguió y sigue pesando fuertemente sobre el sentido de la vida y el “ser nacional” . Desprendernos del lastre feudal y místico que nos mantiene estancados desde hace ya 90 años es y será la madre de todas las batallas que deberemos enfrentar los argentinos si queremos que el país se encamine nuevamente por la senda de la modernidad y el progreso.
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