La Cumbre sobre el Clima convocada por el presidente estadounidense Joe Biden que comienza hoy, se realiza tras un hecho excepcional: la caída económica producida por la pandemia el año pasado y sus efectos sobre el medio ambiente.
La fuerte caída de la actividad económica que produjo la pandemia en 2020 se correspondió con una disminución paralela de la emisión global de dióxido de carbono (CO2). Según el FMI, la economía global habría caído en torno al 4%, mientras que según el Carbon Monitor (una iniciativa internacional que estima las emisiones diarias de CO2), la disminución de la generación de dióxido de carbono producto de la pandemia y la cuarentena fue de 5,3%. Ello constata que a mayor actividad económica se acelera el deterioro del medio ambiente, mientras que, a la inversa, a menor crecimiento, la contaminación se desacelera o disminuye. Pero la situación es diferente en países y regiones.
Comenzando con las potencias globales, el único que terminó el año con crecimiento económico fue China, con 2%. En cuanto a la emisión de CO2 en China, durante 2020 la baja fue de sólo -0,5%. Así, la potencia asiática es el país que tuvo el mejor desempeño económico durante la pandemia en 2020 y al mismo tiempo el que menos disminuyó su emisión de dióxido. China tuvo una caída de su economía que se anticipó a la del resto del mundo, al haber sido el origen del Covid-19. Pero en el caso de este país la caída de la emisión de dióxido de carbono es muy diferente por sectores. En aviación doméstica cayó -20% y en transporte urbano -13,2%. En cambio, en consumo residencial de energía cayó 0,8% y en energía 0,1%, mientras que en las emisiones producto de la actividad industrial creció año a año 2,2%. Si se pudiera limitar esta información al primer trimestre, donde tuvo lugar una caída de la economía china en torno al 35,1% (en el segundo creció 54,6%), se podría obtener una mayor precisión sobre el efecto que el crecimiento económico tiene sobre el medio ambiente.
En Estados Unidos la caída estimada del PBI en 2020 fue de 3,5%, pero la reducción efectiva de sus emisiones de CO2 fue de 13,2%. En este caso, la última parece amplificada con relación a la caída de su actividad económica. Pero al observar este valor desagregado, como sucede con China, la mayor reducción de la emisión de dióxido en Estados Unidos se da en el transporte (-33,3% en aviación comercial y -24,4% en transporte urbano). En el resto de los sectores la baja de la emisión es menor: -7,3% en industria, -6,3% en energía y -4,5% en consumo residencial.
Las restantes potencias globales (Japón, India, Rusia y Brasil) muestran la misma tendencia, pero con algunas particularidades. Japón, que es la tercera potencia económica del mundo, tuvo una caída de su economía del 4,8%, más o menos en línea con la de Estados Unidos. En cuanto a la emisión de CO2 del país durante la pandemia en 2020, ésta se redujo en 6%, menos amplificada que la de Estados Unidos. India, que es la quinta economía del mundo, tuvo una fuerte caída de su economía el año pasado, que duplicó las de Estados Unidos y Japón: -8%. En esa situación, sus emisiones de C02 se redujeron un -8,7%, muy en línea con la caída de su economía. Brasil, que es una potencia económica -aunque no estratégica-, vio caer su economía 4,1%, niveles similares al de las potencias occidentales. Este país redujo sus emisiones de CO2 durante 2020 en 11%. Muy cuestionado por su política de defensa del medio ambiente, junto a Estados Unidos es uno de los países analizados hasta ahora que más ha reducido su emisión de dióxido de carbono con relación a la caída de su economía. Rusia, la 12° economía del mundo, tiene una caída este año de 3,1% y una disminución de su emisión de CO2 de 3,6%, un porcentaje similar en las dos variables. En estos 4 países el rubro donde la caída en la emisión de CO2 fue mayor respecto a 2019 -el año anterior a la pandemia- fue la aviación comercial: -47,6% para India, -42% para Brasil, -28,8% para Japón y -13,3% para Rusia.
En cuanto a la economía de la Eurozona, ésta cayó en promedio 6,6% y la emisión de CO2 lo hizo 9%, las dos variables en línea. Alemania, 1° PBI de Europa y 4° del mundo, vio caer su economía un 4,9%, mientras que su reducción de la emisión de dióxido de carbono fue del 9,8%, sensiblemente superior a la caída en la primera, como pasa también en Estados Unidos y Brasil. La baja de la actividad económica en Francia es superior a la de Alemania: alcanza al 8,1%, mientras que la reducción de sus emisiones es de 9,9%, un porcentaje similar que el de la variable anterior. Siguiendo con Italia, la 3° economía de la Eurozona, su economía durante la pandemia cayó 8,9% y la reducción de sus emisiones de CO2 fue de 8,8%, es decir, prácticamente igual. En cuanto a España (4° economía de la Eurozona) su actividad económica cayó 10,8% y sus emisiones de dióxido de carbono 14,6%. Fuera de la Eurozona, la economía del Reino Unido cayó 9,9%, mientras que sus emisiones bajaron un 10,6%. Es una caída económica similar a la de España, pero el daño al medio ambiente a través de la emisión de CO2 es superior a la de este último país. Nuevamente, la reducción de las emisiones tiene sus máximos niveles porcentuales en el transporte aeronáutico. La actividad en este último implicó en la Eurozona una baja de emisiones en torno al 47,5% respecto a 2019, distribuido en Gran Bretaña (-56.5%), Francia (-44.5%), Alemania (-50,8%), Italia (-46,6%) y España (-46.6%), las economías más importantes de la Eurozona.
Mientras tanto, excluidos los países y bloques analizados hasta ahora, en el resto del mundo la caída de emisiones de dióxido de carbono fue de 3,9%. Esta baja representa el 21% de la caída total mundial de emisiones durante la pandemia. Pero es interesante comparar países y regiones en cuanto a la cantidad de toneladas de dióxido de carbono emitidas durante 2020. Mientras que el resto del mundo, menos la Eurozona, Estados Unidos, Brasil, China, India, Japón y Rusia, emitió 350 millones de toneladas menos de CO2 en 2020 que en 2019, sólo el transporte urbano de Estados Unidos redujo sus emisiones para este año en 394 millones de toneladas. Dicho en otras palabras, lo que los estadounidenses dejaron de emitir este año al verse afectado su transporte terrestre por la pandemia, equivale a lo que el resto del mundo dejó de emitir de CO2 en energía, transporte terrestre, industria, consumo de energía residencial y tráfico aéreo. Al igual que la tendencia en las economías más grandes, para el resto del mundo la caída porcentual más pronunciada se dio en el tráfico aéreo (-41,9%), mientras que el consumo de energía residencial subió 0,5%.
Tomando al mundo y sus emisiones en conjunto, este año marcado por la pandemia dejó de emitir 1.653 millones de toneladas de dióxido de carbono, que es considerado uno de los principales gases del efecto invernadero generado por la quema de combustibles fósiles. En términos globales, esa disminución se tradujo en una reducción de la actividad económica de 4,2%.
La relación entre la caída de actividad económica y la de emisión de CO2 por la pandemia muestra un ejemplo concreto de la relación de ambas variables: a menor emisión, menor crecimiento. Esta será la cuestión central a resolver en esta cumbre.
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