Sin moneda no tenemos economía

La inflación crónica genera inestabilidad, suba generalizada de precios de manera recurrente y reduce la confianza de los ciudadanos en su moneda nacional

Sin moneda no tenemos economía (Franco Fafasuli)

Seguramente han escuchado o leído que Argentina no tiene moneda o que el peso no representa realmente las funciones por las cuales se puede definir una moneda. La realidad es que una economía que no cuenta con moneda es como un cirujano que no tiene bisturí para operar. Así de profundo y complejo es el rol de la moneda en la dinámica económica de un país.

En primer lugar, tenemos que entender que la moneda es fundamental para que una economía funcione. Es tan importante el rol de la moneda que si no la tuviéramos no existiría la realidad en la que vivimos hoy. Es decir, sin moneda no habría prácticamente intercambio de bienes y servicios, desde tener el servicio de Netflix o comprarse un pancho en la cancha, a comprarse un libro para leer o comprarse ropa de vestir: sin el dinero sería imposible que dichas operaciones se puedan llevar adelante. Para traducirlo, la moneda resulta ser un pagaré, es decir, un instrumento de pago que todos los habitantes de dicha economía confían que será aceptado por otras personas por no perder valor y se podrá utilizar para comprar y vender bienes y servicios. Por lo tanto, la moneda debe tener el rol de depósito de valor, de la que se espera que mantenga su valor en forma previsible a través del tiempo. También debe tener el rol de ser unidad de cuenta, es decir, en lo que se cuentan los bienes y servicios, en este caso, en una moneda como el peso. Y en tercer lugar, debe ser un medio de cambio, que la mayoría de las personas utilizan pensando que puede intercambiarse en el tiempo. Por lo tanto, en la economía moderna podemos definir que la moneda es principal y únicamente un instrumento de pago que tiene o no intrínsecamente confianza generalizada que dicho activo financiero va a tener valor en el tiempo.

¿Qué pasa si una economía sufre de inflación, es decir, suba generalizada de precios de bienes y servicios? La moneda local se convierte en un riesgoso depósito de valor ya que en el tiempo se desvaloriza. En ese caso, preferimos sacárnoslo de encima, vendiéndolo o intercambiándolo, porque no queremos que esa pérdida de valor se traduzca en menor riqueza para nuestros bolsillos. Si esa moneda no la quiere nadie, se busca otro medio de intercambio alternativo para que la economía siga funcionando. El dólar ha venido a cumplir ese rol, siendo el resguardo de valor y moneda de intercambio en la compra y venta, por ejemplo, de viviendas, debido a la historia inflacionaria de nuestra economía. Esto que le sucede a Argentina les pasó a otras economías que sufrieron inflaciones galopantes. Un ejemplo es la Alemania post Primera Guerra Mundial, donde la hiperinflación del marco alemán llevó a que los alemanes busquen refugio en otras monedas.

La multiplicación de la moneda: el mayor problema nacional

Mucho hablamos de la “cantidad de dinero” que circula en una economía. Y este tema, que puede resultar ser un “chino básico” para muchos, es trascendental para entender la dinámica de una economía moderna, donde el sistema financiero tiene un rol preponderante liderado por el Banco Central.

Para saber cuánto dinero existe en una economía se utiliza el término “agregados monetarios”, que no son más que distintas formas de calificar al dinero según su liquidez. Para que se entienda, la liquidez significa la capacidad que tiene un activo en transformarse en dinero en efectivo. Por ello, cuando decimos que una acción de Apple es muy líquida, resulta ser porque es muy fácil su conversión a dinero líquido, mientras que una casa demora más tiempo en liquidarse y transformarse en dinero en efectivo.

Veamos los distintos tipos:

M0: billetes y monedas emitidos por el Banco Central

Es la cantidad de billetes y monedas en manos de los argentinos. También se suma el dinero de los bancos en cajas de seguridad y depositados con el Banco Central. Para resumirlo, es lo que definimos como “base monetaria”.

M1: M0 + depósitos a la vista

M2: M1 + depósitos disponibles con preaviso + depósitos a plazo

M3 – M4: M0+1+2 además de bonos, letras del tesoro, pagarés y distintos activos financieros con menor liquidez.

Lo más importante es que entiendas que la M0 es la base monetaria y es sobre la que mayor poder de fuego tiene el BCRA y puede controlar. Es decir, cuando hablamos de la “maquinita”, estamos hablando de que M0 crece porque se imprimen más billetes y circulante en efectivo.

Argentina ha sufrido las consecuencias de la irresponsabilidad y mala administración del dinero en nuestra economía. Ya hemos señalado lo importante que es el dinero, y lo podemos asemejar a la sangre que circula en un organismo. Sin sangre, no funcionan los órganos y sin ella no hay vida. Podemos destacar que la emisión de M0, es decir, la ampliación constante de la base monetaria para financiar los desajustes fiscales, ha sido una de las razones fundamentales para convivir con inflación crónica.

Este cáncer, que lo genera nuestro Banco Central, solo genera inestabilidad, suba generalizada de precios de manera recurrente y reduce la confianza de los ciudadanos en su moneda nacional. Básicamente, aunque resulta ser más complejo, cuando el BCRA emite y emite llega un punto donde la ciudadanía valora cada vez menos ese “papelito” porque no satisface sus necesidades básicas. Dichos papelitos, cuando comienzan a circular con mayor velocidad en la economía, son un síntoma de mala señal y posiblemente aumento de los precios, porque ese papel pierde su valor relativo respecto a una gaseosa, un pancho o una pelota de fútbol.

Para concluir, el argentino entendió que el peso no tiene valor en el largo plazo. Esto es puramente una consecuencia de la mala administración del Banco Central y la política económica, y no tiene nada que ver con una idiosincrasia que no queremos nuestros propios activos soberanos. Si somos capaces de masticar este mal trago, las chances de que avancemos hacia una única moneda en nuestro país crecen exponencialmente. Y, si tenemos una única moneda, es decir, al dólar como única moneda de curso legal, una parte importante de nuestros problemas diarios desaparecen.

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