Malvinas y la fuerza de ocupación militar británica

El abanico de ejercicios de adiestramiento de la base RAF Mount Pleasant persigue propósitos más ambiciosos que la defensa de la colonia. Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur corren el riesgo de ser blanco hipotético de un eventual choque estratégico entre los principales adversarios de la competencia geopolítica

Las maniobras militares en Malvinas comprometen la seguridad y estabilidad del Atlántico Sur, al integrar la dimensión militar del concepto Gran Bretaña Global. El abanico de ejercicios de adiestramiento de la base RAF Mount Pleasant persigue propósitos más ambiciosos que la defensa de la colonia. En ese contexto, Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur corren el riesgo de ser blanco hipotético de un eventual choque estratégico entre los principales adversarios de la competencia geopolítica. Las características de la proyección y el alcance de las instalaciones militares lo ponen en evidencia como la participación en los alistamientos de guerra de algunos regimientos específicos, además de la remodelación de los muelles de Puerto Argentino o del embarcadero de Georgias del Sur que permitiría incluso servir de apoyo logístico para submarinos Vanguard equipados con misiles balísticos intercontinentales Trident.

La Guardia Escocesa (Scots Guards), que participó en la guerra de 1982 en el avance occidental del Monte Tumbledown (una de las últimas cargas de bayoneta de la guerra contemporánea), complementa el adiestramiento de combate en Malvinas tras la formación recibida en el Centro de entrenamiento de Catterick. En el 2004, un batallón fue desplegado en Irak como parte de la Cuarta Brigada Blindada. Los Granadier Guards (Gren GDS) son otro regimiento de infantería que participa en las maniobras militares y son la base del cuerpo de paracaidistas del Reino Unido (conforma la 16 brigada de asalto). Ha participado en la Operación Telic en Irak y en la Operación Herrick en Afganistán.

La ampliación del puerto de aguas profundas en Puerto Argentino, es otra cuestión delicada. Si bien ha sido presentado como un proyecto relacionado con necesidades pesqueras, petrolíferas y de turismo, esta integralmente conectado con el muelle de la armada británica denominado Mare Harbour con el objetivo de ampliar la capacidad de atraque de buques de guerra y en particular la posibilidad que lo hagan submarinos de la clase Trafalgar y Astute (de tipo nuclear) dotados de misiles Tomahawk. El Ministerio de Defensa británico participa de la obra de modernización de toda la infraestructura portuaria en Malvinas a través de la empresa BAM Nuttall que, a la vez, se encuentra ampliando los muelles en Georgias del Sur y es también contratista habitual del British Antartic Survey.

El aeropuerto RAF Mount Pleasant es quizás el más moderno del Atlántico Sur y es un componente estratégico adicional del esquema militar de Gran Bretaña Global, incluyendo la capacidad de abastecimiento de las unidades de mayor significación de la fuerza aérea británica. Posee un centro para la guerra electrónica y sistemas de comunicaciones multiplicadores de última generación para las fuerzas armadas británicas. Desde el Brexit y el abandono del sistema de navegación europeo Galileo, estos mecanismos han sido redimensionados con nuevos apoyos satelitales propios y de otros aliados estratégicos.

El conjunto de estas circunstancias, entre otras, tienen particular incidencia en la seguridad de la Zona de Paz del Atlántico Sur como en el cumplimiento de la desnuclearización prevista en el Tratado de Tlatelolco y Protocolos Adicionales destinados a potencias extra regionales como el Reino Unido. Es de esperar que el gobierno británico no siga profundizando el músculo militar con asiento en Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur en violación a normas internacionales. El ex Canciller Jack Straw aconsejaba expandir la red diplomática global en lugar de la militar. Son tiempos para que Londres recapacite y se comporte responsablemente conforme a esa recomendación. De lo contrario sería lógico que la comunidad internacional se pregunte si merece seguir siendo Miembro Permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

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