Control interno y externo: una convivencia necesaria para alcanzar la transparencia

Resulta un mecanismo indispensable para verificar que los protocolos y objetivos de una empresa, departamento o dependencia pública cumplan con las normas y las reglas fijadas

La Real Academia Española define el término “control” como “comprobación, inspección, fiscalización, intervención”. Todas estas acciones, cuando vienen de un tercero, pueden sonar a injerencia o intromisión ajena en la gestión. El control externo, tal como lo realiza el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires, es muchas veces así considerado por parte de los que son auditados.

Sin duda alguna, en administración y gestión, el control es un mecanismo indispensable para verificar que los protocolos y objetivos de una empresa, departamento o dependencia pública cumplan con las normas y las reglas fijadas en los actos de disposición de fondos, ya sean públicos o privados según el caso. Se trata de una actividad muy positiva que contribuye no sólo a la transparencia de la gestión, sino también a la verificación de la economía, eficacia y eficiencia del gasto.

Esto cabe especialmente para el sector público que dispone dineros públicos. Los fondos no le pertenecen a quien los administra, sino al Estado, en definitiva a los ciudadanos. ¿Qué mejor que el control externo para garantizar una rendición de cuentas clara, y asegurar el logro de los objetivos planeados?.

Los organismos de control entonces, no procuran en el ejercicio de inspeccionar y auditar la aplicación de multas y sanciones como primera meta. Esto surgirá del incumplimiento de la normativa legal y de la no acreditación de la legitimidad del gasto. Actualmente contribuyen muy marcadamente, con recomendaciones y asesoramiento al éxito de la gestión de los controlados, para que la misma de manera eficiente y eficaz contribuya a satisfacer las necesidades de la población. Es así una permanente actividad docente, que debe ser claramente didáctica para poder transmitir la debida forma de realizar los procedimientos. Así como un buen profesor no es el que aplaza a todo el curso, sino el que logra que el total de sus alumnos aprenda y promocione el año, de igual manera el mejor control externo es el que acompaña y logra que la gestión sea eficiente, eficaz, en todo de acuerdo a las disposiciones legales y logre los objetivos que la ciudadanía requiere y necesita.

El control externo, al inspeccionar una dependencia pública en cualquier nivel de gobierno que sea, lo primero que analiza es el funcionamiento del control interno del auditado. Si el control interno funciona bien, la tarea del control externo se verá facilitada. Y si es malo, falla o falta, es muy probable que el control externo encuentre numerosas falencias y opacidades en el manejo de las cuentas públicas. Y lo mismo ocurre en las personas. No seremos mejores porque se nos controle, sino que lo seremos a partir de nuestro propio control ejercido con responsabilidad. En nuestro propio beneficio y en el de los demás. Concepto perfectamente aplicable al cumplimiento de los protocolos en la trágica situación sanitaria que el mundo está sufriendo.

A lo largo de la historia, se han visto casos de administraciones fraudulentas que han resultado escandalosos por corrupción y que impactaron fuertemente en la consideración de la opinión pública. Pero afortunadamente, así como un avión que aterriza normalmente no es noticia, y sí el que lamentablemente se estrella, porque la definición de noticia es la difusión de algo que impresiona por imprevisto o novedoso, vale destacar que siguen siendo en su total mayoría las administraciones y gestiones públicas que cumplen correctamente con su cometido. Pero no son noticiables.

Los organismos de control provinciales son órganos consagrados en la Constitución de cada una de las provincias. Son independientes, no responden a banderas partidarias, y gozan en general de una trayectoria centenaria, con planteles profesionales altamente capacitados y con equipamiento tecnológico de última generación. La mayoría de las veces superior a la de sus auditados.

En el caso del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires, que es el que me toca presidir, es el único organismo no nacional que cuenta con avales del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo para auditar la aplicación de fondos de los préstamos que otorgan a nuestra Provincia.

El control y la gestión son las dos caras de una misma moneda. Suelo decir que se trata de dos abordajes inseparables, que funcionan como el acelerador (la gestión) y el freno (el control) en un automóvil. Gestión sin control constituiría un desborde y un verdadero peligro. Control sin gestión no tiene a quien contener, guiar, ayudar o sancionar. Existen al unísono, actúan simultáneamente y se retroalimentan recíprocamente.

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