Controles a empresas: camino al Goslplan criollo

La creación del SIPRE, que busca información sobre precios y cantidades, remite al comité para la planificación económica soviético

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Foto del domingo de dos personas caminando frente a una góndola de supermercado casi vacía en un supermercado en Buenos Aires. 
Mar 15, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian
Foto del domingo de dos personas caminando frente a una góndola de supermercado casi vacía en un supermercado en Buenos Aires. Mar 15, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian

El lenguaje se parece un poco. Comenzó a funcionar el Sistema Informativo para la Implementación de Políticas de Reactivación Económica (SIPRE) en la órbita de la Subsecretaría de Políticas para el Mercado Interno, dependiente de la Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo.

Este “sistema” se ocupará de recibir información de las empresas en los sectores del comercio y de la industria cuyas ventas durante 2019 hayan superado el equivalente de aproximadamente unos 17,5 millones de dólares para el primero y de 14,8 millones para el segundo. Todas esas empresas deben informar tanto los precios vigentes, como las cantidades vendidas de todos sus bienes finales o intermedios.

Siempre el paso previo al control de precios, que ya existe, y la planificación de la producción, es tener información, como en este caso, de precios y cantidades. Tal vez no sorprenda que la resolución que implementa el SIPRE (237/2021), tiene sus fundamentos en leyes, decretos de necesidad y urgencia, decretos y resoluciones, de muchos gobiernos anteriores, y de todo signo.

“Siempre el paso previo al control de precios, que ya existe, y la planificación de la producción, es tener información”

La ley 20.680, de Abastecimiento, es de 1974; la ley 24.240 de Defensa del Consumidor es de 1993; la ley 27.442 de Defensa de la Competencia es de 2018; la Ley 27.541 de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, de Diciembre de 2019. Traigan sus recuerdos para recordar quienes eran los gobiernos en cada caso, pero eran supuestamente muy diferentes y opuestos.

Lo mismo sucede con los decretos que fundamentan el SIPRE. Al 167 de 2021 sobre la Emergencia Sanitaria, le sigue el Decreto 1063/16 de “Trámites a distancia” y modernización del Estado; el Decreto 274 de 2019 que regula la Lealtad Comercial; el 50/2019 sobre la estructura del Estado; el 260 de 2020 sobre Emergencia Sanitaria; en fin, y otros.

La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, publicó la resolución que crea un sistema de monitoreo de precios, ventas y cantidades.
La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, publicó la resolución que crea un sistema de monitoreo de precios, ventas y cantidades.

Pero para muestra ya está, este sistema de “información” de precios y cantidades se basa en normas de todos los gobiernos que hemos tenido en los últimos tiempos, lo cual es un indicio de que comparten cierta visión, sobre el funcionamiento de los mercados y el sistema de precios.

Tal vez el próximo paso sea crear un Ministerio de Planificación (perdón, ya lo hubo), o ahora un Ministerio para la Planificación de la Producción Argentina hacia la Felicidad de todo el Pueblo (MIPLAPROARFEP), por ejemplo.

No tiene mayor sentido requerir información al comercio y la industria si luego no se hará algo con ella. Claro, al recibirla, el gobierno podría sacar la conclusión inmediata que debe eliminar el déficit fiscal, la emisión monetaria y la enorme cantidad de impuestos y regulaciones que vuelven a impactar en los precios y las cantidades de los que reciben información.

“El hecho de incluir las cantidades podría señalar que el SIPRE tal vez camine en dirección a un Gosplan criollo. El Gosplan era el comité para la planificación económica de la Unión Soviética”

El hecho de incluir las cantidades podría señalar que el SIPRE tal vez camine en dirección a un Gosplan criollo. El Gosplan era el comité para la planificación económica de la Unión Soviética, el Comité Estatal de Planificación. Se creó en 1921 y estuvo vigente hasta la caída de la URSS en 1991. El Gosplan elaboraba y administraba los Planes Quinquenales, que también supimos tener aunque aquí fueran más “indicativos” y su incumplimiento no enviara a los responsables a Siberia.

¿Cómo hacía el Gosplan para planificar precios y cantidades de todos los productos del comercio y la industria? Con el llamado “método de balances materiales”. Para un cierto período elaboraba un balance de “materiales” o insumos, es decir cuánto se produciría ese año siguiendo la fórmula: producción – exportaciones + importaciones +- cambios en stocks. Luego tenían que administrar la escasez de ciertos insumos en tales industrias o “alentar” esfuerzos para mayor producción del insumo faltante.

Al poco tiempo los planes terminaban siendo totalmente irrealistas, ya que era imposible que los miembros del Gosplan tuvieran toda la información necesaria, por lo que terminó habiendo todo tipo de desajustes, escaseces y falsificación de estadísticas, pero siempre, por supuesto, todo en favor de la Revolución. Los mercados negros florecían con productos sujetos a controles de precios y cantidades, que los mismos empleados se robaban de las empresas estatales.

“Era imposible que los miembros del Gosplan tuvieran toda la información necesaria, por lo que terminó habiendo todo tipo de desajustes, escaseces y falsificación de estadísticas”

Lo que no podían ver era el punto señalado por Friedrich Hayek acerca del uso del conocimiento en la sociedad. El mercado no demanda a nadie que tenga esa información, solamente le dice al industrial que tenga la de su propio mercado, no de “toda” la economía. Entonces, el conocimiento está disperso, nadie tiene el total, pero son los precios los que coordinan las acciones de todos los productores, y todos los consumidores, guiados “como si fuera por una mano invisible”.

Ahora el pichón de Gosplan criollo empieza por pedir información de precios y cantidades. Ya hay funcionarios que deciden cuáles deben ser algunos precios, y el siguiente paso podría ser que decidan cuáles deberían ser las cantidades.

En fin, para qué hacer pronósticos, si quiere saber qué hay al final de ese camino lo mejor es volver a ver la película “Goodbye Lenin!”, de Wolfgang Becker. Al menos es divertida, y tuvo mucho éxito, algo que estas políticas no van a compartir.

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