Nuestro país viene de muchas décadas de muy mala performance económica. Circunstancia que no ha ocurrido en la mayoría de los demás países de la región. Como resultado tenemos un estancamiento en el ingreso por habitante y la pobreza ha aumentado muy significativamente.
Para revertir esta realidad es necesario que entre todos trabajemos para establecer ciertos consensos básicos que permitan poner a la Argentina en la senda del desarrollo económico y social sustentable. En este sentido creemos que la clave es brindarle a los emprendedores, así como a las pequeñas, medianas y grandes empresas, señales claras en cuanto que se hará todo lo posible para favorecer la movilización de las energías y capacidades que estos actores detentan.
El primer requerimiento, de naturaleza política, es el de garantizar se cumpla lo que establece nuestra Constitución Nacional. Es decir, que en nuestro país impera una República con tres Poderes independientes y que los mismos son el reaseguro para las libertades personales, así como para el desarrollo de las actividades productivas de las personas y de las empresas. Muy específicamente es importante subrayar el rol central que tiene una Justicia independiente en tal sentido. Sin ella no hay desarrollo económico y social posible.
Una segunda condición es la plena vigencia de un programa macroeconómico que aplique políticas monetarias y fiscales como las que se han seguido en la mayoría de los países del mundo. Estas han logrado reducir significativamente la inflación y generar previsibilidad respecto del futuro de los negocios. Las políticas macroeconómicas apropiadas permiten a su vez contar con una moneda doméstica respetada y acceder a un financiamiento a tasas de interés substancialmente más bajas que las que hoy rigen en Argentina.
Un tercer pre-requisito tiene que ver con respetar el ámbito propio del sector privado. Esto significa reconocer que las empresas requieren para su pleno desarrollo y para contribuir eficazmente al progreso económico y social del país, poder operar con la mayor libertad posible dentro del marco que establecen las leyes y las regulaciones vigentes. Concretamente, es decisivo para la actividad empresaria: i) que no se apliquen controles de precios cuya única consecuencia es la de ir ahogando la capacidad productiva; ii) que se vaya reduciendo la altísima presión tributaria que soporta el sector formal de la economía, simultáneamente con un accionar claro contra la evasión; iii) que se respeten los marcos regulatorios de modo que las empresas cuenten con la previsibilidad necesaria para llevar a cabo inversiones y iv) que se brinde la mayor fluidez posible a las operaciones de comercio exterior así como a las vinculadas con el uso de divisas, dado que hoy es muy complejo realizar actividades económicas sin una vinculación con el sistema de comercio y financiamiento internacionales.
Todo lo expresado hasta aquí se sintetiza en un concepto: un sector privado que cuente con las condiciones para crecer tiene la capacidad para transformar a la Argentina en un país que deje atrás años de estancamiento. El empuje, la capacidad innovadora y el talento de miles y miles de argentinos y argentinas lanzados a emprender actividades productivas debe ser aprovechado en plenitud. La Patria lo reclama, la ciudadanía toda así lo espera.
SEGUIR LEYENDO
Cuáles son los 4 principios que se deben respetar para una “economía tranquila” según Guzmán