La agenda económica de la mujer argentina en pandemia

La desigualdad de género en el empleo del futuro es un tema abordar para aprovechar todas las oportunidades que tienen las economías para potenciar sus niveles de producción y productividad

En el 2020 no se realizó el Informe Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial. Sin embargo, en 2019 Argentina había mejorado su posición interanual pasando del puesto 36 al puesto 30 a nivel mundial. (Shutterstock)

“No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos”, expresaba el escritor y pensador español Gregorio Marañón. En esa distinción los atributos de género cada vez son más estudiados y puestos a la luz a los efectos de reflejar la conveniencia social de la incorporación de la mujer en el campo social y económico en términos más igualitarios.

La agenda de género en el campo económico, la salud y educación fue avanzando más rápido de lo pensado en nuestro país. En el 2020 no se realizó el Informe Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial. Sin embargo, en 2019 Argentina había mejorado su posición interanual pasando del puesto 36 al puesto 30 a nivel mundial. El país cuenta en cuestión de género una calificación de país desarrollado en Salud y Supervivencia (0,980) y Logro Educativo (0,995). Tiene nota por encima de la media en Oportunidad y Participación Económica (0,623) y baja calificación en Empoderamiento Político (0,387). Dentro del Indicador de Oportunidad y Participación Económica, la calificación más baja se da en Legisladoras, Altos cargos de funcionaria pública y Gerencia (0,483). Respecto del Indicador de Empoderamiento Político, la calificación más baja Argentina se da en cantidad de años de la mujer en posiciones de liderazgo en el Estado (0,242).

El Banco Mundial destaca que Argentina se encuentra dentro de las 90 economías del mundo (menos de la mitad) que han exigido la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor

Si hay algo que las mujeres buscan es que se le abran nuevas puertas. Un Informe del banco alemán N26, denominado Índice de Oportunidades Femeninas 2021, que integra a 100 países del mundo, posiciona a la Argentina en el puesto 20 con respecto a la medición de avances en el liderazgo femenino dentro del Gobierno, Empresas, STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y Espíritu empresarial, así como los factores que facilitan el éxito como el acceso a la Educación y la Licencia Parental.

Por su parte, un informe del Banco Mundial (Mujeres, Negocios y Ley 2021) destaca que Argentina se encuentra dentro de las 90 economías del mundo (menos de la mitad) que han exigido la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor. La mayoría de ellas son economías de ingresos altos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

La desigualdad de género en el empleo del futuro es un tema abordar para aprovechar todas las oportunidades que tienen las economías para potenciar sus niveles de producción y productividad. Un análisis realizado en colaboración con Linkedin revela que las mujeres están muy poco representadas en la mayoría de las profesiones emergentes. Esa brecha es más pronunciada en el segmento laboral de “Informática en la nube”, donde solo el 12% de los profesionales son mujeres. La situación apenas mejora en “Ingeniería” (15 %) y “Datos e IA” (26 %), aunque ellas sí superan a los hombres en dos segmentos de rápido crecimiento: “Producción de contenidos” y “Pueblos y culturas”.

Un análisis realizado en colaboración con Linkedin revela que las mujeres están muy poco representadas en la mayoría de las profesiones emergentes

Aún en los casos en los que las mujeres cuentan con las competencias demandadas, no siempre están representadas por igual. En “Ciencia de datos”, por ejemplo, el 31% de quienes tiene competencias pertinentes son mujeres, aunque sólo el 25% de los puestos están ocupados por mujeres. Del mismo modo, no existe brecha de género en cuanto a competencias de “Especialistas digitales”, pero el 41% de estos empleos están ocupados por mujeres.

En el caso de nuestro país, según un relevamiento realizado por Fecoba (Federación de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires), para el 41% de las mujeres no se vieron afectadas por la pandemia en rubros como home office, tareas del hogar, rol de madre y mujer empresaria; un 39,6 % se vio afectada negativamente y la superposición de actividades afectó el uso del tiempo y al 19,4% las impactó de manera positiva y les sirvió para administrar el tiempo.

En el mismo informe se indica que dentro de la prioridad de medidas que podrían beneficiar a las mujeres empresarias en el universo encuestado están: beneficios impositivos para su actividad (36%), líneas de financiamiento para mujeres (32%), programas de empleo (13%) y programas de capacitación (12%).

En el Proyecto de Ley sobre Economía del Conocimiento se prevé que las empresas podrán acceder a 10 puntos adicionales de reducción a las contribuciones patronales si incorporan mujeres profesionales con estudios de posgrado en Ingeniería, Ciencias Exactas, o Naturales; discapacitados, beneficiarios de planes sociales o personas que habiten en zonas de menor desarrollo relativo.

La intelectual norteamericana Charlotte Perkins Gilman supo decir a principios del Siglo XX que ”poco a poco, y con la oposición más injusta y cruel, se está estableciendo gradualmente que el trabajo humano es tanto de la mujer como del hombre”. Gilman argumentaba que hay evidencia de que la raza humana tiene un desequilibrio, así como un exceso de distinción sexual, porque los atributos humanos y la experiencia están desigualmente divididos entre los sexos. Injustamente, decía, a las mujeres se les negaba no sólo el acceso a participar en el desarrollo cultural y económico, sino que también la condición de personas. Algo de esto ha cambiado en un siglo.

SEGUIR LEYENDO: