El 28 de febrero de 1981, el cuarteto británico daba el primero de sus shows en la cancha de Vélez. En aquella oportunidad tocaron tres veces en el José Amalfitani, una en Mar del Plata y otra en Rosario.
Estaban afilados. Afiladísimos. Venían tocando el disco The Game casi todos los días desde finales de junio de 1980. Pero no era lo mismo. La mayoría de los shows en Estados Unidos, Europa y Japón que venían realizando eran en las clásicas “arenas”. Hasta el día de hoy, en esos establecimientos se realizan los espectáculos musicales y afines. El modelo de negocio es distinto. Giras extensas y muchos shows en lugares grandes, pero no masivos. Para que se ubique el lector argentino estamos hablando de sitios semejantes a nuestro Luna Park.
Cuando le fueron con la propuesta a la banda, Brian May pensó que era una locura que Queen pueda llenar un estadio de fútbol en la otra punta del mundo. Terminaron llenando varios, no solamente en Argentina sino en Brasil un par de semanas después. El ambiente que se vivió en los shows de San Pablo en el Morumbí fue similar al de aquí. Algo que Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon no habían visto nunca. Pero, aunque el público paulista fue más intenso que el europeo y el norteamericano, el cantante de la banda reconoció a sus íntimos luego del segmento del tour: “Nada se compara a lo de Argentina”.
Un gran negocio que empezó con una pequeña inversión
Según contó Billy Bond, el inicio de todo fue una charla en Estados Unidos, cuando fue a mezclar el primer disco de Serú Girán con Charly García. Allí cenaron con el productor Ángel “Beco” Rota y empezaron a tirar nombres al voleo, para ver qué músicos del primer mundo podrían bajar a Sudamérica. Charly tiró dos ideas: Stevie Wonder y Queen. La jornada terminó hablando de cualquier cosa y todo quedó hasta el momento en la nada. Pero la idea quedó dando vueltas en la cabeza de Rota, que lo llamó a Bond a Brasil un tiempo después, para ver si se podía avanzar con lo de Mercury y compañía. Le dijo que podría llegar a Jim Beach, representante de la banda, y que con 90 mil dólares se podría tener un primer acuerdo firmado para hacer Argentina y Brasil.
Bond no contaba con el dinero, pero consiguió un grupo de jóvenes inversores que tenían unos boliches de moda y asumieron el riesgo. Con la valija literalmente en la mano, Rota se fue a ver a Beach, que más que interesado en la ganancia de los shows, tenía una visión estratégica más ambiciosa: nuevos mercados a futuro. El precontrato se firmó por solamente 50 mil dólares.
Hace poco más de cuatro décadas, Alfredo Capalbo, que se encontraba en Estados Unidos tratando de traer a Linda Carter para unos shows de la Mujer Maravilla, estaba desilusionado. Resulta que la actriz había decidido lanzar su carrera como cantante y no estaba interesada en la propuesta. En una comida en la previa del regreso a Buenos Aires, le contó su desventura a Rota que, ni lento ni perezoso, vio la oportunidad perfecta y le vendió a Queen en Argentina. Capalbo agarró viaje y se encargó de los shows aquí, mientras que Billy Bond hizo lo suyo en Brasil.
“El mejor Queen”
Desde que aterrizó el avión en Ezeiza el 27 de febrero de 1981, la banda supo que iba a vivir algo especial. En el aeropuerto se dejaron de anunciar los arribos y salidas para pasar los grandes éxitos de la banda. “No pudimos creer lo que escuchaban nuestros oídos”, le contó Mercury a una corresponsal británica en el país.
Muchos argentinos que tuvieron el placer de verlos en vivo aseguraron durante todos estos años que vieron al mejor Queen, a la banda en su momento ideal y a punto caramelo. Si bien esto puede sonar a la fanfarronería local usual, lo cierto es que la más inapelable fuente, una inglesa, comparte la tesis. Peter Hince, que trabajó como asistente en el escenario con el grupo en casi toda su carrera, (veía a Queen todas las noches en vivo en su privilegiado rol laboral) está de acuerdo. La mejor versión fue la que se vio en Argentina.
Afortunadamente quedaron muy buenos registros. El primer show del 28 de febrero puede escucharse en una buena grabación de lo que parece ser de consola. El segundo concierto (primero de marzo) fue transmitido por Canal 9 con la conducción de Juan Alberto Badía, por lo que hay video completo de gran calidad. De Mar del Plata (4/3) y de Rosario (6/3) hay solamente registros de la audiencia, de aquellos primeros grabadores que la clase media comenzaba a adquirir en cuotas. Una de las fotos registradas en el Gigante de Arroyito fue la elegida por Neal Preston para la portada de su libro, que repasa las mejores imágenes de los conciertos de Queen.
El último show, del 8 de marzo en Vélez, fue transmitido por Radio Rivadavia, por lo que también hay buen audio del recital completo. “Esta es una gran cita para su grabador. ¿Lo compró con el Plan Mágico de Orue?”, decía el locutor, presentando marca que auspiciaba la jornada. Fernando Bravo, conductor de la emisión, con menos oficio para el rock que Badía como para un acontecimiento semejante, sabía que estaba de más y pedía disculpas por adelantado. Antes que comience Jailhouse Rock, el clásico inmortalizado por Elvis que eligieron para abrir la última velada, dijo: “La audiencia seguramente tenga en marcha los grabadores para registrar por Radio Rivadavia el show de Queen. Sepan ustedes disculpar nuestras intervenciones”.
Esa noche ocurrió algo inusual para la carrera de Queen y sus conciertos. Absolutamente inusual: una celebridad presentando en vivo una canción. Diego Maradona, recién llegado a Boca, llegó a la cancha de Vélez luego de confrontar con el técnico Silvio Marzolini. El entrenador le prohibió dejar la concentración, pero la joven estrella del momento le pidió disculpas educadamente y se retiró igualmente. “¡¿Cómo me iba a perder la oportunidad de ver a Queen?!”, recordó hace algunos años. El desplante y la osadía tuvo premio. La banda lo invitó al escenario y Diego presentó Another one bites the dust. Hay fotos, pero no pierdan el tiempo en YouTube buscando filmaciones. El único registro en video es el del show del primero, que se transmitió por televisión. Sí pueden encontrar en internet los audios de todas las jornadas.
No solamente la audiencia se quedó con un buen recuerdo de aquellos días. La banda se llevó gratos momentos de su visita a la Argentina. Comieron en Los años locos, visitaron el Italpark, el Jardín Botánico, fueron a la playa en Mar del Plata y Mercury se llevó un hasta un corte de pelo a manos de Miguel Romano.
La inversión de Jim Beach fue un acierto. Aunque Queen ya era la banda del momento, luego de su paso por Argentina explotó. El single Under Pressure, editado ese mismo año, trepó al número uno y se convirtió en un clásico indiscutido en el país. Brian May y Roger Taylor tuvieron que esperar 27 años para tocarla por primera vez en el país que le puso al tema el pogo que merecía y que no tuvo en ningún otro lugar del mundo. Uno ya miraba desde el cielo.
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