Es común equivocar el origen de la frase “ladran Sancho, señal que cabalgamos”, atribuyéndole su autoría a Don Miguel de Cervantes en su obra “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. En realidad, la primera constancia escrita de esta expresión se halla en el poema titulado, justamente, “Ladran” escrito en 1808 por el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe y que luego, fuera fuente de inspiración para que cien años después el nicaragüense Rubén Darío la utilizara como respuesta para cuando era criticado debido a su origen mestizo.
Sin perjuicio del origen y la forma exacta de esta expresión el sentido de sus distintas versiones es similar: avanzar a pesar de las críticas, obstáculos y problemas que se presentan. Lo mismo ocurre con los activos digitales, las criptomonedas y fundamentalmente con la tecnología de Blockchain.
El pasado 30 de noviembre, en un artículo publicado en la revista de antiguos alumnos de la Escuela de Administración Nacional de Francia (ENA), la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, expresa su preocupación frente a “la potencial amenaza a la seguridad financiera internacional si se adoptan en forma masiva el uso de los activos digitales estables o convertibles”.
Lagarde se manifiesta a favor de un euro digital, pero pone un manto de dudas sobre sus potenciales rivales como son los activos digitales tales como las criptomonedas y las monedas estables. En este sentido, la ex directora-gerente del FMI admite que en caso de adoptarse ampliamente, las denominadas “stablecoins” podrían amenazar la estabilidad financiera y la soberanía monetaria, además de que su uso como reserva de valor podría desencadenar un gran cambio desde los depósitos bancarios hacia estos activos criptográficos, lo que puede tener un impacto adverso en las operaciones de los bancos y en la transmisión de la política monetaria.
¿Qué son las “temidas” stablecoins?
Básicamente son activos digitales respaldados por activos tradicionales cuyas valuaciones pueden auditarse en forma sencilla y permanente. Un activo digital es un código, producto de una lógica matemática que puede ser atesorado y transmitido en forma electrónica, es decir por medio de soportes informáticos y redes de datos, como Internet.
Los activos digitales están respaldados por activos tradicionales cuyas valuaciones pueden auditarse en forma sencilla y permanente
La tecnología de Blockchain es una herramienta de altísima seguridad informática, de rápida implementación y respuesta a las transacciones simultáneas y de bajísimo costo operativo, que permite generar cuentas electrónicas y registrar transferencias entre las mismas. En paralelo, cada vez más bancos incorporan estas tecnologías para permitir a sus clientes contar con cuentas especiales que puedan soportar cuentas comitentes.
La lógica o el criterio de emisión de estos activos las define el emisor, siendo la tecnología la que se encarga de auditar y registrar todos los movimientos que se producen entre las cuentas electrónicas que los resguardan. Los procesadores cumplen el rol de verdaderos Bancos Centrales, ajenos a las necesidades políticas o estacionales de los políticos o reguladores. Tal vez esta sea la principal preocupación de las autoridades políticas y monetarias.
En el caso de las stablecoins la lógica de emisión está relacionada con un respaldo fiduciario de otros valores. Por ejemplo, puede ser que por cada activo digital que haya en circulación exista un peso depositado en una cuenta del fideicomiso en un banco. De esta forma cada vez que ingresa un peso al sistema se emite un activo digital, mientras que cada vez que sale un peso de la cuenta se rescata uno.
También podría imputarse como garantía subyacente a la emisión electrónica otros tipos de activos, como pueden ser materias primas, metros cuadrados de departamentos, carne vacuna o soja. En estos casos, las valuaciones de estas monedas están directamente relacionadas a la valorización de sus respaldos.
Estas cuentas hacen de puente o interfaz entre un administrador o titular y múltiples subcuentas, es decir que, si bien la titularidad de la cuenta bancaria es de un titular, existen muchas subcuentas, de otros titulares que pueden hacer operaciones entre sí o incluso entre otras cuentas bancarias.
Los criterios de aperturas de las cuentas comitentes son tan rigurosos como los de las cuentas bancarias y la trazabilidad y registro de las operaciones es igual o más auditable, pues el dinero digital deja un rastro inviolable en todo su camino.
Los criterios de aperturas de las cuentas comitentes son tan rigurosos como los de las cuentas bancarias y la trazabilidad y registro de las operaciones es igual o más auditable
Las preocupaciones de la banca tradicional, los administradores de medios de pagos y las entidades financieras internacionales no encuentran sustento en la supuesta explicación de que el uso de las monedas digitales estables convertibles puedan desestabilizar al sistema bancario en cuanto a los depósitos, pues por el contrario, lo que persigue el modelo de billeteras electrónicas es justamente lo contrario, dejar estacionado al dinero en las cuentas bancarias y realizar las transacciones entre las cuentas electrónicas desarrolladas sobre las nuevas tecnologías, que son más veloces, seguras, económicas e inclusivas.
En general, en los bancos coexisten tecnologías desarrolladas en distintos momentos de la historia de las plataformas informáticas. Muchas de ellas son compartidas entre múltiples instituciones, lo que trae aparejado que cualquier cambio deba contar con el acuerdo de diversos actores, cada uno con sus preferencias e intereses y todos con la usual resistencia al cambio.
En consecuencia, el sistema sigue operando sobre plataformas antiguas, costosas e ineficientes en términos de lo que la tecnología de hoy nos ofrece. Sin ir más lejos basta con observar que usar tarjetas de crédito en forma de plásticos, lectores de bandas magnéticas o chips y chequeras de papel sirven de ejemplo para evidenciar tecnologías agotadas y amortizadas que a pesar de eso son costosas de operar y mantener.
Por el lado de la infraestructura de administración de datos, viejos y enormes centros de cómputos centralizados, que ocupan miles de metros cuadrados y consumen megas de energía eléctrica en forma permanente, tanto para su funcionamiento como para alimentar a los equipos de refrigeración de aire que demandan, pueden ser reemplazados por millones de nodos descentralizados de personas comunes que ponen la capacidad de procesamiento de sus ordenadores al servicio del registro de las transacciones de manera segura por medio de la tecnología del Blockchain, recibiendo una recompensa en criptomonedas sin tener la menor idea sobre que registran, pues ninguno cuenta con los registros completos. Esa es la base de la seguridad informática.
Estas son algunas de las pruebas que ponen en evidencia que el sistema bancario y financiero internacional se ha vuelto ineficiente, pues la relación costo-beneficio es muy desventajosa para los clientes, que venimos pagando sus mayores costos a través de los valores de intermediación, custodia y gestión de nuestros activos líquidos.
Modernización
La manifestación de Christine Lagarde es un ladrido más dentro los muchos que ha habido, y de los millones que habrán en la ruta del avance tecnológico hacia la descentralización de los servicios de pagos y transferencias bancarias. Tal vez el camino más inteligente sea que la banca se actualice rápidamente y así evitar un esfuerzo inútil para la jauría financiera internacional, pues los beneficios serán enormes.
El camino más inteligente sea que la banca se actualice rápidamente y así evitar un esfuerzo inútil para la jauría financiera internacional, pues los beneficios serán enormes
Mientras tanto la resistencia el cambio sirve de ambiente favorable para que germinen nuevos medios de pago, plataformas para transferencias cambiarias, herramientas para crowdfunding y alternativas para alocar todo tipo de activos.
Los activos digitales son la expresión máxima de la libertad en términos monetarios. Y esto da miedo.
Esta columna se publicó en el portal FinGuru
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