Carlos Menem y los judíos

Árabes y judíos llegaron a la Argentina desde fines del siglo XIX para refugiarse de las persecuciones, en busca de comida y esperanza

Carlos Menem

La muerte del ex presidente Carlos Menem trajo algunas polvaredas. Algunos le siguen cuestionando los altos grados de corrupción que signaron una forma de gobernar que siguió vigente a partir del 2003 y el triunfo de Néstor Kirchner.

Otros recuerdan al ex presidente riojano con cierto cariño a partir de que el tándem que conformó con Cavallo, que logró frenar un alocado proceso de inflación que se descontroló cuando el radicalismo de Alfonsín no pudo convencer a los bancos privados de que lo ayudaran en la crisis. Y además la clase media pudo viajar por el mundo de la forma que quiso cuando Argentina decidió por su cuenta sin el aval del Banco Central norteamericano igualar un dólar al peso argentino, un mecanismo que logró paralizar la turbulencia inflacionaria. Aquello era un invento de laboratorio.

Si alguien decidía cambiar un peso por un dólar en Estados Unidos le cerraban la ventanilla a esa operación loca. La convertibilidad dañó a la industria argentina, que se descapitalizó, y abrió el país a las apetencias de capitales extranjeros que se aliaron con grandes grupos argentinos para comprar las empresas del Estado.

Ménem fue el campeón de la desnacionalización de los ferrocarriles, de la telefonía y de YPF. Fragmentó al Estado, lo jibarizó y transmitió ese espíritu al peronismo, por el cual muchos militantes insatisfechos abandonaron el partido.

Sin ferrocarriles muchos pueblos y ciudades importantes del interior provinciano quedaron alejadas de todo y se despoblaron.

La clase media vivió la felicidad de conseguir lo que ambicionaba. No en vano lo votaron a Ménem en tres oportunidades. La última, tiempo después del default. Lo votaron en una primera vuelta 5 millones de habitantes. Sin embargo, no se presentó en el ballotage con Kirchner: temía que Kirchner, con apoyo de distintas fuerzas, pudiera ingresar a la Casa Rosada.

El día del velorio de Menem se polemizó mucho en círculos políticos. Amigos cercanos de Mauricio Macri lo consideraron un antecedente en materia de gestión y las páginas de fúnebres se llenaron de salutaciones a un hombre que pudo guardar impunidad como senador frente a los juicios que tenía pendiente en Tribunales.

En la colectividad judía se conoció un comunicado de la DAIA (la máxima autoridad representativa) que criticó al fallecido presidente por la “impunidad” en torno a los atentados contra la embajada de Israel y la destrucción de la mutual durante los años en que Menem tenía la última palabra.

Agregó: “La desidia, la negligencia y, sobre todo, la complicidad con los sospechosos de haber cometido esos crímenes explican por qué hasta hoy ambas masacres siguen impunes”.

La entidad agregó que como “organización de derechos humanos tampoco olvida su indignante y triste decisión de indultar a los principales responsables de los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, burlándose de la Justicia y de los familiares de desaparecidos y sobrevivientes”.

Un día después, cuando Ménem fue trasladado al cementerio, la AMIA difundió un comunicado menos belicoso y más conciliador que el de la DAIA. El mensaje condena los atentados terroristas durante su gestión, pero no le echa la culpa al ex presidente por lo ocurrido. Además subraya que “nuestra tradición nos enseña que el duelo es un momento sagrado que debe abordarse con el máximo respeto y en el que tiene que prevalecer la reflexión”.

Los dos comunicados muestran diferencias sustanciales, políticas, religiosas, y una fractura entre los responsables de la comunidad judía. Una “grieta” más profunda de lo creíble.

En medio de esta reyerta , el ex parlamentario y ex embajador Jorge Yoma atacó a la DAIA con argumentos de viejos tiempos, algunos de los cuales facilitaron en su momento el exterminio de los judíos europeos.

Dijo, textualmente, sobre el comunicado de la DAIA: “Estos sátrapas, comerciantes, racistas, empachados de indemnizaciones que se la pasan enjuiciando a nuestros presidentes constitucionales, acusándolos de los crímenes más horrendos, deberían guardar un mínimo de respeto”. Y también insistió: “Deberían guardar respeto el día de su fallecimiento, de quien fue su presidente, no digo de su país, porque ellos no lo sienten así, sino del país que los cobija”.

Son palabras similares a las que usan otros periodistas-locutores con total impunidad, sin que intervenga el INADI ni otros poderes del Estado.

Yoma desconoce que cada día se intenta una reconciliación entre religiones en la Argentina, sin insultos entre las partes. El Diálogo Interreligioso donde participan un sacerdote católico, un rabino y un representante de los musulmanes vienen planteando en todos los seminarios y presentaciones radiales y televisivos que los judíos se están ahogando a la Argentina. El Diálogo Interreligioso ha tenido varias citas con el papa Francisco que bendice sus acciones.

Yoma debería saber que árabes y judíos llegaron a la Argentina desde fines del siglo XIX a refugiarse de las persecuciones, a buscar comida y a crear la esperanza.

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