Según la definición del diccionario, innovar es “cambiar las cosas introduciendo novedades”. Se puede innovar creando nuevas cosas, ideas, metodologías o a través de una mejora continua. Es cuando se identifica un proceso y una oportunidad de mejora utilizando la estructura existente, y no solo en el área digital sino en todos los ámbitos organizacionales. Así, la innovación está estrechamente vinculada con la curiosidad: el 88% de las personas curiosas tienen nuevas ideas, aunque solamente el 22% de las personas siente curiosidad en el ámbito laboral (según los datos de Insead). La curiosidad es necesaria para hacer mover las empresas hacia adelante. Se logra creando una agenda consciente desde el más alto nivel, para lograr aumentar la curiosidad de los colaboradores, permitiendo el error y reconociendo a las personas que tienen el coraje de salir de lo conocido y buscar lo nuevo. Sin embargo surgen un par de consideraciones. La primera, es que muchas veces el perfil de las personas innovadoras no necesariamente es bien visto dentro de las estructuras organizacionales más tradicionales. La segunda, es que lo nuevo generalmente despierta el sentimiento de resistencia por miedo a lo desconocido.
No obstante, para promoverla, el foco del negocio debe estar en la innovación, impulsando que cada vez más personas se arriesguen a probar algo nuevo y a cuestionar el statu quo. La innovación debe ser el ADN de la compañía, el motor de crecimiento. No es solamente prioridad del departamento de nuevos productos cuyo foco son las transformaciones, sino que es transversal a todas las áreas y a toda empresa que quiera seguir desempeñando un rol a nivel regional o internacional.
La innovación está estrechamente vinculada con la curiosidad: el 88% de las personas curiosas tienen nuevas ideas, aunque solamente el 22% de las personas siente curiosidad en el ámbito laboral
Particularmente desde las áreas de RRHH o Capital Humano, se logra innovar introduciendo nuevas formas de trabajar, buscando capacitaciones con metodologías ágiles, estando cada vez más cerca del negocio para aportar soluciones para los líderes de forma más consistente, teniendo una agenda y comunicación clara y transparente sobre este tema.
Por otro lado, hay que entender que no podemos ser innovadores si se sigue haciendo lo mismo que hace 50 años. Muchas veces hay un problema cuando en un equipo o grupo de personas predomina “el efecto de la información en común”. Normalmente todas las personas tienen la misma información, entonces es difícil tener una diversidad de ideas. El pensamiento de grupo va hacia soluciones más estándares, porque están compartiendo patrones comunes. En este caso, una posibilidad de solución sería traer personas totalmente diferentes al equipo para poder tener acceso a formas distintas de pensar, buscar nuevos patrones y encontrar lo que no tienen en común.
Muchas veces el perfil de las personas innovadoras no necesariamente es bien visto dentro de las estructuras organizacionales más tradicionales
En relación a los roles en una empresa, en todos los niveles organizacionales se necesitan personas que innoven. Personas curiosas que sean capaces de encontrar sorpresas diariamente de una forma positiva, buscando nuevos patrones. Hoy en día, con certeza encontramos estos roles en el área de tecnología, de nuevos productos. Pero se está viendo cada vez más que se buscan perfiles de finanzas con foco en innovación.. Y más allá de estas posiciones en particular, las empresas están buscando también perfiles innovadores para los niveles más altos.
Así, la innovación se convirtió en una necesidad imperiosa para que las organizaciones evolucionen y crezcan; siendo los profesionales de recursos humanos y gestión del talento los que tienen mucho para aportar en pos de este objetivo. Dejando paso a nuevos enfoques y metodologías. Innovar es algo 100% humano, por eso es la gestión del Capital Humano la que debe impulsar la innovación en todas las áreas de una organización.
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