Las últimas subas de esta criptomoneda han desatado toda una serie de polémicas en las redes sociales respecto de si este activo representa una inversión legítima o es una burbuja pronta a explotar. Se debatieron y se siguen debatiendo toda una serie de cuestiones que intentaremos aclarar, puesto que los detractores de este activo parecieran no comprenderlo del todo.
Empecemos por el principio. El Bitcoin es un activo extremadamente volátil y su precio fluctúa en grandes proporciones hacia arriba y hacia abajo. Cualquier persona interesada en invertir en Bitcoin debe estar preparada para este tipo de movimiento. Pero el hecho de su volatilidad no lo transforma en burbuja. Es un error conceptual intentar comprender la naturaleza del Bitcoin por lo que cuesta, sino que hay que intentar abordarlo por lo que vale. El valor intrínseco de esta criptomoneda es extremo, por el tipo de problemas que resuelve. La tecnología detrás de las criptomonedas es revolucionaria en todo sentido, con lo cual valuarla puede ser tan complicado como valuar el concepto de “Internet”.
Veamos qué estuvieron diciendo quienes están en contra.
El BTC no es moneda
“¿Acaso alguien me puede explicar cómo puede ser una moneda si no cumple con los requisitos establecidos en la definición de Moneda?”, exclamaban algunos economistas.
Sucede que es absolutamente irrelevante si este activo encuadra o no encuadra en una definición obsoleta, concebida para otra era. Preguntarse si el Bitcoin encuadra en la definición académica moneda, es como preguntarse si le televisión encuadra en la definición académica de teatro. Probablemente no lo haga, pero no por ello deja de tener valor, ni de representar un momento bisagra en su propia especie.
Es aire, no está respaldado por nada
Tampoco lo está el dólar. Parece mentira que hoy en día siga existiendo gente que piense que la moneda fiduciaria por excelencia tiene algún tipo de respaldo tangible. El valor del dólar, así como el valor del bitcoin, está respaldado por la suma de confianzas. Por la confianza colectiva de sus poseedores en aquello que tiene detrás. En el caso de las monedas fiduciarias, la confianza en las instituciones y gobiernos de quienes las emiten. Y en la idoneidad y buena voluntad de los bancos centrales para procurar que el valor se mantenga. Sucede que han hecho todo lo contrario y las monedas fiduciarias tienden a valer fracciones de lo que valían en el pasado. Es por esto que la confianza detrás del Bitcoin, no reside en instituciones falibles sino en garantías matemáticas inalterables.
Lo usan los criminales, además está lleno de estafas
Esto es simplemente ridículo. La enorme mayoría de los delincuentes usan dinero FIAT, y no por eso a alguien se le ocurriría pensar que no tiene valor. Sucede lo mismo con las estafas. ¿Además el mismo hecho de que lo utilicen criminales en todo caso daría cuenta de su valor, ya que quién robaría algo que no vale nada, verdad?
En pos de mantenerse en contra de este activo, sus detractores no pueden mantener una línea lógica coherente, confundiendo la ética con el valor. Si la usan mayormente los criminales (cosa que no es cierta) en todo caso será moralmente reprochable, pero nadie podría negar su valor.
Cotiza en dólares
Algunos se preguntaban retóricamente y de forma socarrona por qué si el Bitcoin valía tanto, entonces cotizaba en dólares, sin notar que al hacerlo únicamente daban cuenta de su desinformación.
El Bitcoin no cotiza en dólares. Flota libremente frente a todas las monedas, fiduciarias y criptográficas, y se intercambia libremente por cualquier otra cosa susceptible de tener valor para quienes forman parte de la transacción. Para quien tiene pesos cotizará en pesos, para quien tiene dólares cotizará en dólares y para quien tiene cualquier otro bien intercambiable, cotizará de la forma en la que lo tenga que hacer.
Es muy volátil, no sirve como resguardo de valor
Un reconocido economista dijo que como el Bitcoin era muy volátil, entonces no podría ser resguardo de valor, y por lo tanto era similar al peso argentino.
Esta comparación es bastante curiosa, siendo que una breve búsqueda en google le hubiera informado que el bitcoin y el peso argentino son diametralmente opuestos. El peso argentino no es “Volátil” sino que se deprecia a toda velocidad, en forma de onda descendiente que por supuesto tiene alguna que otra alza por la propia forma de onda en la que se comporta el precio de cualquier activo. El Bitcoin por otro lado, aun con movimientos extremadamente bruscos, se mueve en sentido contrario. Y no es porque sí, sino porque es un activo netamente deflacionario, por el hecho de que nunca podrá haber un circulante mayor a 21 millones. Por el contrario el peso argentino se imprime a la velocidad de la luz, aumentando el circulante de forma casi exponencial y de igual forma reduciendo su valor de intercambio frente a bienes, servicios, y el resto de las monedas.
Es igual al caso de las punto com
Quienes comparan la valuación del Bitcoin con el crash de las punto com, parece que vivieran en un mundo paralelo en el cual internet fue una moda pasajera. El crash de las punto com terminó con valuaciones astronómicas de empresas que no tenían ningún tipo de sustento, modelo de negocio o valor intrínseco. Pero internet como concepto no solo sobrevivió sino que hoy domina cada aspecto de nuestras vidas.
Podría hacerse un paralelismo frente a criptomonedas menores diseñadas para ejecutar negocios pasajeros de dudosa ética, pero jamás para blue chips como Bitcoin o Ethereum.
A modo de resumen, el enorme valor intrínseco de estas criptomonedas reside en su capacidad de devolver al pueblo lo que le fue quitado. La posibilidad de realizar transacciones internacionales, la privacidad, el hecho de poder poseer un activo que los gobiernos no pueden confiscar de forma arbitraria, ni confiscar indirectamente mediante la impresión desmedida de moneda.
Para comprender el valor del Bitcoin, debemos intentar establecer el valor de la libertad, la privacidad y la seguridad. Intangibles e invaluables, como el Bitcoin.
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