En latín, la palabra fiat significa “hágase”, término utilizado, generalmente, al final de los decretos. De esta forma queda plasmada la voluntad del soberano, impuesta por su jerarquía y autoridad. El mismo sentido tiene el concepto de “dinero fiat”, pues es el Estado soberano quien lo imprime con el único respaldo que otorga su declaración como tal, es por ello que también se lo denomina “dinero por decreto”.
Pero no siempre fue así. Es más, el año próximo van a cumplirse 50 años desde que los Estados Unidos de Norteamérica desasociaron al dólar del respaldo en oro. Fue en 1971 durante la presidencia de Richard Nixon, cuando el dólar dejó de ser una moneda convertible, lo que hoy se llamaría un stablecoin en el mundo de las criptomonedas.
Actualmente existen varias monedas convertibles o stablecoins emitidas contra monedas fiat. Si bien, día a día el sistema financiero mundial aprende a convivir con los activos digitales, todavía persisten algunas dificultades para operar entre el mercado financiero tradicional y los exchanges de activos digitales.
Muchos de los grandes bancos dificultan las transferencias hacia las cuentas comitentes de los exchanges. De hecho, muchas plataformas de intercambio de criptomonedas tienen sus cuentas en bancos de países no tradicionales, como ser Sudáfrica, Estonia, Malta o Taiwán.
Muchas plataformas de intercambio de criptomonedas tienen sus cuentas en bancos de países no tradicionales, como ser Sudáfrica, Estonia, Malta o Taiwán
Es en este punto en el que las monedas “convertibles” al dólar, o al euro, encuentran su utilidad y mercado.
Una vez dentro del mundo cripto facilitan la salida de los activos digitales más especulativos y volátiles, como el bitcoin o el etherium, hacia monedas estables, como el USDT (Tether).
Básicamente, cualquier moneda convertible tiene una regla de emisión muy clara. Debe existir un respaldo real de la especie que representa, es decir que en el caso de los Tether cada vez que ingresa un dólar a la cuenta del administrador de la plataforma se emite un USDT, y cada vez que egresa un dólar se rescata un USDT, “de esta forma se mantendría el sistema garantizado”.
Al principio suena raro que una entidad no gubernamental, ni bancaria y poco regulada cuente con el señorío para semejante responsabilidad y sea depositaria de la confianza de los inversores y ahorristas.
Sin embargo, la difusión de las virtudes de la tecnología de Blockchain que audita y regula los registros ha llevado a cientos de miles de personas a confiar en ella, a tal punto que la capitalización de mercado del USDT es cercana a los 20 Billones de dólares, es decir que existe esa suma depositada en las cuentas que Tether Ltd posee en varios bancos en Taiwán.
Pero lo más llamativo es la velocidad de circulación de este activo electrónico. Por tratarse de un común denominador digital estable, que arbitra entre monedas fiat y cripto es la moneda que registra mayor volumen de transacciones, casi 40 Billones de dólares diarios, si, dos veces su base monetaria por dia. ?, este es su símbolo, fue diseñada pensando en tomar lo mejor de los dos mundos, por un lado, la estabilidad de las divisas tradicionales (estabilidad en comparación con las criptodivisas comunes) y la transparencia y bajos costos de las criptodivisas.
Sin embargo, no existe ninguna garantía por parte de Tether ltd. para intercambiar USDT por dinero real, es decir, que no se pueden intercambiar automáticamente USDT por USD.
Existe otra especie de moneda digital, de la que el sistema financiero tradicional habla con expectativa favorable y agrado por parte de los organismos internacionales y bancos centrales. Se trata de las CBDC, o monedas digitales de los bancos centrales, por sus siglas en inglés (Central Bank Digital Currency).
La mayoría de las naciones desarrolladas o incluso algunas subdesarrolladas están considerando el uso de CBDC.
China, siendo la segunda economía del mundo, lleva la delantera implementado su primera moneda digital respaldada por el Banco Central. Se le conoce allí como DCEP (por “digital currency electronic payment” o pago electrónico en moneda digital). Por su parte, el Banco Central Europeo avanza en la creación de un Euro digital.
La diferencia entre una stablecoin y una CBDC es que una es un derivado sintético de una moneda fiduciaria creada por una empresa privada, y la otra (CBDC) es estrictamente una moneda fiduciaria producida por un banco central.
China, siendo la segunda economía del mundo, lleva la delantera implementado su primera moneda digital respaldada por el Banco Central. Se le conoce allí como DCEP
Los detractores de las CBCD del mundo cripto consideran que su implementación servirá, fundamentalmente, para mostrar las transacciones de forma transparente para facilitar la tributación a los gobiernos motivados por su apetito recaudador.
Sin dudas, las CBDC dificultarán instantáneamente el lavado de dinero y la evasión fiscal, facilitando al fisco gravar cada transacción y recaudar en línea, en forma inmediata. Pero también servirán para obstaculizar la criminalidad gubernamental. Al igual que en el caso de los delincuentes comunes, la trazabilidad que brindan los activos digitales obligará a los gobiernos a volverse más transparentes.
La duda que se presenta ahora es si, una vez lanzadas las CBDC las stablecoins cómo Tether tengan futuro. En gran medida, esto dependerá de la Reserva Federal de los Estados Unidos, en primer lugar, de los organismos financieros internacionales y el resto de los bancos centrales del mundo.
Si las CBDC, sirven como vía de acceso y salida al mundo de los activos digitales darán un golpe mortal a las monedas estables basadas en dinero fiat y junto con ellas algunas prácticas ilegales basadas en las monedas de papel morirán también.
Imaginar un futuro donde todas las personas que usen una especie monetaria digital en forma obligatoria y cumplan con los protocolos de KYC y AML, Know Your Customer (conoce a tus clientes) y Anti-money Laundering (prevención de blanqueo de capitales), para acceder a una billetera electrónica, es totalmente posible en nuestros días. La pregunta es ¿cuántos gobernantes quieren esto?.
Esta columna fue publicada en el portal Fin Guru
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