Caso Maradona: ¿había forma de planificar y proteger mejor su patrimonio?

La sucesión de astro fallecido generará una verdadera pesadilla legal porque será difícil hacer un inventario completo y valuación adecuada de sus activos repartidos por el mundo

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Diego Maradona y quien fue su último abogado, Matías Morla
Diego Maradona y quien fue su último abogado, Matías Morla

La reciente muerte de Diego Maradona provocó conmoción mundial, y también dejó importantes lecciones a quienes nos especializamos en la planificación y protección del patrimonio.

No hace falta ser un personaje tan emblemático ni con tantos activos e hijos diseminados por el mundo para tener problemas patrimoniales y familiares similares a los del astro argentino, obviamente a escala.

Cuando ayudamos a planificar y estructurar patrimonios, lo primero que buscamos es la protección de los activos. Es decir: neutralizar el riesgo de ataque por parte de terceros. También apuntamos a que ese patrimonio beneficie a su dueño hasta el último día de su vida.

Y, previendo el inevitable momento de su muerte, queremos también planificar la herencia de esa persona. ¿Para qué? Para prevenir conflictos familiares, ordenar el traspaso a los herederos, contemplar específicamente la situación de cada receptor de activos y darle a la persona el máximo grado de control posible en ese reparto hereditario.

Cuando ayudamos a planificar y estructurar patrimonios, lo primero que buscamos es la protección de los activos. Es decir: neutralizar el riesgo de ataque por parte de terceros

En derecho, la herramienta legal por excelencia en temas sucesorios es el testamento. Pese a que casi todos sabemos que existe, es increíblemente ínfima la cantidad de personas que lo utilizan. Explicado en términos muy sencillos, el testamento es un documento en el cual se nombran herederos, que se repartirán los activos del testador cuando dicha persona fallezca.

¿Alcanza eso para evitar una guerra familiar? ¿Asegura un traspaso ordenado? ¿Le brinda al testador la posibilidad de tener mucho control sobre ese reparto? Lamentablemente, la respuesta es negativa sobre todo para patrimonios complejos o familias con potencialidad de conflicto. Nunca hay que subestimar los recelos y disputas que una herencia puede generar entre hermanos u otro tipo de parientes. Que existan hijos de distintos progenitores tampoco ayuda a que el testamento garantice orden y armonía.

En el caso de Maradona, ¿le hubiera bastado un buen testamento? Claro que no. Recordemos incluso que había ya dado a entender que iba a donar su patrimonio como parte del conflicto con sus hijos/as, y seguramente no es casual que haya decidido voluntariamente reconocer tantos hijos en la última etapa de su vida.

La herramienta legal por excelencia en temas sucesorios es el testamento. Pese a que casi todos sabemos que existe, es increíblemente ínfima la cantidad de personas que lo utilizan

¿Le hubiera servido hacer una donación en vida a sus hijos? En cierto sentido sí, porque les hubiera evitado tener que abrir sucesión sobre esos bienes. Pero la multiplicidad de hijos y la alta probabilidad de que aparezcan personas que aduzcan (con o sin razón) que “el Diez” es su padre, generarían múltiples focos de cuestionamiento a esas donaciones, si se comprueba que las mismas violaron la porción legítima de algún heredero forzoso.

La sucesión de Maradona generará una verdadera pesadilla legal porque será difícil hacer un inventario completo y valuación adecuada de sus activos repartidos por el mundo, identificar con certeza a la totalidad de sus herederos y resolver sobre la administración de todo ese patrimonio mientras dure lo que (sin duda) será un eterno proceso sucesorio. Y luego habrá que hacer un complejísimo reparto final.

¿No había solución entonces? Para un caso tan complejo, es imposible pensar en una solución perfecta. Pero, sin ningún lugar a dudas, si Maradona hubiera hecho un fideicomiso integral con su patrimonio, la situación en vida y luego de su muerte hubiera sido menos caótica y conflictiva.

No hace falta ser Maradona para tener estos problemas, ni la solución a los mismos está solamente reservada a personajes de esa magnitud

Un fideicomiso es un contrato bajo el cual el interesado le transfiere activos a un tercero (fiduciario) para que se forme un “patrimonio blindado” que ya no pertenece formalmente al dueño original sino que se administra a favor de quien éste indique y según las instrucciones de quien creó el fideicomiso.

El fideicomiso hubiera protegido a Maradona de sus propios actos dañinos o erráticos, ya que un fiduciario externo (administrador del fideicomiso) podría haber tenido la instrucción expresa de velar por la manutención del astro y del gasto adecuado para mantener su salud y nivel de vida.

Adicionalmente, hubiera protegido a Maradona de cualquier ataque de terceros contra sus activos. Y, fundamentalmente, hubiera sido una excelente herramienta para ordenar y planificar su sucesión, ya que podría haber traído más orden a su patrimonio, establecer un elenco completo de beneficiarios e instrucciones precisas al respecto.

Como antes dijimos, no hace falta ser Maradona para tener estos problemas, ni la solución a los mismos está solamente reservada a personajes de esa magnitud. Muy por el contrario, son desafíos que muchísimas familias ya tienen o descubrirán cuando ya es tarde, y las herramientas para solucionarlos existen desde hace muchísimo tiempo. Es simplemente una cuestión de enfrentar la situación y tomar acción preventiva al respecto.

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