En diciembre volvió la esperada asistencia fiscal del Banco Central

Tras dos meses, donde la base monetaria cayó entre puntas $167.000 millones -y en promedio solo creció 1% -, la entidad que preside Miguel Pesce retomó la emisión de pesos para cubrir necesidades del Tesoro nacional

El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, volvió a transferir utilidades contables para cubrir necesidades financieras de la Tesorería General de la Nación

Hasta el 4 de diciembre, (previo al extenso fin de semana), la base monetaria se expandió en $115.000 millones por una emisión de $74.000 millones, y una caída de las operaciones de Pases con los bancos de unos $44.000 millones. Como factores de expansión se destacó la asistencia al Tesoro Nacional por $70.000 millones e intereses por $12.000 millones, mientras que el BCRA continúo perdiendo reservas en divisas que significaron una contracción de $8.000 millones. Estas últimas, según cálculos de Portfolio Personal Inversiones, serían ya negativas en USD 2.400 millones hacia la primera semana de diciembre.

Por ende, lo relevante es que la “canilla” de la emisión se abrió nuevamente para asistir al Tesoro, a través del giro de utilidades contables del Banco Central; y todos coinciden en lo que esto implica en el tiempo, en términos de aceleración de la tasa de inflación.

Ahora bien, en el corto plazo, es una realidad que parece mantenerse la paz cambiaria. En esa dirección, en los primeros tres días hábiles del mes se verificó una fuerte mejora en las altas de plazo fijos privados, posiblemente “motivada” por una expectativa de desaceleración de la inflación de noviembre en comparación con un año antes (por la caída del poder adquisitivo de la nómina real: disminución del salario real y también del empleo).

En los primeros tres días hábiles del mes se verificó una fuerte mejora en las altas de plazo fijos privados, posiblemente “motivada” por una expectativa de desaceleración de la inflación

Y en el mismo sentido, en noviembre y lo que va de diciembre, también se verifica paz en los argendólares, luego de caer sustancialmente en octubre. De hecho, estos prácticamente no se movieron el mes anterior, y “mejoraron” marginalmente en el inicio del actual.

Incluso diferentes activos (como el comportamiento de los dolarizados o la curva de futuros de Rofex) reflejan esta mayor tranquilidad, que se traduce en una caída de los costos de cobertura de corto plazo.

Así bajo esta coyuntura, “sin tocar” prácticamente la tasa de interés, y por la caída del Contado con Liquidación (ayudado por la acción de la venta del AL30) como la aceleración de la devaluación del tipo de cambio oficial, la brecha bajó de un promedio del 85% en noviembre hacia el 79% en diciembre.

La brecha cambiaria bajó de un promedio del 85% en noviembre hacia el 79% en diciembre

Una reducción que puede interpretarse como un “oasis”, en un marco en donde se mantienen claras indefiniciones fiscales, y la economía es sumamente endeble.

Incluso es importante entender, que aún dejando de lado los dólares del BCRA (reservas de libre disponibilidad negativas), el “desierto” de divisas también se verifica sobre el saldo del intercambio comercial con el resto del mundo, concomitante con la brecha cambiaria alta, se redujo de USD 1.374 millones promedio mensual entre enero y agosto, a menos de la mitad. Fueron tan sólo unos USD 599 millones mensuales en el bimestre septiembre y octubre, en un contexto donde ya se conoce que noviembre -también- mostrará un superávit bajo.

Adicionalmente, parte de las liquidaciones de las exportaciones también se aplican a pagos de los de créditos en argendólares, fenómeno que llevará hacia una “fuerte” escasez de divisas privadas, que está empujando mayores restricciones de las autorizaciones para importar, según alertó la Cámara Argentina de Importadores de la República Argentina.

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