El BID y el potencial de Argentina en minería sustentable

Las industrias extractivas pueden convertirse en un sector clave para el desarrollo de la región

La mina Veladero en San Juan (NA)

El Banco Interamericano de Desarrollo, nacido de la inspiración de líderes continentales de la talla de Kubitschek, Frondizi y Eisenhower, se ha convertido en la institución financiera de mayor significación para el desarrollo de Latinoamérica y el Caribe, no sólo por el financiamiento que provee, sino por su conocimiento, experiencia y constante actualización. Su formidable capital humano recorre sin pausa la región, sus recursos, su cultura, su idiosincrasia, sus instituciones, en la búsqueda permanente de instrumentos que permitan mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos.

En ese camino de estudio y evolución constante, el Comité de Política y Evaluación del Directorio del Banco acaba de aprobar el Marco Sectorial de Industrias Extractivas, un tema de singular relevancia para Latinoamérica en general y para nuestro país en particular.

Las industrias extractivas pueden convertirse en un sector clave para el desarrollo que la región necesita cada vez con más apremio. La explotación responsable de un conjunto de minerales, esenciales para las nuevas tecnologías, es la herramienta que tenemos más a mano para lograr los objetivos de crecimiento, desarrollo social y reducción de la pobreza.

En el caso de Argentina, pese a tener una enorme cantidad de recursos minerales, la actividad minera explica una porción muy menor de su PBI. Si tomamos como ejemplo el año 2018 podemos ver que la minería representó solo el 0,6% del Producto, mientras que en países que se asumen como netamente mineros esos valores son muy superiores, en Chile el valor agregado de la minería al PBI en ese mismo año fue de 9,8% y en Perú de 8,2%. Este aporte tan limitado se produce aún en medio de una importante suba de los precios de los principales minerales que produce nuestro país que son el oro y la plata.

Argentina tiene un potencial minero realmente impresionante y no podemos dejar pasar esta oportunidad histórica de apalancar su explotación. Para que tenga el mayor impacto en nuestro desarrollo debemos generar condiciones para la inversión y demostrar capacidad para integrar verdaderas cadenas de valor, dejar de ser meros exportadores de materias primas para consolidar un modelo productivo basado en la incorporación de tecnología, investigación e innovación.

El litio, la gran estrella de los minerales, tendrá un papel central en la transición hacia matrices energéticas limpias que implicarán la reducción de uso de combustibles fósiles y la huella de carbono. Las estimaciones actuales prevén una duplicación del consumo del litio para producción de baterías en los próximos 5 años. Argentina tiene cerca del 21% de las reservas mundiales de litio y junto con Chile y Bolivia concentran aproximadamente el 67% de las reservas del planeta. Es claro que estamos frente a una oportunidad que no debemos desaprovechar.

El cobre es otro de los minerales poco explotados en nuestro país y también con gran potencial. Es clave en la fabricación de conductores y sus exportaciones han generado en Chile y Perú contribuciones relevantes en sus PBIs agregados. En la Argentina hay a la fecha al menos 4 emprendimientos cupríferos en etapa de factibilidad que podrían tener un impacto muy significativo en la matriz de producción minera.

Finalmente, el otro mineral con gran potencial en nuestro país es el Potasio. El uso del potasio viene mostrando un crecimiento sostenido de alrededor del 6% anual ya que está vinculado a la fabricación de fertilizantes. Es un mineral clave para la producción agrícola en Brasil y EEUU. Argentina tiene la cuenca potásica más importante de América Latina y una de las más grandes del mundo.

La actividad minera genera resistencias en diversos grupos y comunidades, tanto por sus eventuales impactos ambientales, como porque ha habido sonados casos con sospechas de corrupción. No hay dudas que esas preocupaciones deben ser atendidas y por ello es esencial que toda explotación minera se haga con los máximos niveles de responsabilidad social y ambiental, así como con altos grados de transparencia y rendición de cuentas.

El Grupo BID, integrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Bid Invest que trabaja financiando al sector privado y el Bid Lab que es el laboratorio de innovación del Grupo, debe asumir un papel central en el apoyo al sector. En gran medida debido a las complejidades antes mencionadas, el involucramiento del Grupo en el tema de las industrias extractivas ha sido cauteloso y reciente. Hemos apoyado con entusiasmo y decisión el reciente Marco Sectorial de Industrias Extractivas ya que vemos al BID como un socio fundamental para hacer realidad esas enormes potencialidades.

Enfocándonos en las posibilidades de financiamiento por parte del BID, vemos que hay áreas en las que el conocimiento y la experiencia serían aportes de gran valor. También los marcos de protección ambiental de los proyectos, así como los mecanismos de transparencia serían contribuciones más que relevantes.

Algunas de esas áreas son:

Los marcos normativos y regulatorios. Este es un espacio en el que el Grupo puede jugar un rol importante, tanto apoyando con conocimiento técnico mediante fondos de cooperación, como proveyendo financiamientos específicos para la generación de marcos legales e institucionales que protejan los intereses de la comunidad, generen incentivos adecuados para la inversión y sean sostenibles en el mediano y largo plazo.

Los procesos de fortalecimiento y capacitación de las instituciones públicas que regulan y controlan la actividad minera. El BID puede proveer recursos para asegurarnos que esas instituciones cuenten con los mejores profesionales, ya que es fundamental “nivelar la cancha” balanceando el bagaje técnico que suelen tener las grandes empresas internacionales que son actores típicos del sector extractivo. De esta forma se preservan los intereses de nuestras comunidades, se garantizan condiciones sostenibles de explotación y se previenen conductas poco transparentes.

El apoyo a cadenas productivas más integradas a nivel nacional, de forma que se agregue localmente valor a los minerales extraídos, con los evidentes beneficios para las comunidades involucradas. El BID puede aportar financiamiento para apoyar la integración vertical de esas cadenas que enfoquen en el agregado de valor y en la generación de empleos. La producción de baterías en nuestro país, el desarrollo de vehículos o autopartes para vehículos que utilicen energías limpias, la elaboración de materiales de construcción o la producción local de fertilizantes son solo algunas de las áreas en las que se podrían plantear inversiones.

Como dijimos, la transición energética es una realidad acuciante. Vemos a diario los efectos devastadores del Cambio Climático que cada año cobra más vidas, genera más daño y afecta más la producción. Argentina está en una posición ideal para aprovechar las oportunidades de esta transición y ser un actor positivo en la protección del Planeta. El apoyo a la buena gestión minera debe integrarse con el abordaje de los proyectos de transporte, vivienda, uso del suelo, etc., incorporando una visión holística que aumente la eficacia de las operaciones.

Pero el rol del Grupo no se detiene allí, estamos convencidos que los otros miembros del Grupo deben involucrarse también. Bid Invest puede agregar valor financiando al sector privado en proyectos estratégicos, en los que su principal aporte serían las adicionalidades no financieras (sobre todo asegurando marcos de salvaguardas ambientales y sociales con los más altos niveles internacionales) y su capacidad de apalancamiento para movilizar inversiones privadas significativas al nivel de las necesidades de financiamiento de estos grandes proyectos mineros. Por su parte, el laboratorio de innovación, Bid Lab sería el agente de identificación de opciones de pequeñas empresas o startups enfocadas en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y la utilización de nuevos materiales.

Dos temas en los que el conocimiento del BID también puede ayudar tienen que ver con las particularidades de la minería en Argentina. Dado que legalmente los recursos mineros pertenecen a las provincias, es imprescindible que se siga trabajando en la profundización de la coordinación entre el gobierno federal y las provincias para asegurar que los beneficios de la minería lleguen en forma adecuada a las comunidades involucradas, se integre la explotación minera en las cadenas productivas nacionales, se proteja el ambiente en forma adecuada y se transparente la gestión de los recursos e ingresos provenientes de la minería.

En síntesis, estamos ante una gran oportunidad, no la desaprovechemos. El Grupo BID puede ser una de las herramientas que nos provea de conocimiento, experiencia, recursos humanos y económicos para concretarla.

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