Estamos en crisis: hay que ser claro en esto. ¿Crisis sanitaria?, aún sí. ¿Crisis económica?, aún sí. ¿Crisis de recuperación económica/industrial?, sí y no. ¿Crisis política?, sí. ¿Crisis de empobrecimiento?, sí.
Argentina comenzó a crecer. Hay indicadores tanto de FIDE como de Ecolatina, que proyectan un 5,6% para el 2021. Y para las exportaciones alrededor de un 10%. Sería un buen año de recuperación ante la pérdida del presente año y con algunos sectores que superarían en crecimiento de lo perdido.
Santa Fe fue la primera provincia en recuperar el 100% de la actividad industrial en este fatídico 2020. Hay sectores como maquinaria agrícola con ventas a abril/mayo 2021; en el rubro madera, muebles, sommiers con igual perspectiva pero con el obstáculo de la falta de insumos. Sobre una pérdida de 10 mil empleos en blanco, la UOM registra un recupero de 1500.
En cuanto a la crisis sanitaria, la posibilidad latente de la vacunación cercana, ayuda a confiar en que se está en el camino de achicar pánico.
Crisis política, sí; dado que el gobierno nacional lejos de despejar dudas, se afianzan certezas, sobre la inversión de la autoridad política. Retrocede el Presidente cosechando flaquezas en momentos en donde más se necesitaría de su fortaleza, ante el hecho incontrastable de saber que siete de cada diez jóvenes hasta 17 años, son pobres. Y que a octubre el 44,2 % de la población argentina es pobre. En este contexto la reunión de los gobernadores con el Presidente fue deslucida dado que, en ese momento se reafirmaba lo que se conocía: la magnitud de los números de la pobreza, y el principal trascendido fue el consenso de eliminar las PASO. Muestra clara de escalones de decadencia y devaluación del pensamiento político ante la agenda que la realidad impone, aunque la política la ignore.
El politólogo y jurista Daniel Zovatto estudió cuántas generaciones se necesitan para salir de la pobreza. En el caso argentino llevaría ¡ nueve generaciones!. Y la política, autista. ¿Alguien cree –sea oficialismo u oposición-, que con 44,2% de pobreza sus obligados protagonistas tendrán esa paciencia?
Ante tanta falencia entiendo que el Presidente tiene una oportunidad al año de haber asumido, para corregir el rumbo de su gobierno y rescatarse políticamente. La receta es sólo una y depende de él dado que la mesa está servida, pero la convocatoria a los comensales le pertenece. Esta cronista no ha encontrado un solo sector productivo, sindical, organizaciones sociales, de oposición política, intelectual, universitaria, que no coincidan en un mismo planteo: “necesitamos acordar cuatro o cinco políticas de Estado a largo plazo”. Esta actitud le permitiría al gobierno salir de la actual opacidad en la que se encuentra, echar mano de la humildad que se vuelve imperiosa ante tanto dolor y fundamentalmente construiría una identidad de la que hoy carece.
Si la pandemia alumbró todas las deficiencias, el reflector debiera estar enfocado a los dichos de Daniel Arroyo: “estamos ante la cuarta generación de excluidos”. Esta situación hace que nadie pueda imaginar ni protagonizar una vida estable. Si a su manera gobierno y oposición se preocupan por encontrar el antídoto contra el Covid.19, ¿por qué no hacen lo propio contra la letal enfermedad de la pobreza que fulmina a toda sociedad que la padece?
Me recordaba el Dr. Carlos Leyba: “de la pobreza no se sale con ideas individuales, porque la pobreza las cancela, se sale con ideas colectivas”. Pregunto: ¿Cómo llegamos a esas ideas colectivas sino a través de una concertación?
El sociólogo Eduardo Donza puntualiza “sin la AUH y el IFE hubiéramos llegado, estimativamente, al 53% de pobreza y 27,9 de indigencia. Pero el problema no depende de un gobierno, está en la estructura productiva”. Entonces a la mesa se deben sentar inversores, formadores de precios, ciencia, técnica, empresas, sindicatos.
El Dr Conrado Varotto, impulsor fundamental del INVAP me decía: “siempre el riesgo tecnológico es equivalente al desarrollo económico. De la decadencia todos somos culpables, pero yo vine a una Argentina que era y fue país de futuro y esperanza”. Pregunto: ¿Estamos los argentinos dispuestos como sociedad a tratar de ser nuevamente un país de futuro y esperanza? Si es así, la clave está en que todos cedan algo, incluso los que menos tienen. Y que el gobierno convoque a esa mesa, hoy tendida y vacía, con la vajilla de la esperanza. Argentina viene perdiendo distintas oportunidades en los últimos largos años, la pobreza a la que hemos llegado que condena a muchos a no ser, debiera impulsar a todos, a evitar una nueva oportunidad perdida.
A propósito de crisis política, Santa Fe es una provincia que históricamente se caracterizó por su calidad institucional y por su crecimiento productivo por sobre la media nacional. Este viernes, declaraciones ampliatorias solicitada por uno de los fiscales destituidos en agosto pasado, por haber incurrido en los delitos de corrupción vinculados al juego ilegal, Gustavo Ponce Asahad; dejó a la provincia ante una grave crisis institucional. El citado ex Fiscal no sólo reconoció sus delitos sino que se declaró integrante de una asociación ilícita, imputando a personas de la política, del poder Judicial, policial, tanto del oficialismo como de la oposición, en actividad o fuera de ella. Dada la gravedad de la denuncia, la jueza Eleonora Verón remitió a la Corte Suprema de Justicia y a la presidencia de Diputados y Senadores audio de las cuatro horas y media de sus declaraciones. El presidente de Diputados y ex gobernador Miguel Lifschitz ha convocado para mañana miércoles a las 12 hrs a labor parlamentaria para que con acuerdo de todos los bloques, el cuerpo de taquígrafos reproduzca el contenido del pendrive. Al cierre de este artículo se esperaba la convocatoria de la presidenta del senado Alejandra Rodenas.
Ante esto consulté al gobernador Omar Perotti me dijo: “Todos deben sentirse con la libertad de investigar a quien deban investigar. Es la única manera de que se acabe la impunidad. Que le toque a quien le toque. Ahora tal vez entiendan el sentido del discurso que expresé al asumir en diciembre del año pasado. Duermo tranquilo. Santa Fe tiene una historia de calidad institucional que merece recuperarse. Esto no es una interna del Justicialismo. Es corrupción versus decencia. Sé que para lograr seguridad hay que cortar los vínculos con el delito. Esto será una divisoria de aguas brava y dura, entre propios y extraños. No vine para que las cosas queden igual. Voy hasta el hueso”.
Final abierto. Ante un tema que involucra la criminalidad organizada, el juego clandestino, el narcotráfico, influencias políticas. En síntesis, la vida de los santafesinos.
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