La Argentina necesita desarrollar el mercado de capitales

El principal requisito es recrear la seguridad jurídica, es decir el pleno respeto de las instituciones

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El mercado de capitales es
El mercado de capitales es el canal genuino para transformar el ahorro en inversión, su desarrollo requiere reglas claras y permanentes (Reuters)

El General Juan Domingo Perón decía: “la víscera más sensible del hombre es el bolsillo”. Pues bien, hoy muchos se devanan los sesos pensando en soluciones al laberinto en que está la economía y siempre llegan a ese puerto en tinieblas que no permite ver el rumbo a seguir y menos el horizonte.

Pero no es necesario ver para saber dónde está la solución y es aquí donde en los dichos de Perón se encuentra el camino. El gran titiritero que mueve los hilos de la conducta humana es el dinero y quien sabe de dinero es quien detenta el poder, esto lo entendió hace más de 20 siglos la Iglesia por eso el lujo, oro y ornamento de los templos, porque con su riqueza demostraba poder y el poder impone respeto y sometimiento.

Entonces ¿Qué es poder? Dinero, ¿Qué es el dinero? El común denominador de todos los negocios ¿Dónde esta el dinero? En los Mercados de Capitales, es decir quien entiende de eso, entenderá el derrotero del poder y la hoja de ruta a seguir.

Muchos dirán que materialista y quizás inmoral es este planteo, y tienen absoluta razón, pero también debieran reconocer que es el más lógico y acertado, ya que el hombre a través de los siglos nunca se apartó del dinero.

El hombre a través de los siglos nunca se apartó del dinero

¿Cuál es el motivo de este elemental razonamiento? En que el problema de la Argentina está en que, siendo un país rico en recursos, es pobre en generación de riqueza. ¿Por qué? Porque está quebrado, no tiene valor el dinero y si se debe y mucho, hay que buscar la forma de atraer capitales. ¿Qué requieren los Mercados de Capitales para invertir en la Argentina? Seguridad jurídica, reglas de juego ciertas y permanentes, es decir previsibilidad.

Poco interesan las conductas políticas siempre que lo primero se cumpla a rajatabla, el ejemplo más palpable es China que siendo un Estado cuyo sistema político es el comunismo los capitales acuden con interés y tranquilidad a invertir. En definitiva, es una cuestión de coherencia y sentido común, algo que hoy muchos de los argentinos carecen.

La solución está; consecuentemente el camino a seguir también se conoce, entonces ¿Dónde está el problema? En los muchos políticos, empresarios, sindicalistas y jueces que resultan ser los beneficiarios de este nefasto sistema y a su vez el escollo hoy tan difícil de sortear. ¿Por qué? Por la maraña de intereses políticos, legales, estructurales y económicos que mediante la corrupción ellos crearon y crean e instituyeron e instituyen.

Es aquí donde se debieran recordar las expresiones de Chris Patten, político conservador británico y actual rector de la Universidad de Oxford: “Las sociedades abiertas deben defender los principios que encarnan sus instituciones. Los líderes corruptos, cobardes y venales a menudo destruyen los cimientos institucionales de los sistemas de gobierno de sus países”.

El pueblo de Buenos Aires en mayo de 1810 se reunió en la Plaza de Mayo y dijo basta y grito que “quería saber” así se hizo oír, logrando cambiar definitivamente la historia de estas tierras, hoy las circunstancias de peligro en la administración de justicia y el derrumbe financiero, económico y social pareciera colocar al país en una situación que impone manifestarse en contra de los arrebatos a la Constitución Nacional, y manifestarlo también en las urnas. No hay que engañarse más y reflexionar, como bien decía Carlos V: “La larga reflexión es garantía del buen éxito”.

El autor es Presidente de Iader (Instituto para el Desarrollo de las Economías Regionales)

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