Muchos consideran que las declaraciones, dichos, posteos en redes sociales y mensajes discriminatorios, xenófobos o antisemitas deben ser penados con sanciones duras.
Si bien no soy abogado, comprendo que un camino sea el de la justicia, pero como Presidente de La Sociedad Hebraica Argentina no puedo dejar de establecer que el recorrido más estratégico, sensato y efectivo debe ser el de la educación.
Ante cada hecho de esta naturaleza tendemos a espantarnos, a enojarnos y responder con contundencia, es entendible ante la agresión recibida, pero no podemos dejar de lado que seguramente sea más ejemplificador buscar trabajar sobre la educación, invitando al agresor a la reflexión y la acción. Que lo haga en el marco adecuado.
Una vez que somos víctimas existe un victimario y eso siempre es una derrota para la sociedad.
Tenemos que encontrar el modo de tender el puente de la formación en valores. Trabajar incansablemente por explicitar que la diferencia enriquece a la sociedad y que la diversidad construye justicia entre hermanos.
Hoy sufrimos la violencia de dichos o expresiones que duelen, pero exhiben el frágil equilibrio de la convivencia entre los distintos. No queremos tolerancia, no debemos tolerar a nadie, porque no hay nada que tolerar… debemos integrar a cada cual con sus particularidades porque son positivas.
Creo que el pasado tiene grandes enseñanzas que podemos tomar para no repetir errores en el futuro. La multiplicidad es una fortaleza que tenemos como argentinos. Debemos apreciarla y disfrutarla.
Volvemos a tener la enorme oportunidad de valorar una vez más la palabra clave en estos días. Tiene 7 letras: RESPETO.
Jonathan Lemcovich
Presidente de La Sociedad Hebraica Argentina
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