América Latina se encuentra aún en medio de la crisis de la pandemia ocasionada por el COVID-19 y de los desafíos económicos y sanitarios que la acompañan. Su impacto puede medirse desde Brasil, hasta Panamá y México. Como todas las demás regiones afectadas por la crisis, el virus no se limita a cierta raza, etnia o posición social. Es un agresor que no discrimina.
La región se ha esforzado por avanzar y mejorar su economía durante las últimas décadas, lo que la hace particularmente vulnerable a una pandemia como la que estamos experimentando. Además, los expertos sugieren que la pobreza y la desigualdad generalizada han exacerbado los efectos de la crisis sanitaria en América Latina. Específicamente, teniendo en cuenta que más de la mitad de los trabajadores de la región pertenecen a los sectores más afectados por la crisis, tales como comercio y servicios; la recuperación será particularmente desafiante.
Sumado a este escenario, los niveles de informalidad han incrementado a lo largo de la región y podrían alcanzar hasta 62%, frente al 53% actual, creando un círculo vicioso que podría tener consecuencias a largo plazo. Más de 140 millones de hombres y mujeres en América Latina y el Caribe no cuentan con posibilidades de trabajar de forma remota y no tienen acceso a ahorros o apoyo de programas de protección social críticos durante esta difícil coyuntura. Tal economía excluye a algunos ciudadanos de su derecho a un sistema de seguridad social, salarios justos y estables, acceso equitativo a atención médica, fondos de pensiones, capacitación y entrenamientos, entre otras protecciones laborales.
Los expertos sugieren que la pobreza y la desigualdad generalizada han exacerbado en América Latina. Específicamente, teniendo en cuenta que más de la mitad de los trabajadores de la región pertenecen a los sectores más afectados por la crisis, tales como comercio y servicios; la recuperación será desafiante
Como representante del sector privado frente al Grupo de los 20 (G20), el B20 Saudi Arabia ha desarrollado durante los últimos meses un conjunto de recomendaciones de políticas públicas que han sido presentadas para su consideración al G20. Parte de la responsabilidad del Grupo de Trabajo sobre el Futuro del Trabajo y la Educación del B20 fue considerar los desafíos y oportunidades asociadas con el mundo laboral del futuro y cómo preparar mejor a los trabajadores. Con base en ese análisis, hay varias pautas que deben ser consideradas.
En primer lugar, fomentar la confianza, el dinamismo y la resiliencia en los mercados laborales futuros. Resulta imperativo garantizar un regreso rápido y seguro al trabajo, implementando los pasos necesarios para minimizar la posibilidad de una segunda ola del virus. Países como Nueva Zelanda y Corea del Sur han reabierto con la implementación de protocolos de salud y seguridad, así como un cuidadoso monitoreo y adaptación de medidas fiscales y monetarias que satisfagan las necesidades tanto de los empleadores, como de los colaboradores. Estas y otras medidas deben evaluarse para identificar mejores prácticas que beneficien a todos y se compartan más allá de las fronteras. Una nueva era, caracterizada por una colaboración sin precedentes, es necesaria para prepararnos para un regreso seguro al trabajo.
En segundo lugar, impulsar el crecimiento habilitando a las PyMEs y emprendedores, incluyendo a las mujeres propietarias de empresas. Esto es particularmente importante ya que el 99% de todas las empresas en América Latina son micro, pequeñas o medianas empresas (MiPyMEs) y emplean al 76,5% de los trabajadores en el sector del comercio y al 86.1% en hoteles y restaurantes, ambos muy afectados por el virus. Asegurar la supervivencia de las MiPyMEs durante la crisis y equiparlas para prosperar durante la fase de recuperación es imperativo para el crecimiento futuro. Los esfuerzos también deben incluir la simplificación de los entornos regulatorios y un acceso más fácil al financiamiento y a una infraestructura digital adecuada. Además, es necesario un esquema más sencillo para la expansión internacional y operaciones de las PyMES, con el fin de acelerar el crecimiento global y generar más oportunidades.
Por último, preparar al capital humano para el futuro. Las instituciones y los enfoques tradicionales de aprendizaje están rezagados. Más de la mitad de las empresas de todo el mundo enfrentan dificultades para encontrar las habilidades que requieren. Desde que estalló la pandemia, la digitalización ha adquirido mayor relevancia en nuestras vidas personales y profesionales. El trabajador del futuro debe contar con conocimiento tecnológico y habilidades humanas, tales como comunicación, priorización y adaptación, para navegar satisfactoriamente este entorno cambiante. Estas demandas críticas de habilidades continuarán evolucionando, por lo que también deben hacerlo los sistemas educativos.
Más de 140 millones de hombres y mujeres en América Latina y el Caribe no cuentan con posibilidades de trabajar de forma remota y no tienen acceso a ahorros o apoyo de programas de protección social críticos durante esta difícil coyuntura
La learnability, la capacidad continua de aprendizaje, debe adoptarse desde la educación primaria y secundaria y a lo largo de la vida adaptándose a las necesidades de los adultos, mediante cursos modulares adecuados a los compromisos laborales, personales y familiares. Los requisitos de la fuerza laboral están cambiando en tiempo real y los trabajadores del futuro deben seguir el ritmo de esta evolución o se encontrarán desactualizados, no solo en América Latina sino en todo el mundo. Para abordar este problema, más de la mitad de las organizaciones (56%) están ayudando a las personas a avanzar, ascender o cambiar de roles dentro o fuera de la compañía, como parte de su estrategia de talento.
Se debe responder a los actuales desafíos laborales que trajo la pandemia a América Latina con visión del futuro. Los gobiernos y las empresas deben trabajar en conjunto para rediseñar una fuerza laboral con acceso a carreras sostenibles y significativas, a fin de construir una sociedad más equitativa y una economía estable para las próximas generaciones.
Flores Barragán es presidente de ManpowerGroup Latinoamérica y Co-Chair del Taskforce sobre el Futuro del Trabajo y la Educación, B20 Arabia Saudita. La Dra. Ilham Mansour Al-Dakheel es directora ejecutiva de la consultoría educativa Dur Alkuttab y Chair del Equipo de Trabajo sobre el Futuro del Trabajo y la Educación