Boleta única, una aliada estratégica

Experiencias previas en nuestro país y en la mayoría de los sistemas electorales del mundo muestran que su adopción brinda ventajas en términos de transparencia

Modelo de la Boleta Única de papel

Los sistemas electorales deben asegurar que las votaciones traduzcan la expresión auténtica y libre de las ciudadanas y ciudadanos; y que los escrutinios sean el reflejo lo más exacto posible de la voluntad de las y los electores expresada en las urnas.

El sistema electoral argentino y de la provincia de Buenos Aires evidencia signos de inequidad, que ameritan ser subsanados para garantizar una efectiva representación de las alternativas electorales y dotar de mayor transparencia a las elecciones.

La actual coyuntura nos está desafiando a repensarnos en todos los sentidos posibles, y las elecciones no escapan a ello. En el contexto de pandemia o pospandemia en el que seguramente se desarrollen las próximas elecciones legislativas, tenemos la obligación de planificar, proyectar y realizar las modificaciones necesarias para llevar adelante un proceso electoral que garantice el derecho a elegir y a ser elegidos, sin poner en riesgo la salud de la población.

Tenemos ante nosotros una enorme oportunidad: dar finalmente un paso fundamental en el instrumento de votación en la Provincia de Buenos Aires, pasando de la boleta partidaria a la Boleta única Papel. Además de ser un instrumento más austero y confiable, evita la manipulación y transmisión de las boletas porque solamente se entrega en mano a cada elector cuando asiste a votar, evitando el reparto de la boleta puerta a puerta que suelen hacer los partidos políticos en las semanas previas al día de la elección.

Además, más allá de la cuestión sanitaria, la boleta única papel tiene ventajas en términos económicos para el Estado: termina con la carrera entre partidos políticos para imprimir boletas, ya que con este sistema, es la autoridad electoral quien imprime solamente la cantidad de boletas en base al padrón electoral que se necesita el día de la elección. Se limitan el robo de boletas y el voto cadena. Desaparecen los millones de sobres que envuelven las boletas partidarias en las urnas, para dar lugar a mayor celeridad (menos filas y gente aglomerada) y mayor transparencia y equidad (todos los candidatos y candidatas en una sola boleta).

Es importante que no dejemos pasar esta enorme oportunidad de dar este debate, que sin dudas nos permitirá mejorar los procesos y optimizar la asignación de recursos públicos. Experiencias previas en nuestro país y en la mayoría de los sistemas electorales del mundo, así como investigaciones científicas, muestran que la adopción de la boleta única papel brinda ventajas sólidas en materia de integridad electoral y participación política.

Somos muchas las provincias que necesitamos modificar nuestro instrumento de votación y son muchos los ciudadanos y ciudadanas que estamos luchando por la implementación de la boleta única.

Es ahora el momento de transitar el camino de la madurez política y el diálogo sensato entre todos los espacios políticos, que permita poder llevar adelante elecciones libres, transparentes y seguras. En ese camino, la boleta única de papel se presenta, sin dudas, como una aliada estratégica.

* La autora es diputada provincial de Juntos por el Cambio

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