Alberto Fernández envió esta semana al Congreso el proyecto de legalización del aborto junto con el ‘Plan de los Mil Días’, programa de acompañamiento de la maternidad y de los tres primeros años de vida de niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
En la apertura de la Asamblea Legislativa este año, el mandatario había anunciado: “Nuestro propósito es también llegar a las mujeres de nuestro país en situación de vulnerabilidad social en la etapa que más necesitan de la presencia del Estado, durante el embarazo, nacimiento, puerperio y primeros años de crianza. Por eso junto a la ley que buscará legalizar el aborto, enviaremos un proyecto de ley que instaure un ‘Plan de los Mil Días’, para garantizar la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos o hijas en los primeros años de vida”, dijo en marzo.
Cómo es el Plan de los Mil Días
El plan tiene su antecedentes en la provincia de San Juan y en el Municipio de San Miguel. Está dirigido a todas las embarazadas, sin cobertura social y en cualquier etapa de su gestación, y a madres con bebés entre 0 y 24 meses.
El mismo tiene su respaldo en estudios científicos que avalan que este período es la ventana crítica en el desarrollo del niño, ya que implica cambios trascendentales para la salud y brinda una oportunidad única para que los niños obtengan beneficios nutricionales e inmunológicos que necesitarán el resto de su vida.
La alimentación en los primeros 1,000 días se refiere a la alimentación en dos etapas de la vida, la primera corresponde a los 270 días desde la concepción hasta el nacimiento, y la segunda a los 2 primeros años de vida (730 días).
Sobre el proyecto de los “Mil Días”, Vilma Ibarra planteó que “cuando la mujer tiene un proyecto de maternidad, que es algo muy valioso y muy hermoso, tiene que saber que el Estado va a estar allí acompañándola, tanto en el cuidado de su salud como en sus necesidades materiales”.
Del mismo modo, esa iniciativa contempla el cuidado de los niños y niñas “durante por lo menos los 3 primeros años de vida, para poder estar allí y que ninguna, por falta de recursos, tenga que acudir al aborto”.
“El aborto no debe ser una opción en ese sentido, sino el respeto a una decisión de una mujer”, aclaró Ibarra.
En este punto es donde la Secretaria Legal y Técnica y los proyectos de ley se contradicen, porque avala por un lado a la persona por nacer como sujeto de derechos y por otro lado, desconoce la humanidad del por nacer y, por lo tanto, su calidad de persona y titular del derecho a la vida, dejando la decisión de si debe nacer o no en manos de una sola persona, sin más.
Un Gobierno sin un rumbo claro hoy vuelve a caer en una contradicción en la cual se ponen de manifiesto las grietas internas, tratando de contentar a todos se cae en un absurdo jurídico que deja de importar cuando la ideología es la que manda.
En el Día de la Militancia Peronista presentaron el proyecto de descarte selectivo de las personas más vulnerables. Es conveniente recordar las palabras de Eva Duarte de Perón, que sostuvo ante un grupo de enfermeras que el aborto es “un capricho gorila y burgués”. Y agregó: “Compañeras, cada aborto que ustedes permiten es un servicio a los poderes coloniales que quieren debilitar la revolución, cada hijo del pueblo que no nace es un hombre menos en la defensa de la Patria y de (Juan Domingo) Perón”.
Argentina tiene 63% de niños en situación de pobreza, ajuste a jubilados, fábricas y comercios que se cierran, un sistema de salud colapsado y más de 36 mil muertes por Covid-19. Presentar el proyecto de aborto es una provocación autoritaria a que millones de argentinos salgamos a manifestarnos.
Nacer en Argentina no puede ni debe ser un privilegio, nacer es un derecho.
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