El sexteo no empezó con la pandemia. Pero igual que la pandemia no termina (y tiene a Europa con nuevas cepas, rebrotes, confinamientos de segunda generación y toques de queda), el sexteo tampoco. El sexo a través de los mensajes no es solo una segunda o última opción. No es un remedio frente al aislamiento. Es una modalidad sexual que no podía existir sin computadoras, teléfonos y redes sociales. Pero que permite muchas formas de liberación.
“¿Qué te gusta?", es la pregunta que pone la pelota en la cancha del chichoneo y habilita que, en el chat hot, se puedan desempolvar todos los secretos que –muchas veces- es más difícil decir entre sábanas y cuando las manos acorralan la palabra.
Por eso, el sexteo no es solo una puerta de emergencia ante el encierro, sino que puede ser una forma de subir por escalera hasta la hora de la piel (si es tomado como la previa a conocerse o encontrarse) o como una forma de encuentro que no necesita otro broche de oro porque se abrocha solo.
En el libro Sexteame, amor y sexo en la era de las mujeres deseantes, de Editorial Planeta, se habla de sexting, encuentros, desencuentros y deseos y se apuesta al cuidado, el placer y la amorosidad en un mundo que no da tregua y al que mejor amainar con más cariño. Acá te dejamos 11 tips para un sexteo cuidado, consentido y placentero.
1) Una carta de presentación: El sexting es una buena oportunidad para conocerse, decir lo que te gusta, marcar lo que no te gusta y habilitar fantasías. No lo devalúes, no es un sexo blue, no va en baja ni necesita liquidez para mantener su valor. La experiencia sexual a través de palabras e imágenes enciende los sentidos y cotiza en alza.
2) Con/sentidos: El sexting siempre tiene que ser consentido. No importa si es una relación personal o virtual la otra persona tiene que querer, aceptar y disfrutar de cada una de las acciones. Decir sí al vinculo no es decir que sí a cada una de las propuestas.
Por ejemplo una chica puede aceptar un coqueteo de índole sexual a través de mensajes de chat en Instagram. Pero eso no significa que acepta mandar o recibir fotos de genitales en el correo. Cada una de las acciones tiene que contar con consentimiento. Si están de acuerdo pueden mandarse textos, fotos y videos. La práctica no es mala ni peligrosa si es consentida, respetada y disfrutada.
3) Con/cuidados: La recomendación es que no manden fotos o videos en donde se vea la cara o marcas personales (como heridas, cicatrices o tatuajes) para prevenir efectos indeseados en las redes. En la Argentina el grooming (el abuso sexual que no tiene nada que ver con el sexteo) está penado.
El sexo personal no es igual a un abuso y el sexteo no es igual al grooming. Pero todavía falta legislar y agilizar la prevención y penalización de la viralización de fotos íntimas, la amenaza de mostrar fotos o videos (sacados con o sin consentimiento, no importa si ella acepto filmarse, no se puede divulgar el contenido sin su permiso) como una forma de violencia de género tecno.
Hay muchos proyectos que proponen (y deben ser legislados para aggiornar las leyes a las prácticas) nuevas formas de prevenir y penalizar a quienes buscan herir a la otra persona (muy especialmente a mujeres y jóvenes) y más todavía en pueblos o localidades pequeñas en donde las chicas se sienten especialmente vulneradas si son señaladas por la circulación de imágenes que pertenecen a su vida privada.
4) No te mandes solo: Nunca mandes fotos de genitales sin el consentimiento de la otra persona. Es muy habitual que los varones le den send a “selfiepenes” sorpresivas. Por lo general no es algo que las mujeres disfruten. Si está consentido no es algo malo. Pero si es un envío para herir, desagradar, asustar o asquear a las mujeres es una práctica horrible. Y si estás teniendo un chateo hot con una mujer que quiere hablar, insinuar o encontrarse pero no ver un primer plano de un genital no lo hagas si no te lo pide, si no lo acepta o si no está conversado y consensuado.
5) No es no: Si una chica no quiere sextear no insistas. La insistencia puede generar incomodidad. Si la otra persona no quiere o no puede no se debe arremeter con un diálogo sexual en todo tiempo y lugar (y hay que tener cuidado porque la cuarentena no solo vuelve el hogar un home office, sino que genera la falsa fantasía de un telo abierto las 24 horas).
Las mujeres pueden poner el límite a lo que no quieren e invitar a las mejores horas, días o espacios en donde sextear. Los varones no tienen que tener ganas siempre y pueden decir que no porque no pueden o no están de ánimo.
6) No es un kiosco abierto las 24 horas: Siempre, pero especialmente en cuarentena (aunque ahora parezca liberada todavía la vida no es normal ni plenamente puertas para afuera), y hay que tener (todavía más) en cuenta no solo con quien se chatea sino en donde y con quien está y qué quiere o se puede hacer según el momento, el lugar y la compañía.
Por ejemplo, si una chica está con los padres, un chico en una clase de deportes en un parque, un papá con sus hijos o una mamá con un bebé o su abuela no pueden hablar por teléfono, gemir en un video, desnudarse con tranquilidad o mandar audios con aullidos.
Hay que preguntar el contexto y respetar si la situación de la otra persona no da para montar un rodaje erótico las 24 horas. Y, en algunos casos, una persona puede querer escribir, pero no hablar, porque hay prácticas que puede realizar con comodidad y otras que no quiere o puede rodeada de gente.
7) No es un 0800 llame ya: Todas las elecciones siempre tienen que estar conversadas. El sexo virtual no es un call center en donde no importa la persona al otro lado de la línea. Incluso para tener la fantasía de desnudarse hay que ponerse en los zapatos del otro o de la otra.
8) Placer y presión no se llevan bien: El sexto tiene que tener tiempo y espacio. A veces puede ser lento (no sé si tanto como el mito de Sting con el sexo tántrico teniendo sexo eterno) y otras rápido, puede ser nocturno, trasnochador o mañanero. No hay reglas, pero sí acuerdos. Si hay fiebre intempestiva se puede salir de los moldes. No necesita organizarse una vez por semana con una cita fija como en la familia conservadora de la serie Pequeños fuegos por todas partes de Amazon Prime. Pero no se puede volver una presión o una exigencia de estar siempre lista, a toda hora, todos los días y en todas partes.
9) Si te gusta el durazno disfruta de los emoticons: El consentimiento no tiene que ser un protocolo aburrido, ni un acuerdo burocrático. La escritora María del Mar Ramón recomienda en la nota “Porno, masturbación y sexting en tiempos de coronavirus. Una guía para lidiar con la calentura si debes pasar la cuarentena en soledad”, de Vice: “Es importante que haya reciprocidad en las respuestas, así aseguramos que sea consentido. Basta con lanzar un simple ‘¿Quieres que hablemos en este tono?’. (Bueno, no tenemos que decir ‘en este tono’, también podemos mandar emoticones pícaro, diablito o algo similar). Si nos responden monosílabos a destiempo, no nos responden, o se cambia el tema, acatemos la falta de voluntad y no sigamos”.
Por lo tanto no es que el sexo se vuelve un papeleo burocrático. Los emoticones justos también hablan. María del Mar Ramón, la autora de Coger y comer sin culpa. El placer es feminista apunta: “Si prima la timidez, podemos reemplazar la vulgaridad por el emoticón que está pensando más el emoticón que babea. El emoticón de la lengua siempre es un buen disparador. Lengua más berenjena y así hay múltiples combinaciones más. Las frutas parecen ser buenas para graficar las ganas. El durazno siempre representa las nalgas, pero es verdad que para la vulva hay poca claridad”. Si a través de emoticones ves la que la persona tiene onda, bienvenido el juego. Si no contesta, mejor retirarse.
Las preguntas son una gran forma de sextear: son un primer paso, son respetuosas, son inspiradoras de fantasías y si habemus consentimiento puede salir humo del teléfono o la computadora.
10) No al sexo carilina: Si el encuentro virtual termina intenta no caer en el sexo carilina que hace sentir a la otra persona como un pañuelo descartable que se tira como si la única función sexual se reduciría a una descarga orgánica y la/el parteneire se va al tacho después de sonarse la nariz o tener un orgasmo después del chateo.
Aunque no estén en la misma cama o en la misma fiesta, la otra persona conserva su humanidad y no pasa de ser una princesa a una calabaza en una forma moderna de Cenicienta. Si diste por acabada la cita virtual no se necesita firmar amor eterno pero las despedidas y el respeto en el trato personal son bienvenidos.
11) Las cuentas claras conservan el sexteo: Es mejor aclarar si tus intenciones son solo para chatear (sexteo y nada más) o si querés que sea la previa para un encuentro personal. No es necesario firmar una hipoteca ni hacer un pacto de sangre. También puede pasar que las cosas o las ganas cambien (para más o para menos) según siga la conversación, la comodidad y la intensidad.
Pero a veces las aclaraciones aclaran y la buena fe también allana el camino para pasarla mejor en el momento (y después del momento) sin un gusto agrío post filirteo. El sexteo siempre es una forma de encuentro pero no habilita a destratar con quien se sextea.
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