Gobiernos democráticos y dictatoriales han tenido oportunidad de ordenar las variables económicas de la nación, buscando consensos en el primero de los casos o imponiendo políticas en el segundo. Todos han fracasado.
Salvo pequeños oasis en el desierto de la inestabilidad económica, Argentina no crece desde hace más de 70 años. Solo lapsos de recuperación luego de caídas vertiginosas. Un eterno rebote del gato muerto. Responsabilizar a uno u otro sector es no afrontar la responsabilidad que a cada uno de nosotros corresponde.
El ciclo económico muestra lapsos de recuperación luego de caídas vertiginosas. Un eterno rebote del gato muerto
Hemos crecido rodeados de críticas de los ciudadanos hacia sus gobernantes, de la oposición al oficialismo y de los gobernantes de turno a los gobernantes anteriores. Generalmente todos carentes de propuestas o en el mejor de los casos, cuando las hubieron, fueron infructuosas.
Desdoblamiento cambiario o tipos de cambio múltiples y controlados, han sido una de las manzanas prohibidas dentro del paraíso de quienes pueden arbitrar entre uno y otro valor. La tentación en diferir las liquidaciones para cobrar en moneda más fuerte para los exportadores o de aprovechar un tipo de cambio subsidiado para las importaciones secarían hasta a la propia Reserva Federal si propuestas como estas se sostienen en el tiempo.
Lo mismo ocurre con los impuestos a las exportaciones. El mundo desarrollado ha entendido que para crecer hay que integrarse, con el principal objeto de poder vender al mundo productos con valor agregado, que no es otra cosa que los salarios de sus habitantes.
El mundo desarrollado ha entendido que para crecer hay que integrarse, con el principal objeto de poder vender al mundo productos con valor agregado
Cuanto más calificada sea la mano de obra que incorporen las exportaciones, mayor será el ingreso en divisas para estabilizar la economía y dar poder adquisitivo a la población. Investigación y desarrollo son las actividades que pueden vender mano de obra de calidad y a valores internacionales.
Cuando se exporta productos con valor agregado, es el mundo el que paga los sueldos del país. Son los clientes de la nación quienes financian el desarrollo. En cambio, cuando por el contrario se exportan materias primarias e importa valor agregado, se financia el consumo y el desarrollo del resto del mundo.
Ausencia de rumbo fijo
Los cambios de reglas permanentes, en busca de resolver circunstancias transitorias o compromisos políticos, producen más perjuicios que beneficios, pues agregan incertidumbre e inseguridad para quienes deciden arriesgar sus recursos en estas condiciones.
Una justicia discrecional, parcial e imprevisible, completa un cuadro terrorífico, que expulsa a quienes quieren trabajar para vivir, y deja solo a oportunistas y audaces en busca de ganancias extraordinarias que difícilmente suceden.
La inflación permanente y abrumadora que castiga los bolsillos de los que menos tienen plantean un escenario imposible para el ahorro en moneda nacional
Obviamente que todo esto sumado a la inflación permanente y abrumadora que castiga los bolsillos de los que menos tienen plantean un escenario imposible para el ahorro en moneda nacional. Estas condiciones, entre otras, han producido fenómenos durante estos años en los que ha habido enormes transferencias de riqueza entre distintos sectores.
El control de cambios distribuye riqueza de exportadores a importadores. La inflación de quienes pueden ajustar sus precios a quienes no. La política tributaria ha perjudicado a quienes pagan sus impuestos frente a quienes no cumplen con la ley. Las reestructuraciones de deuda pública han transferido recursos al Estado, saliendo victorioso frente a ahorristas que confiaron en él. En resumen, es una película en la que los incumplidores y los ventajeros prosperan, mientras que los trabajadores y emprendedores pierden.
Bases para poder superar crisis sistémicas
La experiencia de repetir políticas para un extremo u otro que no resolvieron los problemas, solamente se disfrazan de esperanza para seguir buscando por caminos de vía muerta las soluciones que se necesita. En la descripción de los problemas yacen las soluciones.
Exportadores e importadores deben tener un mismo tipo cambiario, pues de esta forma se alienta el intercambio comercial equilibrado. Para el caso de productos esenciales que el Estado considere imprescindibles podría analizarse ventajas impositivas o incluso cambiarias, pero siempre referidas a un plazo. Exportar debe ser política de Estado.
Exportar debe ser política de Estado
Generar el marco propicio para promover el financiamiento privado de proyectos de valor agregado para productos exportables será una herramienta de desarrollo y generación de empleo.
Es fundamental un pacto público privado, en el que participen los principales factores de poder, gobierno, oposición, gremios, uniones y cámaras, para acordar condiciones básicas sobre qué país se pretende tener, con el objeto de despejar cualquier duda a mediano plazo de, al menos, los grandes ejes sobre política y economía.
La interpretación de las normas por parte de la justicia debe ser previsible, siguiendo un mismo criterio siempre. La aplicación aleatoria de las normas jurídicas por parte de los jueces genera más daño al sistema democrático que las malas leyes, pues en definitiva la gestión parlamentaria baja al pueblo por medio de los fallos judiciales.
Con respecto al déficit fiscal y a su financiamiento la experiencia demostró que no debe financiarse con deuda externa o en otra moneda que no sea la nacional.
La experiencia demostró que el déficit fiscal no debe financiarse con deuda externa o en otra moneda que no sea la nacional
Argentina debe contar con alternativas para que las personas puedan ahorrar en su moneda. Atesorar en pesos debería ser tan rentable y riesgoso como hacerlo en cualquier otra especie. A estos efectos la tecnología acerca herramientas muy útiles para cumplir este objetivo. Por ejemplo, el peso digital ajustable.
Es tiempo para que nuevas experiencias traigan renovadas esperanzas y por fin, ambas se encuentren triunfales.
El autor es director en Fundación Iberoamericana de Telemedicina. Esta columna es una síntesis de la que fue publicada en el blog Fin.Gurú
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