Una proyección inteligente

Argentina debe soltar varias anclas estructurales, cambiar ideologías por pragmatismo, y priorizar su relación con el mundo para proyectarse de una vez por todas de manera inteligente

Argentina participa con un 0,3% en el comercio mundial, contra 2,4% de Canadá o Australia, y 1,2% de Brasil (EFE/Kimimasa Mayama)

Sólo bastan algunos pocos datos para visualizar el papel que juega Argentina en el mundo del comercio global. Según el Banco Mundial (BM) base 2018, Argentina participa con un 0,3% en el comercio mundial, contra 2,4% de Canadá o Australia, y 1,2% de nuestro aliado comercial y socio “estratégico” Brasil. A su vez, si medimos la relación comercio exterior/PBI tenemos que el mundo promedio alcanzó un 59%, la región promedió 47%, y Argentina 30,7%, sólo por arriba de países como Sudán, Burundi, Nigeria, y aún de Brasil, que llega a un escaso 29%, aunque cabe destacar que en este último caso un 25% representan manufacturas de origen industrial (MOI).

Sin embargo, es este bajo rendimiento de Brasil lo que lo impulsa, de una vez por todas, a abrirse al mundo y buscar acercarse comercialmente desde el Mercosur hacia países como Canadá, India, Corea del Sur, Singapur y otros. Algún fervoroso nostálgico del “vivir con lo nuestro” podría decir que dicho concepto le ha servido a Brasil para transformarse en la novena economía del mundo y atraer inversiones por USD 78 mil millones contra tan sólo USD 11,8 mil millones de Argentina, según datos del BM base 2018.

Resulta evidente que hay una pequeña diferencia de mercado interno entre ambos países: Brasil tiene 210 millones de habitantes con 25% de pobreza, mientras que Argentina cuenta con 44 millones y un índice de pobreza cercano al 50% en 2020. Si el Mercosur como bloque avanza en negociaciones con países como Canadá, Corea del Sur, Singapur, India y otros, ¿por qué Argentina se muestra reacia a avanzar y solicita un trato diferenciado al estilo Burundi? ¿Acaso no hay valor agregado en una negociación con Canadá? ¿Acaso Canadá no es una superpotencia energética y número uno en prospección y explotación minera? ¿Acaso Canadá no es un gran productor y exportador de MOI que requiere reducir su dependencia comercial de los EEUU? ¿Acaso no producen trenes, aviones, buques, equipos de prospección, aparatología médica, bienes de capital que en Argentina no existen o bien podrían complementarse?

El presidente Brasil, Jair Bolsonaro (EFE/Antonio Lacerda)

Acá tenemos la cordillera más extensa del mundo, y Canadá tiene la tecnología y el know-how para explotarla. Acá tenemos Vaca Muerta, y allá tienen una larga experiencia con los oil sands. La clave reside en promover la inversión en Argentina no pensando sólo en el casi insignificante mercado que somos, sino en los mercados globales ávidos de productos primarios, energía, manufacturas de origen industrial, bienes de capital que podríamos producir aquí para abastecer al mundo.

¿Acaso la Unión Europea no posee un magnífico mercado de capitales, know-how y tecnología que es todo lo que Argentina necesita? ¿Acaso no hay años de desgravación arancelaria en el acuerdo Mercosur-UE para que la industria argentina se aggiorne y busque alianzas estratégicas que le permita a sus industriales ganar competitividad? ¿O acaso la minería, la pesca, la forestación, el litio, el shale gas, el turismo, los ferrocarriles, los corredores logísticos, las energías alternativas, la energía nuclear, la geotermia, los bio-combustibles, el transporte aéreo, el transporte fluvial y la HPP, la industria naval, la industria automotriz, la industria del conocimiento, la industria de alimentos y muchos otros segmentos no poseen potencial y dinamismo para proyectarse al exterior?

Si se ha podido avanzar con China en una serie de segmentos de exportación y en la realización de ciertas inversiones en energía solar y nuclear, hidroelectricidad, e infraestructura, ¿por qué no avanzar en ese sentido con la India?

Argentina debe soltar varias anclas estructurales, cambiar ideologías por pragmatismo, y priorizar su relación con el mundo para proyectarse de una vez por todas de manera inteligente. Si se ha podido avanzar con China en una serie de segmentos de exportación y en la realización de ciertas inversiones en energía solar y nuclear, hidroelectricidad, e infraestructura, ¿por qué no avanzar en ese sentido con la India? ¿Y qué hay de Singapur y sus USD 65.000 per cápita de PBI? ¿Acaso no podríamos atraer capitales de allí para potenciar algo de lo que ellos saben hacer muy bien para luego proyectarlo al mundo? ¿Qué saben hacer? Plataformas de petróleo off-shore, construcción y reparación naval, operaciones portuarias, electrónicos, petroquímica, educación. Queda claro: el país requiere de pensamiento estratégico.

El autor es Director de la Diplomatura en Comercio Internacional y profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral (Phd / MBA / MSc)