Las crisis recurrentes en la Argentina nos demuestran que nos cuesta entender cómo funciona el mundo a nivel económico. El mundo continuamente crea oportunidades, y una tras otra las desaprovechamos, porque aplicamos las mismas recetas viejas que no funcionan, y volvemos a chocar el autito de la calesita.
Antes de la pandemia, la cuarta revolución industrial venía desarrollándose con gran aceleración. La sinergia de tecnologías digitales impregna cada rincón de las industrias y de los servicios, abriendo nuevas oportunidades. Sin lugar a dudas, que el Covid-19 generó un freno al desarrollo, pero ha sido temporal y abrió nuevas oportunidades a partir de nuevos cambios en los hábitos de consumo, diríamos que podemos sinergizar ambos fenómenos. Sumado a ello, ya venía ganando energía el otro concepto que nos abre más ventanas de oportunidad: “la economía circular”.
¿Qué tienen en común los conceptos de la cuarta revolución industrial, la pandemia, y la economía circular?: la innovación.
Necesitamos muchos empresarios que generen empresas, dado que es la única forma sostenible para crear riqueza y distribuirla, combatiendo a la pobreza
Mal que nos pese y nos queramos engañar, estamos desaprovechando la oportunidad. Tenemos recursos naturales, tenemos recursos científicos y tenemos empresarios. Nos están faltando reglas de juego claras, sencillas, transparentes y estables, que nos permitan orientar los esfuerzos de los empresarios. Dicho sea de paso, necesitamos muchos empresarios que generen empresas, dado que es la única forma sostenible para crear riqueza y distribuirla, combatiendo a la pobreza.
Planteamos la innovación como un elemento clave que hace que los ciudadanos quieran emprender y generar trabajo genuino. Estos son momentos oportunos para Innovar. Para lograrlo no hay que encerrarse, sino todo lo contrario, son momentos para cambiar paradigmas, para salir a explorar nuevas tecnologías, nuevos conocimientos, es el momento de ver cómo anticiparnos a la competencia (que es el mundo), fidelizar aún más a nuestros clientes y capturar nuevos mercados mundiales. En tiempos turbulentos, la habilidad de anticipar aumenta las probabilidades de éxito. La anticipación es el resultado de un buen plan de exploración de nuevos conceptos y de experimentación de los mismos.
¿Qué significa explorar y experimentar para innovar?
Que entendemos que puede haber algo distinto, cuestionamos las “verdades de nuestra industria y de nuestra de empresa”, entender que la convergencia de tecnologías 4.0 y la economía circular, cambian la forma de hacer negocios y se generan nuevas oportunidades:
- No vendemos solo productos: vendemos una forma de usarlos. Esto es una forma distinta de hacer negocios, es la economía de servicios de valor agregado.
- Aumentar la vida útil de los productos: reparándolos, reciclándolos, pensarlos para que puedan tener un upgrade y/o una puesta al día, darle una segunda aplicación, usar materias primas y componentes reciclados, usar menos productos nocivos y no renovables, consumir menos energía y agua, no usar tanto el concepto del descarte.
- Conectarnos y cooperar con otras industrias para abrir nuestra mente y buscar conexiones.
- Conectarnos con nuestros clientes, para entender sus necesidades y ofrecerles una nueva curva de valor, pero también ser audaces, y proponer un resignificado de los servicios que prestamos.
- Pensar en forma divergente, descubrir más que una respuesta correcta obvia, imaginar nuevos modelos de negocio y tomar riesgo.
En síntesis, para innovar frente a la situación actual necesitamos un pensamiento totalmente distinto. Tenemos que desafiarnos a correr los límites, pensar una estrategia, crear el clima propicio para el debate innovador, confiar en nuestra gente y apoyarlos en la experimentación. Tener procesos, darnos el tiempo, y por sobre todo “mente abierta” a las nuevas tecnologías y tendencias, para ver cómo las puedo incorporar y combinar para generar productos y servicios innovadores.
El autor es profesor del IAE Business School, Universidad Austral