Naciste Joaquín Salvador Lavado. Creciste lavado de malicia, lavado de arrogancia, lavado de hipocresía, lavado de soberbia.
Y fuiste salvador cuando nos aburríamos, salvador cuando buscábamos la palabra justa para nuestra insolencia, salvador cuando nos tirabas un hilo de esperanza, salvador cuando nos arrancabas una carcajada.
Salvadores, lavados de toda mugre fueron tus hijos Mafalda, Guille, Felipe, Libertad, Manolito, Miguelito, Susanita y qué decir, esos entrañables y sobrepasados padres que tanto nos hacían reír con sus gestos de desconcierto.
De Mafalda aprendimos la rebeldía contestataria en tiempos de oscuridad y de tus otros hijos, que fueron nuestros hermanos, las variopintas pero nobles naturalezas humanas. Con todos en algún momento nos identificamos, con todos nos conmovimos y con todos nos regocijamos.
Naciste Joaquín Salvador Lavado. El Joaquín se achicó para que todos te recordemos como Quino, ese niño grande que tanto vamos a extrañar.
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