Uno de los tantos temas macroeconómicos de esta crisis es el problema cambiario. El esquema cambiario vigente viene demostrando su ineficiencia, pese a recurrentes cambios, que agravan su mal funcionamiento. Un precio que no tiene oferta, o que tiene oferta “obligada”, porque no hay opciones, es un precio ineficiente. Ese es el rol que viene jugando el tipo de cambio (TC) oficial desde hace meses. Hoy con una brecha cambiaria de 75%, entre el TC oficial y el promedio de los otros cuatro TC de referencia: solidario, MEP, CCL y blue.
Por caso, el Presupuesto Nacional 2021 prevé un dólar nominal oficial de $102,4 a fin del año próximo. La realidad ya es distinta: el dólar oficial cerró el viernes después de las nuevas medidas a $80 y los alternativos oficiales mantuvieron la brecha. El Presupuesto también estima que las exportaciones crecerían 10,2% y las importaciones 16,3% anual. Esta proyección promete mantener el hoy imprescindible superávit comercial de USD 15.087 millones, frente al estimado de 2020 de USD 17.260 millones, con exportaciones estimadas en USD 74.432 millones, frente a las proyectadas para este año de USD 66.531 millones. Son USD 8.000 millones más de exportaciones, una incógnita, en una economía que sigue con cepo cambiario creciente, restricciones a la inversión y recesión.
La reimplantación del diferencial arancelario es el estímulo: el poroto de soja tendrá una alícuota menor de 30%, volviendo a la actual de 33% en enero, mientras que harinas, aceites y biodiesel gozarán de una reducción hasta el 27%, quedando en 30% en enero
La producción agropecuaria es clave para lograr una buena oferta de dólares. Las nuevas medidas sobre las cadenas agroindustriales en esencia apuntan a una mayor liquidación de divisas por parte de las cerealeras-aceiteras en el corto plazo, para descomprimir el mercado cambiario. La reimplantación del diferencial arancelario es el estímulo: el poroto de soja tendrá una alícuota menor de 30%, volviendo a la actual de 33% en enero, mientras que harinas, aceites y biodiesel gozarán de una reducción hasta el 27%, quedando en 30% en enero. Así el diferencial queda fijo en 3 puntos porcentuales, lo que equivaldría a una transferencia desde la producción primaria hacia la industrial del orden de USD 500 millones.
Por el lado del productor primario, se plantea la pregunta, si ya se tiene soja, valuada en dólares, ¿para qué liquidar más hoy, si, después de retenciones, recibirá $/USD 54, en lugar de los $/USD 50 que recibía antes de estas medidas? Este valor sigue casi tan lejos del TC oficial y de los cuatro TC alternativos, tres de los cuales son legales, como antes de la medida. En un contexto de incertidumbre cambiaria y monetaria, no están claros los incentivos a liquidar cosecha pronto. Además, los productores distribuyen las ventas a lo largo de 12 meses, esperando la siguiente cosecha, por un lógico tema de financiamiento de gastos mensuales.
La Bolsa prevé que las ventas al exterior de los productos granarios aporten USD 25.156 millones, 3% menos que en 2020. Esto con un supuesto moderado de sequía
El panorama para los próximos meses, en cuanto a oferta de divisas desde el agro, es incierto. El contexto internacional ayuda: China sigue comprando granos, el precio de la soja esta firme en USD/toneladas (tn) 360, y el precio del maíz y el trigo también están sostenidos, por problemas climáticos en EEUU y la zona del Mar Negro. Pero, en materia de clima, el fenómeno La Niña, con lluvias menores, promete generar una menor cosecha, o prevenir a los productores de una siembra mayor, dado el costo de los insumos importados (agroquímicos, fertilizantes), frente al TC que perciben por sus granos. La Bolsa de Cereales ha anunciado estimaciones de siembra y producción que resultan para la temporada 2020/21 en un total de 120,8 millones de tn de granos, frente a 128.7 M de tn de este año. Así, la Bolsa prevé que las ventas al exterior de los productos granarios aporten USD 25.156 millones, 3% menos que en 2020. Esto con un supuesto moderado de sequía.
La siembra de granos no tiene motivos para crecer. Con la brecha e incertidumbre cambiaria actual, no habría razones para invertir más allá de generar ingresos para mantener el ciclo productivo y un flujo de fondos aceptable. Lecciones aprendidas: en el anterior período de brecha cambiaria sostenida, entre 2012 y 2015, donde la brecha promedió 50%, la producción de granos promedió 104 millones de tn. En cambio, sin cepo cambiario, sin intervenciones y sólo con DEX sobre la soja, entre 2016 y 2019, la producción de granos subió hasta un promedio anual de 132,8 millones de tn. El sistema de precios estable y su alineamiento con los valores internacionales es siempre mejor estímulo que una gran cantidad de medidas, de mayor o menor ingenio.
El autor es profesor de la UCA. Ex–Subsecretario de Planificación Económica Regional y Sectorial