Thelma Fardin revictimizada: las víctimas de violación no pueden quedar presas del estigma mientras los violadores siguen libres

La denuncia de violación de la actriz llevó al pedido de captura de Interpol de Juan Darthés. Pero ella es revictimizada en cada trabajo que realiza. Ahora cuestionaron si su papel en cine es de lesbiana porque no puede trabajar con varones. Ella defiende su derecho al trabajo y afirma que su cuerpo es su herramienta de lucha

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En diciembre del 2018 Thelma Fardin denuncio publicamente que sufrió una violación cuando actuaba en "Patito Feo" acompañada de Griselda Siciliani y Actrices Argentinas.
En diciembre del 2018 Thelma Fardin denuncio publicamente que sufrió una violación cuando actuaba en "Patito Feo" acompañada de Griselda Siciliani y Actrices Argentinas.

-Siempre me pregunté que había pasado con vos y tu carrera. Eras tan talentosa que no entendía porque no te había visto de nuevo -le dijo Griselda Siciliani a Thelma .

Un día antes de la denuncia pública de Thelma Fardin, en diciembre del 2018 y en un bar, la actriz Griselda Siciliani le dijo esa frase a Thelma. Griselda estaba fuerte, conmovida, segura. Y Thelma tomando impulso. No solo para denunciar, sino para retomar, con todas las fuerzas, el poder sobre su carrera, su cuerpo y su vida.

La mirada de Griselda -generosa, protectora y con la sensibilidad estallada en los ojos- fue un abrazo para protegerla y para alentarla. No para que se vuelva una estampita a la que se reza o se guarda. Sino para que siga actuando. Para que nada la haga detenerse en su propio escenario.

Thelma Fardin el año pasado actuó en la obra de teatro "Nahuelito"
Thelma Fardin el año pasado actuó en la obra de teatro "Nahuelito"

Antes no se miraba a las que no llegaban y no se pensaba en las que se habían quedado en el camino no por falta de talento, sino por los efectos del machismo. Ahora sí. La violencia sexual no es solo contra el cuerpo, es también sobre la potencia creativa y la potencialidad económica de las mujeres a las que se arrasa.

La frase de Griselda muestra que la violencia sexual fue una barrera para la carrera de Thelma y de muchas actrices que tenían que bajar la cabeza, aceptar lo inaceptable, callar lo imperdonable o desaparecer, ensombrecerse o esconderse para no exponerse a seguir sufriendo.

Hoy el mayor desafío es que las actrices –igual que todas las trabajadoras en cada una de sus áreas laborales- puedan trabajar de lo que les gusta, sin que la violencia sexual las condene para siempre, las encasille ni se vuelva un freno que las paralice de por vida.

El libro de Thelma Fardin "El arte de no callar" cuenta su historia y radiografía como la justicia revictimiza a las víctimas que deciden denunciar.
El libro de Thelma Fardin "El arte de no callar" cuenta su historia y radiografía como la justicia revictimiza a las víctimas que deciden denunciar.

En el 2001, hace 19 años atrás, entreviste a una adolescente víctima de violación. Ella había sido abusada y revictimizada por la policía que la había denigrado para tomarle las pericias. Su mamá me dijo “Le arruinaron la vida”.

La violación no se ejerce una vez, sino muchas. No la hace solo el violador, sino los cómplices, los encubridores, los que en vez de juzgar al agresor juzgan a la víctima, los que se callan y los que la perpetúan. En ese caso, la violación no es un delito que se termina, sino una cadena perpetua para la víctima. Y con esa cadena tenemos que cortar. Para que la violación no siga y siga y siga.

Nunca dejamos de pelear contra la violencia sexual. Pero ahora ya no creemos ni queremos que la violación sea una pena de muerte. El violador no tiene el poder de arruinar la vida. Ni queremos que lo tenga.

Thelma Fardin destaca que se la juzga por trabajar pero que tiene que poder costear la causa que lleva adelante (Crédito: Santiago Saferstein)
Thelma Fardin destaca que se la juzga por trabajar pero que tiene que poder costear la causa que lleva adelante (Crédito: Santiago Saferstein)

Pero necesitamos que los medios de comunicación dejen de revictimizar a las víctimas. Y, para eso, las mujeres que sufrieron abusos tienen que dejar de ser señaladas por lo que hicieron (y la culpa no era suya, ni donde estaba, ni que ropa se ponía) ni por lo que hacen después de la violación.

Podríamos sumar a la performance que llevó a “Las Tesis” a estar entre las 100 personalidades destacadas de la revista Time en el 2020 por “Un violador en tu camino”. “Y la culpa no era suya, ni con quien estaba, ni de que actuaba, ni si bailaba, ni si trabajaba, ni si cobraba o se divertía”.

No se trata solo de no juzgar a la víctima por lo que hace antes de la violación, sino de no juzgarla tampoco por lo que hace después de la violación. Parece sencillo. Pero los medios de comunicación en la Argentina hacen todo lo contrario.

El violador eras vos - Las Tesis - #Pañelazo2020

El 17 de mayo del 2009 Thelma tenía 16 años. Ella fue a Nicaragua en el marco de una gira con la serie Patito Feo, en la que representaba el papel de Josefina Beltrán. “Yo le dije que no y él siguió”, describió Thelma sobre lo que vivió en el hotel Holiday Inn, de Managua.

El 4 de diciembre del 2018, en Managua, acompañada por feministas nicaragüenses históricas (Damaris Ruiz y María Teresa Blandón Gadea) y por la abogada Wendy Flores, del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), denunció que fue violada. Ahora la causa la sigue en Nicaragua la ex fiscal Eilyn Cruz Rojas.

El 17 de octubre del 2019 el juez Celso Urbina ordenó la detención de Juan Darthés. El 14 de noviembre del 2019 Interpol ordenó la captura internacional del actor por “violación agravada” a la actriz Thelma Fardin cuando tenía una posición jerárquica como adulto.

La abogada Eilyn Cruz Rojas lleva la causa en Nicaragua donde existe pedido de captura por violación agravada contra Thelma Fardin.
La abogada Eilyn Cruz Rojas lleva la causa en Nicaragua donde existe pedido de captura por violación agravada contra Thelma Fardin.

El actor vive en San Pablo y tiene nacionalidad brasileña. Brasil no tiene convenio de extradición con Nicaragua. Por eso logró evadir la justicia. Sin embargo, la causa está respaldada por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) en la Argentina y sigue avanzando.

Pero, a pesar del alerta rojo, los medios minimizan la gravedad de la causa. Se nombra al agresor como un “exiliado”, se cuestiona si Thelma trabaja en capacitaciones para combatir la violencia sexual, si tiene ofrecimientos para ir a programas de televisión, si es convocada y si gana dinero. Todos sus pasos son demonizados. Como si ser víctima fuera sinónimo de ser un ángel y llevar una causa judicial fuera gratis.

“Cuestionan si la causa sigue, si no sigue y si trabajo para tener dinero para poder lograr que la causa siga”, denuncia Thelma Fardin. “No hay un trabajo posible para mí: si actúo estoy circunscripta a un tipo de personajes, si capacito porque me forme en perspectiva de género me lo achacan, si me ofrecen ir al Bailando y tener un espacio son mujeres las que me dicen que me aprovecho”, describe. Y se pregunta: “¿Por dónde salgo?”.

Thelma Fardin formaba parte de "Patito Feo" y estaba en la tapa de "Gente". Tiene una carrera desde la niñez y quiere que la dejen de revictimizar por trabajar.
Thelma Fardin formaba parte de "Patito Feo" y estaba en la tapa de "Gente". Tiene una carrera desde la niñez y quiere que la dejen de revictimizar por trabajar.

En una nota del 23 de septiembre, en un prestigioso matutino, un periodista cuestiona si su papel en la película Giro de Ases como lesbiana es porque no puede trabajar con varones. “Thelma Fardin volvió al cine haciendo de lesbiana”, se tituló una nota de Hernán Firpo sobre la participación actoral de Thelma en la película.

Por el repudio generalizado en redes sociales el diario cambio el título a “Thelma Fardin volvió al cine”. Pero ese punto no es un punto. No es un problema de título sino de encasillar a una actriz por la denuncia de violación y creer, sin leer su libro, escucharla en conferencias y entrevistas, ni verla en otros films y obras de teatro, que no puede trabajar con varones.

“Thelma hace de una maga lesbiana componiendo, probablemente, el mejor personaje de Giro de Ases. Ponemos el foco acá: ¿hace de gay para, de alguna manera, tomar distancia de cualquier actor masculino? ¿El director pensó en ella y escribió ese personaje a propósito?”, estigmatiza el periodista.

El deseo lésbico no es efecto de una trauma, sino de un deseo. Y esa frase es discriminatoria. Y el concepto estigmatiza y encasilla a la actriz como si solo pudiera ser lo que queda de ella después de una denuncia de violación. Sin embargo, Thelma Fardin no es una actriz, una escritora y una referente que haya dado muestras de no poder trabajar con varones. Por eso, juzgar su trabajo a través del lente de la violación es perpetuar la violación sobre su vida personal, laboral, creativa y económica.

“Se me pone como incapaz y que lo único que hice fue una denuncia de violación”, critica Thelma Fardin. Pero además el periodista cree que solo el garrote de la censura hace que no se pueda escribir sin empatía y humanidad. “Son preguntas que aparecen mientras estás mirando la peli. Cosas que no podés dejar de pensar al margen de que la corrección política nos empuje hacía la (auto) censura”, escribe en la nota.

El problema no es la autocensura inexistente en este caso, sino la censura que sí ejerce la violencia machista sobre las mujeres que dejan el oficio o son juzgadas ante cada trabajo porque fueron víctimas de violencia sexual y todo lo que hacen, cobran, deciden, desean es mirado por lo que les hicieron a ellas y no por lo que ellas quieren hacer con sus vidas.

Es claro que la necesidad de justicia nace de una reparación social, personal y laboral para que las heridas cierren y la vida siga. Pero parte de esa reparación es que se entienda –y se lleve a la práctica- que las víctimas de violación no dejan de serlo por tener una vida activa.

La lucha de Thelma Fardin es acompañada por Actrices Argentinas y cuestiona la falta de autocrítica de la televisión argentina (Adrián Escandar)
La lucha de Thelma Fardin es acompañada por Actrices Argentinas y cuestiona la falta de autocrítica de la televisión argentina (Adrián Escandar)

No es que no sufren o no tienen secuelas por ser empoderadas. Ni es que se quedan en el lugar de víctimas como una tumba de la que no pueden sacarse la lápida. No se puede negar su lugar de víctimas porque, entonces, se niega la historia y las huellas del dolor y de la violencia. Pero tampoco se puede congelar el lugar de víctimas para que solo esa sea la mirada con las que se las mira y juzga.

No son víctimas perpetuas, sino que la palabra y la denuncia –según lo que a cada una, en cada circunstancia, y según sus necesidades y decisiones le haga falta- pone el límite a la violencia para que su vida siga. “Está el laberinto de ser víctima y reconocerse como tal y el sistema y la estigmatización. Son válidas todas las formas. No hay una receta”, contextualiza Thelma Fardin.

Una mujer puede decidir denunciar o no denunciar, aceptar una reparación económica o no necesitarla, contarla o resguardarla para su foro íntimo. Pero, si un caso es público, el periodismo no puede contribuir, en nombre de la libertad, a coartar la libertad de las mujeres a seguir siendo libres con su vida personal y laboral.

La gran apuesta a futuro es que no haya más violencia, pero, por sobre todo, a que las víctimas de la violencia no vivan una vida condenada por los que le hicieron, sino con lo que ellas quieren hacer.

Thelma Fardín, el día en que denunció públicamente que Juan Darthés la había violado cuando tenía 16 años, junto a Griselda Siciliani.
Thelma Fardín, el día en que denunció públicamente que Juan Darthés la había violado cuando tenía 16 años, junto a Griselda Siciliani.

Ella hace una interpelación a los medios: “Hay pautas de cómo tratar los temas de violencia sexual y de violencia de género. Pero el periodista condiciona la película a través de mi abuso. No me llamo a mí, sino al director”. Y critica: “Habla como si mi cuerpo y mi deseo no me pertenecen más”.

Pero Thelma no se va a dejar vencer. La causa sigue. Su cuerpo, su trabajo y su vida también. Por eso, ella destaca: “Mi cuerpo es mi espacio y mi herramienta de lucha”.

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