El punto más bajo del comercio internacional en los países asiáticos se produjo en abril y mayo, con la excepción de China donde la caída más brusca se apreció en marzo. En el primer semestre del año, el comercio internacional de los países de ASEAN (Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunei, Camboya, Laos y Myanmar) más India, China, Japón y Corea sufrió una caída contra el mismo período de 2019 de 8,5%.
Sin embargo, los datos de fines del semestre son más alentadores: en junio se aprecia un crecimiento de dos dígitos del comercio comparado con mayo, y los datos disponibles de julio apuntan hacia una rápida recuperación. India, Corea, China, Japón e Indonesia, las cuatro economías más grandes de la región, muestran crecimientos en las exportaciones de julio, comparadas con junio, de entre 8 y 14%. Aún les resta camino para llegar a los números de 2019 (con excepción de China, que muestra crecimiento interanual), pero la recuperación en el comercio ha comenzado a tomar fuerza.
El creciente costo laboral, una mayor automatización y las tarifas impuestas por los Estados Unidos a los productos Made in China, ha ocasionado una oleada de anuncios de relocalización de fábricas de compañías fuera de China.
El impacto fuerte de la pandemia en el comercio internacional se debió no solo a una caída en la demanda global, sino también a problemas surgidos por el sistema de producción fragmentada, conocido como Cadenas Globales de Valor (CGV). Así, por ejemplo, una medida tomada en China a fin de impedir la aglomeración de miles de trabajadores en una fábrica generó que el insumo necesario para ensamblar un producto en Vietnam no llegase a destino, lo que detuvo la cadena productiva. A su vez, la falta de un insumo llevó a la cancelación de pedidos de otros insumos, lo que sacó a la superficie una debilidad de las CGV. Cadenas como la automotriz se vieron fuertemente afectadas, impactando en los países que más han desarrollado esa industria, Japón y Corea, que vieron caídas de los envíos internacionales de esa industria superiores al 30%.
Como consecuencia de esta debilidad, pero también en el contexto de la guerra comercial y geopolítica entre China y Estados Unidos, es que muchas empresas han anunciado la relocalización de compañías fuera del gigante asiático, con otros países de la región como destino. El creciente costo laboral (el salario industrial promedio se ha triplicado en la última década), una mayor automatización (que reduce el peso de la mano de obra en el costo final) y las tarifas impuestas por los Estados Unidos a los productos Made in China, ha ocasionado una oleada de anuncios de relocalización de fábricas de compañías fuera de China.
La “nueva normalidad” en el mundo post pandemia vendrá con una profunda reconfiguración del aparato productivo global, que ciertamente afectará la economía y geopolítica en Asia Pacífico.
Empresas como Samsung (dejó de ensamblar smartphones y computadoras), Hasbro (que anunció que movería parte de su producción a Vietnam e India), Apple (que está produciendo el IPhone 11 en India por primera vez) y Nintendo (que ha movido la producción de su consola Switch a Vietnam), entre otras, han anunciado este cambio de estrategia en los lugares de ensamblaje.
Los gobiernos de la Estados Unidos y Japón también han reaccionado: un alto funcionario de los Estados Unidos ha sostenido que pretende que parte de la producción de China se relocalice en Latinoamérica, mientras que Japón anunció a mitad de julio tener el primer grupo de empresas (87 firmas) que se relocalizarán fuera de China, con un subsidio especial del estado que en esta primera vuelta es de 650 millones de dólares y se calcula que totalizará el triple de ese monto. El Bank of America estima que esta relocalización podría tener un costo de un billón de dólares. Dos tercios de los altos ejecutivos consultados por el BoA en una encuesta contestaron que el re-shoring, o relocalización de partes de las cadenas de valor, será el mayor cambio estructural en la economía post pandemia.
La pandemia afectó fuertemente el crecimiento económico y el comercio durante la primera mitad del año. La “nueva normalidad” en el mundo post pandemia vendrá con una profunda reconfiguración del aparato productivo global, que ciertamente afectará la economía y geopolítica en Asia Pacífico.
El autor es economista e investigador de la Universidad del Salvador (USAL)
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