¿Puedo planificar un embarazo si tengo esclerosis múltiple? ¿Qué sucede con mi tratamiento durante la gestación? ¿Podré amamantar a mi bebé si estoy bajo terapia farmacológica? Estas preguntas frecuentes en mujeres jóvenes adultas que padecen esclerosis múltiple son más habituales de lo que podemos suponer. Y, gracias al avance de la investigación científica, comienzan a tener respuestas que arrojan luz y claridad sobre la materia.
La esclerosis múltiple (EM) es la enfermedad crónica neurológica inmuno-mediada más frecuente en jóvenes adultos. Es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres. Y, por estas características, su manifestación es frecuente en el momento de la vida en que las mujeres comienzan su planificación familiar.
Por ello, resulta clave promover la detección y abordaje tempranos de esta patología en mujeres que están en ese momento de la vida, ya que en la actualidad existen tratamientos seguros para ser utilizados hasta el momento de la concepción e incluso algunos durante el embarazo y la lactancia.
La seguridad de tratamientos aprobados con interferones beta y acetato de glatiramer fue comprobada luego de analizar los registros internacionales, con datos de más de 1000 mujeres embarazadas. El análisis comprobó que estos tratamientos no aumentan el riesgo de aborto o pérdida del embarazo ni aumentan la aparición de malformaciones fetales.
Es deseable que los neurólogos estén al día con los últimos datos sobre la seguridad del uso de los tratamientos para la EM con el fin de poder anticipar y brindar asesoramiento en los distintos períodos: la planificación familiar, el embarazo y el puerperio.
Todas las guías médicas avanzan sobre este campo y recomiendan promover y abordar interdisciplinariamente la conversación con el paciente sobre el embarazo y la planificación familiar al momento del diagnóstico de la enfermedad, con la necesidad de seguir conversando sobre el tema periódicamente.
Las consideraciones en la materia son abundantes. En mujeres en edad fértil con esclerosis múltiple, la elección del tratamiento debe considerar el embarazo, dado que algunas drogas aprobadas para el tratamiento de la EM están contraindicadas durante el embarazo y/o la lactancia.
Por ello, en EM la manera indicada de abordar la decisión sobre qué tratamiento a elegir debe ser con un Modelo de Toma de Decisiones Compartidas entre el médico y el paciente, basado en las preferencias del paciente, la educación y el compromiso. Proveer fuentes de información verificadas y precisas es esencial para que la elección del tratamiento sea exitosa, logrando un mejor control de la enfermedad y una mejor calidad de vida para el paciente.
No es recomendable retrasar el inicio del tratamiento en una mujer en edad fértil si ha estabilizado su enfermedad desde hace por lo menos un año. Cuando esto se logra, el embarazo de la mujer con EM no es de alto riesgo, sino que tiene un riesgo similar al de la población general.
Las mujeres con EM, así como en cualquier otra enfermedad crónica, deben recibir atención de equipos médicos interdisciplinarios durante el embarazo, y la atención debe ser en centros especializados en EM, reduciéndose así el riesgo fetal y materno.
No se recomienda iniciar tratamiento con “Drogas Modificadoras de Enfermedad” si la mujer ya está embarazada al momento del diagnóstico, en este caso es mejor esperar hasta después del parto.
En todos los escenarios, resulta esencial transmitir con claridad que las mujeres con EM no tienen embarazos de alto riesgo por la enfermedad.
El autor es director médico de Biogen