Los Fondos Comunes de Inversión aparecen como una opción de cobertura contra una inflación en alza

Las administradoras de ahorros privados abocadas a las carteras de renta fija fueron los grandes ganadores en las últimas semanas

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El segmento de renta fija representa actualmente un 33% del total de los activos bajo administración de los FCI -unos 5 puntos más que en abril- (Reuters)
El segmento de renta fija representa actualmente un 33% del total de los activos bajo administración de los FCI -unos 5 puntos más que en abril- (Reuters)

El segmento de renta fija representa actualmente un 33% del total de los activos bajo administración de los FCI -unos 5 puntos más que en abril-. Este espacio lo van ganando, principalmente, de los Money Market que desaceleran su crecimiento (aunque aún explican cerca de la mitad de la industria). La razón: estos últimos han visto caer su atractivo ante los bajos rendimientos que ofrecen, se han transformado en negativos en términos reales (ajustados por inflación).

De hecho, es la coyuntura en general lo que va obligando a la industria a ir mutando. Y es esta reconfiguración producto del entorno macro-financiero, opciones y rentabilidad, más el empuje de las regulaciones, lo que impulsa el crecimiento de los fondos de Renta Fija en pesos. Puntualmente, con flujos que se redirigen a opciones de cobertura -por las expectativas de inflación y probable aceleración en la devaluación-, que forman principalmente del universo de fondos T+2. Esto aparte de los Renta Fija conocidos como T+1, que hoy son quizás una opción a los Money Market. En conclusión, dos opciones, para dos posiciones diferenciadas.

Las tasas de interés que ofrece hoy el sistema financiero al ahorrista son hoy una competencia para los FCI de muy bajo riesgo. Esto producto de que un minorista –tras la reciente suba impulsada del BCRA- puede conseguir una Tasa Nominal Anual en un plazo fijo hasta 60 días de entre 30% y 33% anual, contra la menos de 20% anual que ofrecen hoy estos fondos. Algo que deja esta última opción, sólo atractiva para el manejo de los flujos de muy corto plazo.

Ahora bien, dentro de un escenario de expectativas crecientes de inflación –explicado, básicamente por la liquidez excedente de la política monetaria, en conjunto con la salida (aunque sea gradual) del aislamiento-, estos rendimientos en términos reales seguirán reduciéndose a niveles proyectados negativos.

Además, hay que considerar que el BCRA estará en parte limitado a reingresar en un ciclo alcista de tasas, para no frenar la incipiente recuperación de la economía real que necesita impulsar.

Hay que considerar que el BCRA estará en parte limitado a reingresar en un ciclo alcista de tasas, para no frenar la incipiente recuperación de la economía real que necesita impulsar

Este marco es lo que impulsa la búsqueda de cobertura y donde entran en el “radar” los FCI que se han reorientado recientemente a los denominados Dólar Linked y/o los que tienen su objetivo en activos CER. Estos últimos, y ante principalmente la fuerte compresión del spread, han sabido “pagar” el mayor riesgo implícito que encierran.

Se debe recordar que esta curva se ha rearmado en gran parte a la estrategia del Gobierno en lo que respecta a la deuda en pesos, y que ha llevado a diferentes nuevas emisiones que permitieron sumar opciones y profundidad -en cuanto a la liquidez- en distintos puntos de la misma. Y fue, la gradual pero constante normalización de este mercado (que bajo diferentes estructuras permitió cada vez mayores tasas de renovación de los vencimientos), lo que favoreció un movimiento hacia abajo y un cambio en su pendiente.

Esta reducción del spread permitió alzas de hasta 80% desde principios abril hasta hoy en la parte más corta (duration de hasta 2 años), y de entre 50/60% en la media/larga. Llevando incluso a que los bonos más cortos a presentar hoy una tasa real negativa –es decir, una brecha negativa respecto al CER por el que ajustan-. En cambio, en la parte media esta tasa interna de retorno aún se ubica entre 1% y 2% más inflación, y en la parte más larga de entre 3% a 5% más CER.

Un escenario que aún en la búsqueda de una cobertura contra las mayores expectativas de inflación obliga a ser selectivos. Y es acá donde los FCI basados en este tipo de instrumento vuelven a ser una opción para minoristas dada la diversificación que permiten como vehículo de inversión. Teniendo igual en cuenta que la volatilidad puede multiplicar por tres y hasta cinco o más la de las carteras más conservadores, con lo que es un dato de su mayor riesgo implícito. Estos fondos suelen identificarse así con un horizonte de inversión no de corto plazo, sino más de mediano y largo.

Otras opciones para el ahorro

Mientras que, también a diferencia quizás de los Money Market o T+1, pero como en los Fondos Latinoamericanos, es más relevante la composición de su cartera para entender su rendimiento posible y su exposición a los vaivenes del mercado. Acá, la duration de la posición es un primer dato, que está determinada claramente por sus principales tenencias. En principio, estos fondos han tenido como objetivo la parte corta de la curva para aplacar su volatilidad, no obstante la fuerte suba de este tramo y su rendimiento actual está empujando a rotar parte de su cartera hacia la parte media y larga. Llevando hoy, en consecuencia, su duration promedio a los dos años. Mientras que sus Tires indicativas se ubican en líneas generales en terreno real positivo, ubicándose entre CER más 1,5% a 3,5% anual.

En este escenario, aunque teniendo en cuenta todas las consideraciones mencionadas, creemos que estos fondos pueden ser una buena alternativa para inversores minoristas que busquen cobertura dentro de un marco de expectativas de inflación creciente. Le permite exponerse a diferentes tramos de la curva, limitando el riesgo y la volatilidad de posiciones puntuales.

No obstante, es importante entender que repetir retornos promedio a los de los últimos meses -dada la posición actual de la curva- no sería posible. Incluso la volatilidad, en este escenario, podría ser mayor. La estrategia acá no debería ser de muy corto plazo, para no quedar encerrado en movimientos de mercado, sino de buscar una tasa real positiva que hoy dentro del sistema financiero va desapareciendo como opción.

La autora es analista de Portfolio Personal Inversiones (PPI)

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