¿Las vidas de las mujeres negras importan? La muerte de embarazadas por Covid en Brasil es denunciado como un feminicidio de Estado

Son hospitalizadas en peores condiciones que las blancas y tienen dos veces más riesgo de morir por la discriminación, la falta de acceso a la salud y las peores condiciones estructurales que no son por el virus, sino por la desigualdad. Una investigación científica sobre mortalidad materna demostró que el racismo y el machismo son el riesgo social de la pandemia

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En Brasil hay más de 91.000 muertos por coronavirus, pero las embarazadas negras redoblan a las blancas por el virus social del racismo. REUTERS/Amanda Perobelli
En Brasil hay más de 91.000 muertos por coronavirus, pero las embarazadas negras redoblan a las blancas por el virus social del racismo. REUTERS/Amanda Perobelli

Las mujeres negras embarazadas tienen dos veces más riesgo de morir por coronavirus que las mujeres blancas en Brasil, según una investigación que alerta que la misoginia, el racismo y las estructuras sociales gatillan contra la preservación de las vidas de madres y bebés en una pandemia mundial que no es igual en todos los países, ni para todas las personas.

Los datos surgen de la investigación “Disproportionate impact of COVID-19 among pregnant and postpartum Black Women in Brazil through structural racism lens”, de los/las investigadores Débora de Souza Santos, Mariane de Oliveira Menezes, Carla Betina Andreucci, Marcos Nakamura-Pereira, Roxana Knobel, Leila Katz, Heloisa de Oliveira Salgado, Melania Amorim y Maira Takemoto.

“Estas muertes maternas pueden considerarse feminicidios de Estado”, denuncia la médica Melania Amorim, una de las autoras de la investigación. Ella es ginecóloga, obstetra y Profesora de Ginecología y Obstetricia de la Universidad Federal de Campiña Grande.

La ginecóloga Melania Amorim denuncia que la mortalidad materna por Covid -19 en Brasil puede ser calificado como un "feminicidio de Estado".
La ginecóloga Melania Amorim denuncia que la mortalidad materna por Covid -19 en Brasil puede ser calificado como un "feminicidio de Estado".

Hay veces que el dolor solo se pronuncia en una lengua sin traducción, pero con la comprensión de un duelo universal que hoy parece ocultarse. Melania explica en un portugués que necesita la literalidad desgarradora de un país con más de 91.000 muertos por coronavirus. “En el nordeste de Brasil decimos que hay morte morrida y morte matada. Estas mujeres murieron de morte matada”, diferencia.

El Presidente de Brasil Jair Bolsonaro se opuso a las medidas de aislamiento y distanciamiento social, al cierre de comercios, incluso al uso de tapabocas. Llego a vetar la obligación de usar mascarillas en negocios, escuelas y cárceles. Él se enfermo de coronavirus y después de tres semanas anunció que era positivo, pero reconoció que ahora tiene una infección. También la primera dama Michelle Bolsonaro se contagió. Aunque anunciaron que presenta buen estado de salud.

Otras mujeres no tienen la misma suerte. Aunque Bolsonaro es conservador, se opone al aborto legal, en Brasil no se salvaron las dos vidas, ni las de más de 91.000 personas, pero tampoco las de las embarazadas y sus hijos/as. Hasta el 18 de junio fallecieron 124 mujeres por Covid-19 durante el embarazo, el parto o el puerperio.

Jair Bolsonaro y su esposa Michelle Bolsonaro dieron positivo de Coronavirus. Ahora el Presidente continúa con una infección. Pero se opuso a las medidas no farmacológicas de prevención.  REUTERS/Adriano Machado
Jair Bolsonaro y su esposa Michelle Bolsonaro dieron positivo de Coronavirus. Ahora el Presidente continúa con una infección. Pero se opuso a las medidas no farmacológicas de prevención. REUTERS/Adriano Machado

La publicación científica demuestra como la pandemia no afecta por igual en América Latina, no por el virus, sino por condiciones del sistema de salud, vivienda, transporte, pobreza, racismo y machismo. El estudio se basa en datos oficiales recogidos hasta el 14 de julio del 2020.

La investigación fue publicada con un título que lo dice todo: “El impacto desproporcionado de COVID-19 entre mujeres negras embarazadas y posparto en Brasil a través de lentes de racismo estructural”. “La mortalidad materna en las mujeres pretas debido a COVID-19 eran casi dos veces más altas que las visto en mujeres blancas”, resalta Débora de Souza Santos, una de las autoras del trabajo sobre mortalidad materna y coronavirus.

“Las mujeres pretas fueron hospitalizado en peores condiciones que las blancas, con una mayor tasa de admisión a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), ventilación mecánica y muerte”, describe Souza Santos. Se define como “mulher preta”, es madre y escribe de noche cuando las demandas dan tregua. Ella ejerce el oficio clave entre las trabajadoras esenciales que le ponen el cuerpo a la pandemia y que ya no escuchan aplausos: es enfermera. Además es Profesora en la Facultad de Enfermería de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp).

Su firma lleva el hashtag #BlackLivesMatter contra el racismo y la brutalidad policial. El movimiento generó un estallido de protestas en Estados Unidos cuando un policía ahorcó a George Floyd. Un video mostró el asesinato. Las muertes de mujeres en Brasil no son reproducidas. Nadie las ve, pero ellas desaparecen. Y sus vidas también importan.

En todo el mundo el crimen de George Floyd levantó las banderas del movimiento #blacklivesmatter. En Brasil se preguntan si la vida de las madres negras importan. 16, 2020. REUTERS/Sergio Perez
En todo el mundo el crimen de George Floyd levantó las banderas del movimiento #blacklivesmatter. En Brasil se preguntan si la vida de las madres negras importan. 16, 2020. REUTERS/Sergio Perez

El coronavirus no es racista y machista, pero el manejo sanitario y social de la crisis sí. “Las disparidades raciales en la mortalidad de COVID-19 en Brasil han sido comprobadas”, destaca Souza Santos. ¿La discriminación es de los médicos y médicas? No. En el sur del mundo no se trata de a quién se prioriza a la hora de usar respiradores, sino quien llega con posibilidades de respirar. Ella apunta: “Las mujeres embarazadas y las madres pretas se han visto desproporcionadamente afectadas por COVID-19 debido a procesos que se originan fuera del hospital”.

“Nuestros resultados muestran que la mortalidad materna en mujeres negras debido a COVID-19 fue casi el doble que la observada en mujeres blancas. Esto se suma a las observaciones anteriores en Estados Unidos y Reino Unido que indican que las mujeres negras y otras minorías étnicas están luchando para sobrevivir al embarazo y al post-parto con coronavirus”, remarca Souza Santos.

La diferencia no fue en los factores de riesgo que se toman como un parámetro común en todo el planeta. No es un tema biológico, sino social. “Las características clínicas comúnmente asociadas con un peor pronóstico para COVID-19 no fueron significativamente diferente entre mujeres blancas y negras”, descarta. Y por eso apunta a las desigualdades estructurales: “Las condiciones sociales generan inequidades raciales y en salud que ha matado a la población preta (de pieles más oscuras) en Brasil”.

"La mortalidad materna en mujeres negras debido a Covid-19 fue casi el doble que la observada en mujeres blancas", denuncia la enfermera e investigadora Débora de Souza Santos.
"La mortalidad materna en mujeres negras debido a Covid-19 fue casi el doble que la observada en mujeres blancas", denuncia la enfermera e investigadora Débora de Souza Santos.

Amorim también apunta: “En Brasil hay que reconocer el racismo y el sexismo como determinantes estructurales que dan forma a las peores condiciones de vida y trabajo, así como la falta de acceso a la atención médica y las oportunidades para la población negra y, en particular, para las mujeres negras”.

“El riesgo de transmisión vertical y perinatal del coronavirus agudo grave del síndrome respiratorio 2 (SARS-CoV-2 que causa COVID-19), el manejo más apropiado y el riesgo de desarrollo del recién nacido COVID-19 durante el período perinatal son desconocidos”, comienza el artículo “Neonatal management and outcomes during the COVID-19 pandemic: an observation cohort study”, publicado en la revista científica The Lancet, el 23 de julio del 2020.

Todavía no se sabe con exactitud que pasa con las embarazadas y como es la transmisión vertical. Pero al principio de la pandemia, el mensaje de la mayoría de los médicos, en los canales de televisión, era que las embarazadas no se encontraban entre los grupos de riesgo más afectados. Es cierto que, a diferencia del Zika y de la gripe H1N1, la COVID-19 no fue particularmente agresiva con las personas gestantes. Pero en Brasil la mortalidad materna ya es una tragedia.

Los efectos del coronavirus en embarazadas no pueden minimizarse. Si la vida realmente importa hay que cuidarla. No cuando se trata de debatir sobre la libertad de las mujeres, sino cuando se trata que las mujeres y sus hijos e hijas no mueran. La mortalidad materna por el coronavirus enciende la alarma de la vulnerabilidad de las más vulnerables.

Y saca la máscara, no la que hay que usar para cuidarse sino la de quienes no la quieren usar y se aferran a la palabra vida solamente para censurar la sexualidad de los cuerpos gestantes, pero no para preservar su existencia.

Las muertes por Coronavirus en Brasil son una tragedia que muestran además del efecto del virus el racismo y el machismo (Brasil). EFE/Edson Lopes Jr./Archivo
Las muertes por Coronavirus en Brasil son una tragedia que muestran además del efecto del virus el racismo y el machismo (Brasil). EFE/Edson Lopes Jr./Archivo

Hay desigualdades que matan. Y no se solucionan, ni siquiera, con la distancia social, el aislamiento, el tapabocas, un remedio o la vacuna. El problema es de raíz y de larga data: “El racismo estructural tiene raíces históricas en aspectos culturales y políticos de la sociedad brasileña, marcados por la dominación y explotación de grupos étnicos (esclavos africanos e indígenas nativos). Por eso, el mito de la democracia racial en Brasil oculta las inequidades raciales profundas agravadas por peores condiciones de trabajo, vivienda y acceso a servicios esenciales determinantes del mayor riesgo para COVID-19”, subraya Souza Santos.

La pandemia puso al mundo frente al desafío de enfrentar un mismo virus. Pero el virus no permea igual cuando hay pobreza, violencia, abandono y desempleo. La enfermera destaca que la pandemia profundizo el racismo que en Brasil aparece de forma silenciosa y con micro-agresiones. Datos, no teoría: “Las mujeres pretas llegaron tarde a los servicios de salud y los resultados son doblemente más trágicos para ellas”, demuestra Souza Santos.

“Para las mujeres marrones y pretas, en las que las dimensiones de la raza y el género se cruzan, los reflejos son perversos, porque significan menos consultas prenatales, tener que hacer una peregrinación para encontrar asistencia, retraso en el diagnóstico y tratamiento, además de violencia obstétrica que va desde insultos verbales hasta la negación de anestesia en el parto”, describe.

El movimiento anti racista en Estados Unidos puso de relieve un efecto que en América Latina parece querer borrarse o diluirse. “La internalización del racismo desde el nacimiento construye una autopercepción negativa vinculada a la negrura, lo que resulta en intenta blanquear y borrar la identidad negra”, contextualiza.

Los hospitales no son neutrales, también ejercen segregación. “Las disparidades raciales relacionadas con hospitalización y mortalidad por Covid, con daño profundo a las mujeres pretas, también pueden indicar fuertemente el racismo institucional dentro de los servicios de salud, definiendo quién recibirá lo mejor cuidado posible, comenzando por el color de la piel”, argumenta.

En Brasil la mortalidad materna afecta más a las mujeres negras. La segregación en los hospitales por el color de piel es un factor a tener en cuenta en los fallecimientos por Coronavirus (Brasil). EFE/Raphael Alves
En Brasil la mortalidad materna afecta más a las mujeres negras. La segregación en los hospitales por el color de piel es un factor a tener en cuenta en los fallecimientos por Coronavirus (Brasil). EFE/Raphael Alves

El estudio sugiere a los médicos y médicas que atiendan a las mujeres en su comunidad, que las políticas de Estado inviertan en mayor protección social y que presten especial atención en el cuidado pre natal. Pero hay otro consejo, que no se consigue en un laboratorio: la facilitación de procesos de empoderamiento político.

“En Brasil la intersección de género, raza y clase social profundiza la tragedia de las muertes maternas debido a COVID-19 especialmente cuando el país no está adoptando medidas verdaderamente efectivas para contener la pandemia”, denuncia Amorim.

Brasil es el epicentro de la mortalidad materna de mujeres con COVID-19. “Ocho de cada diez mujeres que murieron por coronavirus en el mundo durante el embarazo, parto y puerperio fallecieron en Brasil”, enmarca la antrópologa Debora Diniz, creadora del sitio reliquia.rum que homenajea a las muertas por la pandemia.

"Las mujeres más vulnerables son las marrones y las negras", destaca la antrópologa Débora Diniz que investiga sobre la mortalidad materna por Coronavirus en Brasil.
"Las mujeres más vulnerables son las marrones y las negras", destaca la antrópologa Débora Diniz que investiga sobre la mortalidad materna por Coronavirus en Brasil.

“Las mujeres más vulnerables son las marrones y las negras”, destaca Diniz. Ella tuvo que exiliarse de Brasil por amenazas de muerte por defender el derecho al aborto. Ahora vive en Nueva York, es Investigadora en la Universidad de Brown y Subdirectora de International Planned Parenthood Federation / Western Hemisshpere Region (IPPF / WHR).

Diniz va a continuar la investigación para saber por que murieron mujeres embarazadas por COVID-19 en Brasil y remarca: “La narrativa biomédica dice que tenían diabetes o enfermedades cardíacas. Pero esa es una manera de poner en el cuerpo de la mujer la razón por la que mueren. Cuando, en verdad, mueren por falta de asistencia. Una de cada cuatro no accedieron a los cuidados intensivos. Esto significa que murieron en extremo sufrimiento”.

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