¿Una burbuja a punto de explotar?

Operar a costo cero o casi nulo es un gran logro y un inmenso ahorro para los inversores, pero conviene estar asesorados

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Corredores trabajan en la Bolsa
Corredores trabajan en la Bolsa de Nueva York en Nueva York (EFE/Justin Lane/Archivo)

Mucho se viene hablando en los medios de comunicación durante las últimas semanas sobre una nueva ola de inversores minoristas, poco informados, sin asesoramiento que, a veces hasta por diversión, invierten en el mercado de acciones de los EEUU. Usan plataformas y brokers online como Robinhood, Interactive Brokers, TD Ameritrade, E-Trade y otras muy populares, que les permiten comprar y vender acciones sin costo alguno y sin la intermediación de ningún oficial de cuentas o asesor. Cada día, diferentes “referentes” de Wall Street alertan que esto podría estar provocando una burbuja que, tarde o temprano, dejará un tendal y muchos inversores muy lastimados.

En relación con este tema, es interesante comentar lo que observamos en las carteras de pequeños inversores que nos contratan para darle una revisión a sus inversiones, un servicio conocido en el mundo como Portfolio Check-up.

Para este sondeo, tomamos una muestra al azar de 100 inversores. Todos tuvieron su primera revisión de cartera durante los meses de abril, mayo y junio de este año. Los valores de las carteras iban desde los USD 52.000 hasta los USD 157.000. Los discount-brokers o brokers online utilizados eran algunos de los nombrados anteriormente. El 93% eran latinoamericanos; el 87% vivían en 13 países de América Latina y el resto en los EEUU.

Al momento de preguntarles las razones por las que las habían adquirido, el 74% contestó que les “gustaba”; el 19% contestó que seguían periódicamente sus noticias, mientras que el restante 7% contestó que analizaba sus métricas y estados financieros

Del total de la muestra y al momento de la primera revisión, el 100% de estos inversores tenía en su cartera acciones de una de las empresas TOP 10 –por capitalización– del mercado accionario de los EEUU. El 87% tenía acciones de dos de estas empresas, el 71% tenía acciones de tres, el 44% tenía acciones de cuatro y sólo el 22% tenía acciones de cinco empresas de este ranking. Al momento de preguntarles las razones por las que las habían adquirido, el 74% contestó que les “gustaba”; el 19% contestó que seguían periódicamente sus noticias, mientras que el restante 7% contestó que analizaba sus métricas y estados financieros.

Cuando se indagó sobre el resto de su cartera y/o ahorros (considerando también renta fija y efectivo), la porción de acciones representaba en un extremo el 93%, mientras que en el de menor exposición era del 29%. Un porcentaje muy superior al 17,5% que es la media que ostentan los clientes de FDI a los que se les gerencian los patrimonios, cuya cartera promedio está en el orden de los USD 715.000.

El 73% no están preparados para soportar caídas en sus carteras de más del 15%, mientras que el 100% confirmó que no podían asumir caídas de más del 30%

Particularmente interesante fue la reacción de todos ellos al comentarles el crecimiento del mercado accionario, cuáles eran las acciones que están traccionando y la evaluación de sus estados de resultados. Llamativamente, en el 73% de los casos, los inversores contestaron que no estaban preparados para soportar caídas en sus carteras de más del 15%, mientras que el 100% confirmó que no podían asumir caídas de más del 30%.

Conclusión: poder operar a costo cero o casi nulo es un gran logro y un inmenso ahorro para los inversores, en perjuicio de las entidades financieras. Sin embargo, está claro que los inversores necesitan un guía que les explique cuáles son las metodologías de inversión, que les provea información objetiva y que los ayude a evitar tomar decisiones “emocionales”, muy común cuando se manejan cartera propias, aún en casos de inversores más expertos y sofisticados. Conviene que sepan lo que puede llegar a pasar. Prepararlos para lo peor, esperando lo mejor.

El autor es CEO de FDI

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