Más allá de la demagogia discursiva del presidente Alberto Fernández, aclarando que siempre elegirá la vida por sobre la economía, la realidad es que el contexto actual comienza a cachetear su marketing político.
A inicios de la semana, el Indec publicó su informe de estimación mensual de actividad económica para abril 2020 y los resultados fueron catastróficos. Para que nos demos una idea, en abril se registró la caída del PBI más profunda en 120 años por efecto directo de la cuarentena extrema.
Claro está que la crisis económica del país no comenzó con Fernández cómo presidente, llevamos más de 2 años arrastrando un contexto que nos cuesta dejar atrás. Sin embargo, la visión netamente sanitarista para enfrentar la actual pandemia del coronavirus, sin duda alguna, va a profundizar exponencialmente la caída económica de Argentina.
Cómo bien demuestra Invecq en este gráfico, el nivel de actividad volvió a niveles del año 2004. Algo que hay que despejar desde ahora, es la creencia de que cómo hubo una caída tan estrepitosa la recuperación que tendremos será en forma de “V”; o sea, que habrá rebote. La situación económica del país era crítica antes del coronavirus y la cuarentena extrema, con sus constantes extensiones, solo generaron que la economía termine en terapia intensiva.
En su último discurso el Presidente utilizó una planilla de caída económica basada en estimaciones del FMI, donde se proyectaba una contracción anual de 9,9 puntos. Algo que se dejó completamente de lado es que estas estimaciones solo se analizaban cifras hasta el 23 de junio y, bajo ninguna circunstancia, estimaban una futura prolongación de la cuarentena.
Esta última prolongación de la cuarentena para la región de AMBA tiene una especial importancia, ya que literalmente exponen a la gran mayoría de las pymes a superar sus límites máximos de estrés financiero antes de decidan cerrar sus puertas. Para hacernos una idea, según la Federación de Cámaras y Centros Comerciales de Argentina, la vuelta a “fase uno” de la cuarentena significará que unos 350.000 negocios del AMBA deberán volver a cerrar, al menos temporalmente, y que 100.000 podrían hacerlo de modo definitivo.
Siguiendo un hilo similar, la Federación Económica de Buenos Aires señaló que 18.000 locales ya cerraron definitivamente. Además, anticipó que con el regreso a “fase uno”, otros 10.000 locales también cerrarán definitivamente. Esto es importante destacar, ya que a partir del miércoles 1 de julio, sólo podrán funcionar aquellos comercios esenciales que son los que estaban habilitados en el primer decreto de la cuarentena; y también los bancos para evitar problemas como el primer cobro de jubilación.
Esta última prolongación de la cuarentena para la región de AMBA tiene una especial importancia, ya que literalmente exponen a la gran mayoría de las pymes a superar sus límites máximos de estrés financiero antes de decidan cerrar sus puertas
Si bien para mayo y junio se espera una modesta recuperación del EMAE respecto de los meses anteriores, por efecto de las flexibilizaciones parciales de la cuarentena, al mantenerse condiciones muy estrictas en el AMBA para la industria, el comercio y la construcción, más el temor al contagio del Covid-19 por la mayor parte de la población que contribuirá a mantener retraído el consumo, se prevé que se mantengan tasas de contracción respecto del año anterior muy significativas, a ritmo de dos dígitos, como lo reflejaron los datos anticipados de patentamientos y producción de automotores y de escrituras en la Ciudad y provincia de Buenos Aires.
Sin dudas en este 2020, todas las economías del mundo caerán. Sin embargo, las economías que venían sólidas podrán recuperarse en el segundo semestre y algunas muy posiblemente estarán mejor, principalmente impulsadas por una fuerte demanda internacional. Argentina, por su parte, estará dentro de los países de mayor recesión y no debemos dejar de lado, la posibilidad de que la recuperación no sea en forma de “V” sino en “L”, obligándonos a caer en un mayor déficit público para financiar desde el Estado a un sector privado cerrado. Lo cual, obviamente, a largo plazo terminará perjudicándonos.