Más de cien días de aislamiento: Covid-19, tareas de cuidado y productividad

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Una mujer camina frente a la Casa Rosada, en Buenos Aires, tras el anuncio de la extensión de la cuarentena obligatoria debido a la pandemia de Covid-19. (EFE)
Una mujer camina frente a la Casa Rosada, en Buenos Aires, tras el anuncio de la extensión de la cuarentena obligatoria debido a la pandemia de Covid-19. (EFE)

La humanidad está siendo testigo de un momento histórico en relación con las implicancias de la pandemia en los distintos ámbitos de la vida. La situación de las mujeres y las tareas de cuidado no queda exenta de estos movimientos. Desde la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, no se ha presenciado una situación similar. Antes del Covid-19 las mujeres realizaban el triple de trabajo doméstico y asistencial no remunerado que los varones. Con el comienzo de la pandemia, y el cierre de las escuelas como así también la necesidad de asistencia de familiares que requieren cuidados, se ha incrementado la demanda de las mujeres y niñas.

En términos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las tareas de cuidado, son las actividades indispensables para que las personas puedan alimentarse, educarse, estar sanas y vivir en un hábitat propicio para el desarrollo de sus vidas. Abarca el cuidado material, que implica un trabajo, el cuidado económico, que implica un costo, y el cuidado psicológico, que implica un vínculo afectivo.

La desigual distribución de estas tareas de cuidado no hace más que demostrarnos lo lejos que estamos aún de la igualdad tanto en la participación de las mujeres en el ámbito laboral, las brechas salariales existentes y sobre todo, la recarga del trabajo no remunerado consolidando desigualdades y aumentando los estereotipos. Tal como señala la Organización Internacional de Trabajo la pandemia no afecta de la misma manera a varones y a mujeres.

En Argentina, en las últimas décadas, la participación de las mujeres creció en forma sostenida, sin embargo es inferior respecto de los varones: 43,1% y 66,3%, respectivamente. Sumado a eso, los roles de cuidado casi no mutaron, cuestión que ha quedado al descubierto con la pandemia, y tímidamente escuchamos decir que los varones “ayudan” en las casas. Desde el Consejo Económico y Social de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ha realizado un trabajo de investigación, que se encontrará disponible en la web del organismo, que tiene por fin analizar la situación de las mujeres respecto de las tareas de cuidado en medio de la pandemia, como así también contribuir con herramientas concretas para evitar que esta situación perjudique en mayor medida a mujeres y niñas. En ese marco, se ha impulsado una encuesta, coincidente con los 100 días de aislamiento, para conocer cuál fue el impacto del mismo sobre las mujeres en relación con las tareas de cuidado, las implicancias sobre su rutina como así también sobre su productividad.

Adelantamos algunos resultados que nos parecen contundentes de la encuesta realizada entre los días 27 y 30 de junio de 2020, de la cual han participado más de 430 mujeres y que sigue las tendencias de otras de su tipo realizadas en Europa: el 97,8% de las mujeres encuestadas afirma que la pandemia cambió su rutina en casa, 9 de cada 10 mujeres que respondieron la encuesta son madres. De las cuales, 1 de cada 2 es jefa de hogar y 7 de cada 10 madres tienen a sus hijos e hijas en edad escolar. Sumado a ello, 2 de cada 10 mujeres tienen a su cargo el cuidado de una persona adulta mayor. El 45% de las mujeres encuestadas dedican entre 4 y 6 horas a tareas de cuidado, el 4% señala que dedica todo el día y 2% contestó que dedica “miles de horas”, el 13% dedica de 7 a 12 horas al trabajo no remunerado, lo que representa el equivalente a una jornada laboral. Este último dato refleja que el 64% de las mujeres encuestadas dedica más de 4 horas diarias a tareas de cuidado.

En relación a la participación en el mercado laboral, 7 de cada 10 mujeres madres respondieron que trabajan en relación de dependencia; 6 de cada 10 afirma que no hay igualdad en la distribución de las tareas en el hogar y 7 de cada 10 que tiene dificultades para conciliar su trabajo formal con las tareas de cuidado. Asimismo, el 70% de las mujeres encuestadas señalan que las dificultades para concentrarse en su trabajo están vinculadas a interrupciones de sus hijos o hijas. Todas estas afirmaciones, ratifican el alto costo que tiene para las mujeres la distribución de tareas y la urgencia de tomar medidas tendientes a disminuir las brechas existentes, potenciadas con la pandemia sanitaria y la crisis económica.

Sumado a estos datos, en Argentina 1 de cada 10 familias son monoparentales, y quienes se encuentran a cargo en el 80% de los casos son las mujeres. Estas mujeres que se encuentran solas con el peso sobre sus espaldas de las tareas de cuidado y la crianza se encuentran con dificultades enormes a la hora de compatibilizar la maternidad con el trabajo. Con niños y niñas en edad escolar en sus casas desde marzo los estereotipos y roles de género han aumentado la demanda de trabajo doméstico y cuidado infantil sin remuneración sobre las mujeres, lo que se convierte en un a la hora de llevar adelante un trabajo remunerado, especialmente cuando este no se puede llevar a cabo de manera remota. Estos números se acrecientan en los hogares más vulnerables en los cuales niños y niñas no cuentan con los medios para acceder a la educación a distancia.

En ese sentido, nos preguntamos: si el trabajo de cuidado es trabajo, ¿se puede hacer otra cosa a la vez?. Las mujeres en época de pandemia han pasado de ser trabajadoras a ser también cuidadoras, madres, docentes, todo ello en simultáneo, sin horarios ni regulación alguna que vele por este trabajo. Según la encuesta realizada, las mujeres académicas, por ejemplo, escriben menos que antes puesto que se encuentran al “servicio” de hijos e hijas 1 de cada 4 madres que trabajaban tuvieron que dejar de trabajar y 12,4% que estudiaban han señalado que han tenido que dejar de hacerlo para poder ocuparse de las tareas de cuidado.

Todo pareciera indicar, de acuerdo al análisis realizado, que serán las mujeres quienes vuelvan a quedar relegadas al ámbito doméstico, afectando esto no sólo su proyección laboral sino el armado de su plan de vida. No se trata solo de pensar en licencias que permitan abocarse a tiempo completo a las tareas de cuidado puesto que esto deja por fuera la posibilidad de estudiar, por ejemplo, de desarrollarse y de continuar con el avance en el acceso a derechos. La redistribución de las tareas de cuidado de manera equitativa se vuelve necesaria en este nuevo tiempo que nos toca vivir, el dejar atrás el modelo en el que el varón "ayuda" o "contribuye" para adoptar un modelo conciliado y coherente que nos permita de manera urgente dar respuesta a este conflicto.

El autor es Presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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